Las víctimas mortales por el consumo de licor adulterado continúan en aumento en Cundinamarca. En el municipio de Soacha, ya son cuatro los fallecidos por intoxicación con metanol, aunque hay otros dos ciudadanos en cuidados intensivos y uno recuperándose en casa, de acuerdo con la información ofrecida por la Gobernación de Cundinamarca. Entretanto, en Bogotá, del 24 de noviembre al 7 de diciembre, fueron reportadas 16 muertes.
Tanta es la preocupación por lo que está ocurriendo que la Gobernación de Cundinamarca, junto con la Policía Nacional y la Fiscalía, ofrecieron una recompensa de 20 millones a quienes brinden información de quienes están vendiendo o fabricando licor de este tipo.
En la Secretaría de Salud de Bogotá, incluso, ya identificaron los licores en los que se ha identificado alcohol metílico: Rey de Reyes, Cabañita y Old John, que simula el sabor del Whisky.
SEMANA conversó con Arelis Franco, hija de Yesid Franco, una de las cuatro víctimas mortales que dejó la ingesta de licor adulterado en el municipio de Soacha. Según ella, lo que consumió su padre antes de perder la vista, y luego fallecer, fue Rey de Reyes.
En el caso de Bogotá, una fuente del cuerpo médico del Hospital Santa Clara le dijo a SEMANA que algunas víctimas de la intoxicación por metanol se recuperan allá. “Llevamos alrededor de 20 los últimos días, todos muy mal, con pobre pronóstico”
Yesid Franco, la víctima de Rey de Reyes en Soacha
Arelis Franco contó que su padre murió el 4 de diciembre, horas después de ingresar al Hospital Cardiovascular de Soacha, por el consumo de licor adulterado.
“Un amigo de él llamó temprano el sábado (3 de diciembre) para decirme que mi papá estaba grave y me hizo el favor de bajarlo en carro desde Cazucá hasta el Cardiovascular a las 10:00 a. m. Yo vivo en Ciudad Latina, entonces corrí para ver qué era lo que pasaba”, contó.
Ya en el hospital, a Yesid Franco, de 72 años, le tomaron la saturación, dado que Arelis le dijo al equipo médico que sufría problemas respiratorios, y le realizaron un electrocardiograma, para descartar una afección cardiaca. Pero nunca le prestaron atención a la ceguera, aun cuando dijo que no podía ver, según su hija.
“Él decía angustiado: ‘No puedo ver, no puedo ver’. Nunca le pusieron cuidado al síntoma que tenía, que era la ceguera. Horas después le dio el paro cardiorrespiratorio. No sé si fue culpa del hospital, no sé si no lo atendieron con un protocolo de intoxicación”, relató.
El paro cardiorrespiratorio al que hizo referencia Arelis Franco fue el que acabó con la vida de su papá en la madrugada del 4 de diciembre. Según ella, aunque en el hospital le dijeron que había sido consecuencia del metanol en su cuerpo, en Medicina Legal le dijeron que establecer la causa exacta del fallecimiento podría tomar hasta dos meses.
“Usted sabe que en este país el que tiene plata es el que puede pelear para que le respondan a uno rápido qué fue lo que pasó”, comentó.
Yesid Franco dejó una hija, además de Arelis, y seis nietos. Su esposa murió apenas siete meses antes que él, por lo que decidió irse a vivir a Cazucá, donde una constante fue el consumo de licor.
“Cuando se murió mi mamá le dije a él que se quedara conmigo, pero no quiso. Mi papá toda la vida ha tomado mucho, pero no por eso tiene que morir con trago adulterado”, afirmó.
Arelis también contó que su hermana fue hasta la casa de su papá, donde encontró cajas del denominado Rey de Reyes. Según ella, los amigos de Yesid le comentaron que de una semana para acá estaba comprando trago en otro lugar, donde al parecer lo vendían adulterado.
“De haber sabido que era porque costaba $ 1.500 pesos menos, uno hasta se los da. Pero pues nada, toca asumir las cosas”, se despidió Arelis.
Leonard Cahuao, el paciente que se recupera en casa
SEMANA también logró contactarse con Jazmine Artega, esposa de Leonard Cahuao, el paciente que, de acuerdo con la Gobernación de Cundinamarca, se está recuperando de la intoxicación por metanol. Según ella, su pareja permaneció una semana en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Cardiovascular.
“Él tomó Rey de Reyes y Cabañitas con los amigos. Tomó muy poco, yo creo que por eso no se murió. A la casa llegó con dolor de abdomen, sin poder ver, sin poder caminar. Gracias a Dios una vecina nos llevó a la clínica en carro o, si no, yo creo que no se hubiera podido salvar”, comentó.