Cuando acabó el partido en el estadio Nemesio Camacho La Guardia Albirroja Sur se reunió después de la victoria 2 a 1 frente al América y acordaron que no podían quedar indiferentes frente al paro que se realizó este 21 de noviembre en las calles de diferentes ciudades y municipios de Colombia“Fue una idea del frente antifascista redactar un comunicado en el que quedamos ser partícipes activos como hinchada bogotana, porque no podemos ser indiferentes ante la situación del país. En nuestra barra hay trabajadores y hay estudiantes”, dijo Felipe Vega, líder social de la banda.

En la mañana del jueves, junto con los profesores del magisterio, llegaron a la Gobernación de Cundinamarca para marchar. Poco a poco, las camisetas rojas empezaron a notarse y una bandera gigante que decía “de las gradas a las calles” le agregó ambiente a los siempre animados profesores. La murga prendió la fiesta y los cánticos que suelen ser insultos para el rival de patio se convirtieron en arengas de protesta frente al gobierno de Iván Duque.

Muchos creyeron que la presencia de barristas en la marcha sería sinónimo de violencia. Pero lo cierto es que ni los hinchas de Millonarios ni de Nacional, que marcharon en el centro, fueron protagonistas de actos vandálicos. El acuerdo, una reunión de la Mesa Distrital de barristas, fue que no se aceptarían capuchas ni violencia. Santa Fe, Millonarios y Nacional cumplieron en Bogotá.En Medellín la fiesta fue histórica. Los Del Sur y Rexixtenxia Norte, barras de Nacional y el DIM prendieron la fiesta marchando juntos. En La Alpujarra, en Medellín, se les vio cantando al unísono, sin importar el color de la camiseta, solo el color de la voz.

La marcha en Bogotá registró enfrentamientos entre estudiantes y el Esmad sobre la calle 26 a la altura de la avenida 68. Desde ese momento la 26, la avenida 68 y la carrera 30 se convirtieron en campos de batalla hasta que la policía logró difuminar cualquier tipo de protesta. Sin embargo, el gobierno de Duque no se esperaba que desde las 8 de la noche en distintos barrios de Bogotá y otras ciudades le esperaban con un ruidoso cacerolazo.Los barristas se comportaron a la altura y demostraron que además de su pasión por el fútbol, la misma que ha generado riñas y muertos, también puede generar unidad.