“Yo nunca me voy a dejar coger de esos bandidos. A mí no me van a llevar pa’l monte”, solía decir Alberto Uribe Sierra, padre de Álvaro Uribe Vélez, en referencia a los guerrilleros de las FARC. Por eso, aquel martes 14 de junio de 1983, cuando un grupo de tres hombres armados llegó hasta su hacienda Guacharacas, en el municipio de San Roque (Antioquia), tomó su pistola para repeler el ataque. El dramático relato lo hizo en la mañana de este jueves en Blu Radio el capitán Bernardo Riberos, el piloto del helicóptero del papá del hombre que después sería elegido dos veces presidente de la República. Aquel día estaban con don Uribe Sierra, en esa hacienda sus hijos Santiago, su hija María Isabel y el piloto Riberos. María Isabel se fue a la cocina para prepararles un café. Pasaron unos minutos cuando llegaron los intrusos. “¡Las FARC!, ¡Las FARC!”, gritó. Riberos le dijo que guardara el arma porque eso no les iba a servir. Y que más bien buscaran refugio en un cuarto. El piloto fue a esconderse pero Uribe Sierra se quedó a enfrentarlos. “Hubo un cruce de disparos”, recuerda. “Creo que primero disparó él porque tenía claro que no se iba a dejar de ellos. Lo mataron”. Recibió dos tiros: uno en el pecho y otro en la cabeza. Su cuerpo, recuerda el piloto, quedó tirado en el suelo que pronto se volvió un gran charco de sangre. Cuando María Isabel llegó, el piloto se le atravesó y le dijo que no le iba a permitir verlo porque la imagen era muy impactante. Los atacantes, entre tanto, buscaron gasolina con la intención de prenderle fuego a la aeronave. Como no encontraron el combustible le dispararon varias ráfagas para dejarlo inservible. El capitán fue enfático en Blu Radio al aclarar que él fue el único piloto que tuvo la aeronave desde cuando la familia Uribe la compró en Estados Unidos. Y que no era cierto que el aparato hubiera sido usado antes de la muerte de  Uribe Sierra por el capo del narcotráfico Pablo Emilio Escobar Gaviria, jefe del cartel de Medellín. Lo que sí aceptó el piloto Riberos es que como la nave quedó inutilizada posteriormente Álvaro Uribe Vélez, quien por la época era director de Aerocivil, decidió venderla por un valor que él recuerda de 30 millones de pesos. Y que ese mismo helicóptero, que él no sabe quién lo compró, resultó luego en Tranquilandia, el complejo cocalero más grande hallado por las autoridades en el sur del país y de propiedad de Escobar y de José Gonzalo Rodríguez Gacha, el 'Mexicano'. Pero, dijo, cree que Uribe Vélez siempre actuó de buena fe porque era una persona tan correcta que ni siquiera intervino en la matrícula de la nave a pesar del cargo que tenía en la Aerocivil. “El expresidente delegó a otra persona porque se declaró impedido para hacerlo”. “El helicóptero entró al país con un permiso provisional mientras se legalizaba. Como quien quedó encargado de hacerlo no pudo y el permiso se vencía, me tocó llevarlo a Panamá y dejarlo allá mientras se legalizaban aquí los papeles porque Álvaro Uribe no quiso hacer una diligencia sobre ese helicóptero porque era del padre de él”, manifestó. Sobre lo que afirmó el senador Iván Cepeda, quien en el debate sobre paramilitarismo realizado el miércoles en el Congreso dijo que la licencia fue concedida por Uribe mientras era director de Aerocivil, Riberos insistió que eso no es verdad porque “Álvaro se negó a hacer alguna diligencia sobre ese helicóptero”. El piloto reiteró que no sabía a quién le vendió Uribe Vélez la aeronave. “No creo que haya sido Pablo Escobar. En ese momento no sé dónde estaba Pablo. El que lo compró lo llevó para allá (Tranquilandia). Yo perdí contacto con la familia de Alberto después que lo mataron”. Eso sí, el piloto dijo, que la familia de Uribe era muy amiga de la familia de los Ochoa en referencia al clan de Fabio Ochoa Restrepo, un hombre amante de los caballos y cuyos hijos formaron parte esencial del Cartel de Medellín: Juan David, Jorge Luis y Fabio, quien en la actualidad aún está en una cárcel de Estados Unidos por los delitos de narcotráfico. Riberos aseguró en la emisora que no sabía si Uribe Vélez les hubiera vendido a ellos el helicóptero. Asimismo relató los dolorosos momentos de la muerte del papá del expresidente y las dificultades para sacarlo de esa área rural. Dijo que lo llevaron en una hamaca, atravesando el monte y con el riesgo de perder el cuerpo por la crecida del río. Luego “lo sacaron en carro de Cisneros a Medellín, ya como a la medianoche. Yo no supe que hubo helicóptero ese día”. Ante la pregunta de si era cierto que el narcotraficante Pablo Escobar había enviado un helicóptero desde Medellín para ayudar a sacar el cuerpo dijo que no. “Me enteré al tiempo cuando mi amigo Jaime Sandoval me contó que él trató de entrar allá en un helicóptero pero no pudo. Él también era piloto y el mal tiempo no se lo permitió”. Sin embargo, dijo que nunca pudo confirmar esta versión y a nombre de quien piloteaba la aeronave porque “Sandoval fue asesinado posteriormente por la guerrilla del ELN”.