El pasado lunes 30 de abril, el excomandante guerrillero Henry Castellanos, alias Romaña, habría sido el portador de dos mensajes contradictorios que tenían un mismo destino: el fiscal general, Néstor Humberto Martínez. El primero fue para notificarle a la Fiscalía de los grandes avances de un proyecto productivo de arroz en La Julia, el cual recibió un empujón del jefe del ente investigador. El segundo, para pedirle a Martínez que deje de ser una "talanquera" para el proceso de paz.Las señales fueron confusas. Hasta esta semana, la cara de Romaña que conocía el país era la del autor de las pescas milagrosas, en las que cientos de colombianos cayeron secuestrados. Sin embargo, en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, el propio fiscal no escatimó detalles para presentarlo en su nuevo rol de agricultor. Su tropa, dijo Martínez, ahora es de 150 desmovilizados que trabajan para sacar adelante la cosecha de 30.000 hectáreas de tierra sembradas de arroz.  Puede leer: FARC obtuvo US$ 22,5 millones por narcotráfico entre 1995 y 2014Ante el Congreso, el nombre de Romaña pasó de sonar como uno de los excomandantes en riesgo de apartarse de la vía de la reincorporación, a un ejemplo de lo que espera el país que se haga con los dineros de la paz. El fiscal le relató a la Comisión Primera de la Cámara cómo el exjefe guerrillero tocó todas las puertas hace unos meses para pedir ayuda por él y sus hombres. Hasta que llegó a la Fiscalía:"Esto es un testimonio de un valor incalculable. Nos dijo: no quiero volver a la ilegalidad. Estoy consiguiendo recursos para llevarle a mis gentes en La Julia, para sembrar. Toco todas las puertas y no están los recursos ¿qué hacemos?", relató Martínez sobre una comunicación que el excomandante tuvo con representantes de la entidad. Cuando tuvo conocimiento de esta situación, Martínez tomó el teléfono y llamó al Alto Comisionado par la Paz para decirle: "Romaña, lo que él significa, lo que representa en el pasado histórico de la guerra, está pidiendo que lo apoyen, hay que abirle una ventana de oportunidad de lo contrario va a escuchar todas esas voces de sirena que les ofrecen millones de millones para que vuelvan a la vida delictiva, como bandas criminales. Y Romaña conmovió el corazón del Alto Comisionado".El emotivo relato de Martínez se da en momentos en que se tramita una solicitud de extradición de Jesús Santrich, a quien las autoridades de Estados Unidos piden para que responda por la supuesta negociación de 10 toneladas de cocaína con el cartel de Sinaloa. El fiscal general ha sido centro de los cuestionamientos del nuevo partido político de la Farc, que han pedido la liberación inmediata del exjefe guerrillero. Sin embargo, su postura ha contado con el respaldo del gobierno y de varios sectores que insisten en que su eventual envío se dará en cumplimiento de las cláusulas del acuerdo de paz con las Farc.Pese las confrontaciones, Martínez se enorgulleció ante los congresistas de haber ayudado a que el embajador de Suecia finalmente les entregara 160 millones de pesos líquidos, lo cual permitió que el temido excomandante pudiera dar un próspero balance: "Nos notificó el lunes que están abonando las 30.000 hectáreas y que esperan producir 3.000 toneladas de maíz. Ese es el país que queremos todos". 

A este episodio, se sumaron las imágenes divulgadas por La W Radio en donde se ve a Romaña frente a la cámara ese mismo 30 de abril. Con sombrero y camisa a cuadros, el excomandante tiene a sus espaldas una decena de desmovilizados que construyen un puente que permita conectar por vía terrestre los municipios de Uribe y Mesetas, en el Meta."Agradecimiento a los excombatientes de la Simón Trinidad, del espacio territorial de El Diamante, la comunidad que compró el bono y contribuyó con esta obra. Mandamos un saludo especial de todos los escombatientes, al camarada Jesus Santrich y le exigimos al fiscal Néstor Humberto Martínez que paren los falsos positivos judiciales", se escucha en el video. Según Romaña, hay información de supuestos pagos a falsos testigos para involucrar a otros excombatientes militantes del nuevo partido de la Farc con el fin de llevarlos a prisión. "Les explicamos que lo que acordamos en La Habana son sanciones restaurativas y no punitivas. Déjenos trabajar señor fiscal, no sea una talanquera". Al final queda la incertidumbre de si Romaña sabía de la preocupación que tuvo el fiscal por su proyecto productivo. O si el jefe del ente investigador conocía de estos serios cuestionamientos de Romaña en su contra. Lo cierto es que en medio del fuego cruzado nació un gesto de reconciliación. Aunque parezca contradictorio.