Poco después de entregarle el poder a Mariano Ospina Pérez, el ex presidente Alberto Lleras Camargo decidió volver al periodismo y hacerlo desde una óptica que hasta entonces era novedosa en Colombia. Un semanario que no siguiera la orientación de ningún credo ni partido político, y que llenara un vacío en un mundo en el que, según el propio Lleras, el exceso de información disponible hacía necesaria una revista que profundizara, analizara y les hiciera seguimiento a los hechos.No se trataba de una empresa fácil. Alberto Lleras no tenía detrás un conglomerado financiero que lo apoyara. Lleras hizo una sociedad con el impresor Benjamín Villegas en la que él ponía las máquinas y Lleras el trabajo. Abdón Espinosa Valderrama, que entonces tenía 20 años, ocupó el cargo de gerente. La secretaria era Alicia Ruiz Gamboa y el armador se llamaba Álvaro Forero. Según recordó este en 1990, cuando murió el ex presidente Lleras Camargo, ellos cuatro se encargaron de armar el primer número. "Trabajamos en las oficinas de la litografía, es decir, al lado de las máquinas de impresión". El trabajo comenzó un martes a las 8 de la noche. Lleras traía unos pocos artículos fríos y comenzó a escribir él solo la casi totalidad de la revista. Alberto Lleras dirigió SEMANA en sus primeros 21 números y en ese lapso no sólo se encargó de dirigirla, sino que escribía casi todos los artículos (incluso los de deportes), y los que no eran suyos se encargaba de corregirlos, así como de escribir los pies de fotos.En la nota editorial del primer número (ver recuadro) plasmó de manera precisa su visión del periodismo. Es un texto de hace 60 años que, salvo un par de detalles de tipo técnico, podría haber sido escrito hace 15 días.