El pronunciamiento en Twitter de Antonio García levanta revuelo en el país. La guerrilla del ELN masacró sin piedad, mientras dormían, a nueve militares en el Catatumbo, en medio de los esfuerzos de ‘paz total’ del Gobierno de Gustavo Petro que han obligado al Ejército a replegar sus acciones contra estos grupos delictivos.
Sin embargo, para el jefe del ELN, el Gobierno colombiano y los medios de comunicación son los que han obrado mal frente al grupo insurgente.
“Desde enero del presente año el ELN recibió una serie de ataques y jamás existió pronunciamiento alguno ni de funcionarios del Gobierno ni de los medios de información, señalando dichos ataques contra el ELN como atentados contra la paz”, trinó García.
En un segundo trino, García va más allá: “El ELN tiene el derecho de responder los ataques que recibe, por cuanto aún no hemos pactado ningún cese el fuego bilateral. Si descalificamos las acciones que realiza el ELN, también habría que descalificar las que hacen las fuerzas gubernamentales”.
En otro mensaje en la red social, Antonio García publicó un listado de lo que llamó “ataques realizados por las Fuerzas Militares y de policía contra el ELN”. En ese sentido, mencionó tres operativos en el que fueron dados de baja miembros del grupo subversivo.
En el primero, ocurrido el 8 de enero en Antioquia, el jefe del ELN señaló que “fue asesinado en estado de indefensión el Primer Mando del Frente José Antonio Galán”. En el segundo operativo, afirmó que en área rural de Buenaventura “murieron 12 compañeros, de los cuales 7 fueron capturados y ejecutados en estado de indefensión”.
Y, finalmente, en el tercero, ocurrido el pasado 19 de marzo, manifestó que fue “asaltada y bombardeada la Compañía Pomares del FGO, en Tame, Arauca, dicho ataque fue realizado con 5 helicópteros, 4 aviones supertucanos y 2 aviones Kafir; Tuvimos 2 muertos y un herido, las tropas gubernamentales se llevaron 3 helicópteros averiados”.
Las atrocidades que cometió la guerrilla del ELN en el atentado con explosivos a una unidad del Ejército en la región del Catatumbo, en Norte de Santander, enlutaron a Colombia. En el análisis sobre los elementos usados en la acción criminal, el Ejército encontró que los subversivos habrían utilizado un sistema artesanal que se puede comparar al penalizado internacionalmente uso de las llamadas bombas racimo.
En entrevista en exclusiva con SEMANA, el coronel Leonardo Fonseca, director del programa de desminado militar, del centro nacional contra artefactos explosivos y minas, dijo que los cilindros que fueron empleados para lanzar el explosivo contra los militares fueron cargados posiblemente con varios artefactos explosivos.
La explicación de Fonseca es que “los artefactos se han dispuesto, queriendo hacer un ataque similar al de las bombas racimo, que están prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario. Cuando es lanzado no tiene control de dirección o de distancia, y el integrante del grupo ilegal que lo lanza no tiene control de los explosivos”, añadió.
Dijo además que lo grave de la situación “es que muchos de esos artefactos quedan sin explotar y al quedar sobre el terreno se les da la categoría de una mina antipersonal”. Añadió que en el punto hay personal experto verificando la situación y revisando qué elementos quedaron sin explotar y pueden representar un peligro para la comunidad.
“Estos artefactos que fueron empleados allá violan todo lo que es el Estatuto de Roma, el Derecho Internacional Humanitario, el Código Penal y todo lo que es la convención de minas antipersonal”, advirtió el experto.
Sobre la producción de los explosivos lanzados, viajaron posiblemente cinco veces más rápido que una bala. “El daño fue mucho más letal”, explicó el oficial.
A la pregunta sobre si los guerrilleros querían eliminar completamente la unidad militar, el coronel Fonseca indicó que por la cantidad de explosivo y por el método utilizado era lo más probable. “Este artefacto puede tener entre cinco y siete kilos de explosivos con la capacidad de matar a cinco personas”, explicó el oficial.
Hay que mencionar que a cada cañón usado por el ELN en el atentado le caben por lo menos seis cilindros, cada uno con una capacidad de unos siete kilos de explosivos. “Un artefacto explosivo de bajo poder para matar tiene 250 gramos de explosivos, es decir, un solo artefacto de estos puede asesinar a cinco personas”, añadió el coronel Fonseca.
Dijo, además, que en este momento hay una elevada preocupación en la Fuerza Pública por las cargas muy altas de explosivos que están empleando las organizaciones criminales para atacar a los uniformados.
Los heridos
La acción criminal del ELN dejó como saldo lamentable la muerte de dos sargentos y siete soldados, estos últimos con edades entre los 18 y 23 años; algunos de ellos estaban prestando el servicio militar y los habían enviado a dicha zona para custodiar infraestructura sensible para el país.
A los uniformados los atacaron a eso de las 3:00 a. m., mientras descansaban. Les lanzaron tatucos con explosivos y les dispararon con armas de fusil de alto poder. Quienes sobrevivieron fueron evacuados hacia la ciudad de Cúcuta.
Según Marta Isabel Pérez, directora científica de la clínica Medical Duarte de Cúcuta, ocho de los nueve uniformados se encuentran en recuperación. “Atendimos nueve heridos, cinco de los cuales se encuentran en proceso de recuperación en el área de hospitalización, dos en el área de quirófanos en recuperación, y dos de ellos en la unidad de cuidados intensivos. En general, ocho de los militares se encuentran en recuperación y uno de ellos con pronóstico reservado”, dijo la profesional de la salud.
En alerta se mantienen las autoridades médicas de la Clínica Medical Duarte de Cúcuta, a donde fueron trasladados los nueve militares que resultaron heridos, luego del violento atentado terrorista perpetrado por la guerrilla del ELN, en Catatumbo, Norte de Santander. Los galenos están en constante monitoreo de los uniformados heridos.