Con 39 años y el respaldo de la familia Char, la casa política más poderosa de la región, Jaime Pumarejo Heins llega a la Alcaldía de Barranquilla bajo la sombra de su antecesor y con el reto de solucionar los problemas de desempleo, seguridad y movilidad. Luego de una sencilla ceremonia de posesión, el nuevo mandatario caminó unos metros sobre la nueva etapa del Gran Malecón del Río. El ejercicio fue casi imposible, pues algunos de los miles de barranquilleros que paseaban por esta nueva zona turística no le permitieron avanzar. Muchos querían una selfie y otros, los mayores, estrecharle la mano. En general, los saludos espontáneos llevaban el mismo mensaje. “¡Puma, vamos bien, pero queremos más!”, gritó una joven.

A Pumarejo le bastó con la bendición de Alejandro Char, su antecesor, para sacarle más de 240.000 votos de diferencia a su más cercano competidor. Esa aprobación, irónicamente, parece ser ahora el reto más grande que deberá afrontar: superar al alcalde más popular del país en el último cuatrienio y mantener a la capital del Atlántico en la ruta de la transformación que vive hace más de una década. El mismo Pumarejo lo reconoció en su primera intervención. “Acabamos de tener a un ‘monstruo’ como alcalde”, dijo para alabar la gestión de Char. Y lo dijo con conocimiento de causa, ya que más allá de un paso fugaz como ministro de Vivienda, él ha desarrollado la mayor parte de su carrera como servidor público en los pasillos de la alcaldía local. Sería injusto negar que Barranquilla ha tenido un cambio trascendental en las últimas tres administraciones (dos de Char y una de Elsa Noguera). De hecho, el 87 por ciento de los habitantes cree que las cosas van por buen camino y el 93 por ciento se siente orgulloso de su ciudad, según el informe ‘Barranquilla Cómo Vamos’. Pero la capital del Atlántico está lejos de ser una ciudad perfecta. Por ejemplo, el 54 por ciento de las personas que trabajan lo hacen de manera informal, el 20 por ciento de la población aún tiene incidencia de pobreza, el 27 por ciento de los barranquilleros se siente inseguro en sus barrios y la movilidad es cada vez más caótica. Y en el plano económico la crítica constante de los expertos es que muchas obras se han hecho comprometiendo la plata de las vigencias futuras.

Vistiendo jean, zapatos deportivos y una camisa remangada a la altura de los codos, con el tono de político descomplicado y abierto de Char, Pumarejo intentó explicar que varios de esos temas que más preocupan a la comunidad estarán entre las prioridades de su agenda. Lo que dejó claro es que continuará con los programas pilares de Char y Noguera, como la canalización de arroyos. También ‘Barranquilla Siembra’, para recuperar los espacios verdes; ‘Barrios a la obra’, el plan de pavimentación en las zonas pobres; y ‘Todos al Parque’, para recuperar y dotar de mobiliario las zonas de recreación. Entre las nuevas propuestas están la creación de la primera empresa de energías renovables, la recuperación de la ciénaga de Mallorquín, el saneamiento de los caños del centro histórico, la puesta en marcha del proyecto Río Bus —un medio de transporte público y turístico a lo largo del tramo final del Magdalena—, la construcción de un puerto de cruceros y la lucha para realizar grandes eventos deportivos, como los Juegos Panamericanos.

Una de sus frases más aplaudidas fue cuando hizo referencia a Electricaribe. Pumarejo prometió que hará todo para que el próximo mes el Gobierno nacional anuncie el nuevo operador. “Tenemos que recuperar un servicio justo y eficiente, que le cobre a la gente lo que tiene que pagar, con las redes que se merece y que no se vaya la luz dos o tres horas al día”. Al final de su posesión, el alcalde presentó a sus secretarios y directores de entidades descentralizadas comparándolos con un equipo de estrellas deportivas. En ese punto de la ceremonia, la audiencia fue sorprendida por la intervención de varias personas que estaban en el público. Una de ellas fue la del portero del Junior, el uruguayo Sebastián Viera. “Esta es la Barranquilla de campeones”, dijo el jugador, y generó un fuerte aplauso. Pumarejo remató con la que fue su frase de campaña: “Barranquilla imparable”. Y cerca de la pequeña tarima de prensa, alguien gritó entre dientes: “Hasta ahora es más charista que Char, solo le falta la gorra”.