El hidrógeno es una de las mayores esperanzas que tienen las energías limpias. La presidente de la Asociación de Hidrógeno de Colombia, Mónica Gasca, una economista con una maestría en políticas públicas y más de nueve años de experiencia en energías renovables y transición energética, habló con SEMANA de los enormes desafíos que tiene el país en la materia.
SEMANA: Para el 2050, para lograr los objetivos climáticos sería necesario aumentar la producción de hidrógeno limpio con casi por el 20, ¿Es viable?
MÓNICA GASCA ROJAS: Bueno, para cumplir los objetivos de 2050, el hidrógeno va a contribuir con 12 % de esa reducción de emisiones que necesitamos. Es viable si empezamos a hacer acciones desde ya. Queremos promocionar el hidrógeno verde, que es limpio.
Tenemos otros tipos de hidrógenos bajos en emisiones que contribuirán en menor manera, porque la idea es descarbonizar. El hidrógeno verde viene acompañado de la producción de energías renovables y de la expansión del sistema eléctrico.
Entonces, siempre que hablemos de cumplir esa meta, tenemos que hablar de expandir nuestro sistema eléctrico en generación y en transmisión. Sí es posible, pero tenemos que poner todos los esfuerzos en que los proyectos se desarrollen.
A veces hablamos mucho de estudios, de reuniones, de webinars, pero ahora hay que hacer el siguiente paso y hacer esos proyectos.
SEMANA: ¿En qué medida repercutiría esto tanto positiva como negativamente al medio ambiente?
M.G.R.: Realmente es positivo, porque vamos a dejar de utilizar otros combustibles como el gas natural, el carbón, los combustibles fósiles en industrias que mandan mucha energía. Por ejemplo, la industria de producción de acero, el transporte de largas distancias, la aviación, el transporte marítimo, el transporte de cargas pesadas, también de largas distancias.
Entonces ahí vamos a reducir emisiones de carbono. Lo que tenemos que hacer es siempre tener criterios de sostenibilidad para la producción del hidrogenóverte.
SEMANA: Y hablando económicamente, ¿Cuáles son esos retos?
M.G.R.: También es muy positivo porque, por ejemplo, para países como Colombia, que casi la mitad de la matriz exportadora es petróleo, carbón, nosotros vamos a poder hacer una transición económica también.
Vamos a exportar combustibles, pero ahora van a ser combustibles limpios. Lo que tenemos que hacer es tener la producción, descarbonizar nuestra industria local, porque también es importante que nosotros internamente empecemos a tener una industria más limpia, pero exportemos a esos otros países, como por ejemplo Alemania, que tienen unas metas de cambio climático muy amplias y que realmente no tienen los recursos o la tierra para tener estos proyectos de héroe y producir localmente.
Por eso es importante que sigamos haciendo esas alianzas entre países, que nos permitan tener ese comercio internacional en un futuro.
SEMANA: ¿Qué retos, específicamente hablando en Latinoamérica, ven como mayor en este momento?
M.G.R.: El mayor reto ahorita es empezar a hacer los proyectos. Porque hay muchos planes, pero pocos proyectos que han llegado a decisión final de inversión, más o menos es el 10 % de los proyectos que se tienen planeados.
SEMANA: ¿Qué necesitamos? ¿Incluir a las comunidades desde el principio para que los proyectos se desarrollen de manera eficiente? Hay proyectos que se demoran llegando a su construcción y eso hace que la inversión se vaya a otros países donde se construye un poco más rápido.
M.G.R.: En Colombia debemos llamar a las comunidades a trabajar juntos entre el sector privado y público, para que los proyectos se desarrollen rápidamente. Nosotros somos un país que es muy atractivo para los inversionistas, pero también tenemos otros países en la región Chile, Brasil, que son muy atractivos, que se están moviendo rápido y si nos dormimos, la inversión se va a ir para otro lado.
SEMANA: ¿Han visto algún aporte o algún cambio significativo desde que estamos en el gobierno actual?
M.G.R.: Nosotros hemos tenido un proceso de transición energética como país bastante estable. Ya hemos, desde 2014, hablado de las energías renovables, en el gobierno anterior tuvimos el lanzamiento de la hoja de ruta, este gobierno ha complementado lo que tenemos de hoja de ruta y también ha dado señales positivas para implementar el hidrógeno verde.
Es muy importante que digamos que nos salgamos un poco del tema de gobiernos y empecemos a hablar del hidrógeno como una política de Estado, que lleva a ser un éxito de la continuidad y que son tan grandes en inversión de capital y tan a largo plazo, porque son proyectos que van a producir en 20, 30 años, necesitan esa estabilidad.
Creo que Colombia lo está haciendo muy bien con las políticas que hemos expedido. Ahora lo que nos toca es dar el siguiente paso en regulación para los sectores.
SEMANA: Si tuviera que pedirle algo en específico al Gobierno para poder lograr esos tiempos y los objetivos que tienen planeadas a futuro, ¿Qué sería eso que pedirán?
M.G.R.: Bueno, la lista del niño de Dios. Aquí, a nosotros, nos gustaría tener un fondo de financiamiento para proyectos de hidrógeno. Esto lo estamos trabajando con la Unión Europea. El Ministerio de Minas y Energía ha sido parte de este proceso.
Ahora lo que toca es que el Estado respaldara ese fondo. Eso lo hicieron en Chile y funcionó muy bien. Chile ya tiene mil millones de dólares en un fondo para apalancar proyectos de hidrógeno. El primer tema, financiamiento.
Segundo tema, incentivos a la industria. Queremos también promover nuestra industria local sostenible. Pero hay un diferencial entre el precio del hidrógeno verde, que es el limpio, y el precio del hidrógeno gris o azul, que es el sucio, que hay que cubrir.
Y ahí hay que analizar los incentivos que debemos dar en el país y cuáles son esas industrias. Desde la asociación tendremos un estudio con la Unión Europea sobre esto y la idea es que después el Gobierno pueda utilizarlo y sacar beneficios o incentivos para algunas industrias que queramos promover, que sean sostenibles.
Y el tercer tema, la regulación. Sobre todo, necesitamos un sistema regulatorio para algunos de los proyectos, que es un lugar donde uno puede jugar un poco con la regulación, antes probando, digamos, tecnologías, antes de pedir una regulación específica.
Hay proyectos de hidrógeno que quieren hacer mezclas con gas natural y esos proyectos necesitan ese tipo de espacios para mirar hasta donde puedo llegar yo con la mezcla, cómo se me va a pagar esa mezcla y qué otro tipo de regulación debo tener.
SEMANA: ¿En qué medida cree que es importante que quienes no tienen relación con el tema lo conozcan?
M.G.R.: Nosotros podremos tener estufas a hidrógeno, porque es como el gas natural, la única diferencia es que no tiene misiones. Entonces, todas las personas necesitan empezar a saber que realmente en un futuro no vamos a utilizar gas natural, combustibles líquidos, sino que vamos a tener hidrógeno y derivados del hidrógeno, que hasta pueden ser combustibles sintéticos.
Yo con el hidrógeno puedo hacer gas natural sin emisiones, o puedo hacer gasolina sin emisiones, y para allá vamos. Obviamente, esto es una transición que toma tiempo, pero necesitamos estar bien informados.
Otro tema muy importante, las comunidades. Así como cuando empezamos con las energías renovables, de pronto nos tardamos un poquito en llegar a la comunidad, decirles, esta es la energía renovable, ahora tenemos la oportunidad de hacerlo bien y hacerlo desde el principio, y empezar a decirle a las comunidades, este es el siguiente paso.
Desde la asociación con el Banco Interamericano de Desarrollo estamos planeando hacer una capacitación, por ejemplo, en la zona de La Guajira, en Huayunayqui para que las comunidades empiecen a entender qué es el hidrógeno y por qué la importancia de hacerlo en nuestro país.