Que no hay cuña que apriete más que la del mismo palo parece demostrado con la aparición de un nuevo testigo en el caso del asesinato de Alvaro Gómez. Se trata de Diego Edinson Cardona Uribe (ver recuadro), ex miembro del Grupo Cazador, que hacía inteligencia para la Brigada Quinta en Bucaramanga y cuyos compañeros se encuentran hoy detenidos por ese caso. Cardona comenzó su relato el 3 de febrero de 1999 ante los fiscales de la unidad de terrorismo. El hombre ha declarado en más de 10 oportunidades y lo ha hecho de cara al proceso, es decir que esta vez no se trata de un testigo secreto, lo cual lo hace aún más importante. Sus declaraciones han aportado elementos suficientes para atar cabos que en cinco años de investigación parecían no poder relacionarse. Lo que parece claro para los fiscales es que en lo dicho por Cardona podría estar la clave para descubrir a los autores intelectuales del asesinato.Con este testimonio los investigadores parecen tener clara las relaciones entre los tres grupos de personas capturadas hasta el momento: los supuestos sicarios de la Costa, los integrantes del Grupo Cazador y algunos miembros de la Brigada 20 de Inteligencia, como el coronel Bernardo Ruiz. Los siguientes son los puntos más importantes de las declaraciones. Según Cardona hubo dos personas clave en el montaje del asesinato de Gómez Hurtado. Una fue Omar Berrío Loaiza, más conocido en la inteligencia militar como ‘Juan Camilo’, quien era el jefe del Grupo Cazador que operaba en Bucaramanga bajo las órdenes del coronel Bernardo Ruiz Silva. ‘Juan Camilo’ se encuentra detenido como supuesto autor material del asesinato.El otro personaje clave, según el nuevo testigo, fue ‘Pacheco’, uno de los jefes paramilitares de Sincelejo más cercanos a Carlos Castaño, líder de los grupos de autodefensa de Colombia. El declarante lo describió como un hombre de acento paisa, barbado, sin bigote y de patillas pronunciadas, pelo negro, un metro con 69 centímetros de estatura, de unos 32 años y encargado de hacer los “trabajos más duros para Castaño y con voz y voto dentro de la organización”.El testigo aseguró que por conversaciones con ‘Juan Camilo’, ‘Pacheco’ y ‘Miguel’ o ‘Gustavo’, miembro del Grupo Cazador y hombre de confianza del primero, se enteró de los pormenores del atentado que acabó con la vida del líder conservador. Dijo que tuvo conocimiento porque fue invitado a participar y porque estuvo en algunas reuniones en las que se fraguó el plan. Cuando los fiscales le preguntaron cómo se relacionaron estas personas el nuevo testigo declaró: “Según lo que me dijo Pacheco, fue planeado por la clase política y por parte del Ejército, especialmente por gente que había estado en Bucaramanga. Me refiero a mi general Ricardo Emilio Cifuentes, a mi coronel Bernardo Ruiz Silva, a mi coronel Rubio y al señor general Camilo Zúñiga Chaparro”. En la declaración el testigo dijo que para este tipo de trabajos se necesitaba personal muy experto y que estos militares sabían quiénes estaban en capacidad de ejecutarlo. En otro aparte el testigo aseguró que hubo una reunión, en la que los oficiales Ruiz y Cifuentes eran quienes dirigían el tema y en la que “se entregó un mapa o plan de cómo se debería hacer el atentado”.Más adelante Cardona reveló que un sector de la política también estaba involucrado. Se refirió a uno de los ministros más cercanos al entonces presidente Ernesto Samper y a otro que, según indicó, le decían ‘Triple Cero’. Según dijo, el primero fue la cabeza visible de todo el complot y el segundo era uno de los principales financiadores de los grupos paramilitares y con estrechos vínculos con Castaño. Al punto que, según él, “Triple Cero le dijo a Castaño que alistara a Pacheco y que fuera entrenando a su gente”. También señaló que varios políticos de la Costa e incluso senadores estaban relacionados con el crimen.Según el testigo, una vez ‘Juan Camilo’ dejó Bucaramanga y se instaló en Bogotá comenzaron los planes. El jefe del Grupo Cazador entró a trabajar a la Brigada 20 bajo las órdenes del coronel Ruiz, entonces comandante de la Brigada de Inteligencia. Allí conformó un grupo parecido al que operaba en Bucaramanga para hacer inteligencia. Sin embargo aseguró que una de las reuniones clave se dio en Bucaramanga, muy cerca de la Brigada, en el sitio Punto de Verde, en enero de 1995. “Allí ya se dijo que era para matar a Alvaro Gómez y que había buena platica”. El testigo fue más exacto con el pago que recibieron quienes intervinieron en el atentado. Aseguró que de unas conversaciones que sostuvo con ‘Pacheco’ y con ‘Gustavo’ o ‘Miguel’ se enteró de que pagaron cerca de 800 millones de pesos. “Sé que al grupo de Pacheco o Carlos Castaño le tocó 300 millones de pesos, para el Grupo Cazador dijeron que habían sido 500 millones”. Y que, según le dijeron sus compañeros de andanzas, ‘Pacheco’ y ‘Gustavo’, “cómo estará de jodida esta vaina si hasta la misma clase política mata los políticos... si hasta ellos pagan para que maten a Alvaro Gómez”. El planSegún narró Cardona a los fiscales, se cuidaron todos los detalles. Se establecieron tres grupos básicos: de choque (vigilancia), de asalto (seguridad perimétrica) y de seguridad (objetivo). El testigo reveló que fueron cuatro los encargados de dispararle a Gómez Hurtado el 2 de noviembre de 1995 y que en la operación intervinieron más de 30 personas. Además reveló que la inteligencia y los seguimientos estuvieron a cargo de personal de la Brigada 20 y que “ellos aportaron los radios —punto a punto— y que les prestaron una Ford Van con equipos de comunicación que se meten en los canales de la Policía, la Fiscalía y de todos los organismos de seguridad”.Aunque los fiscales aún revisan con mucho cuidado las declaraciones de este nuevo testigo, parece que tienen en sus manos otros elementos que les permitirán en corto tiempo tomar medidas. Lo cierto es que parte de toda la información que ha suministrado el declarante ha sido corroborada. Así las cosas, en los próximos días podrían conocerse importantes decisiones.