Contrario a lo que muchos imaginaron, la decisión de Íngrid Betancourt de romper con la Coalición Centro Esperanza y enfrentarse a sus antiguos aliados, compitiendo sola por la Casa de Nariño, la disparó en las encuestas. Así lo revela el más reciente estudio del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, en el que Íngrid se posiciona en el tercer lugar de intención de voto (7 por ciento), después de Gustavo Petro (27 por ciento) y de Rodolfo Hernández (14 por ciento). La candidata de Verde Oxígeno dejó gravemente herida a la alianza de la centroizquierda y ya logró sobrepasar a sus excompañeros, incluido Sergio Fajardo (6 por ciento). Íngrid, sin duda, pateó el tablero electoral a solo cuatro meses de la primera vuelta presidencial.
Ella regresó a hacer política en Colombia después de 13 años de haber sido liberada del secuestro de las Farc, en la famosa Operación Jaque. Luego de las conferencias internacionales, la nominación al Premio Nobel de Paz, sus libros No hay silencio que no termine y Una conversación pendiente, que escribió junto con el expresidente Juan Manuel Santos, Íngrid revivió su partido Verde Oxígeno y se lanzó a la presidencia. Su incursión fue inicialmente un bálsamo para la unión en la Coalición de la Centro Esperanza, que llevaba meses en interminables discusiones ideológicas y de mecánica política. Ella calmó las aguas temporalmente, facilitó la entrada de Alejandro Gaviria a dicha alianza y se encargó de liderar la creación de una lista conjunta al Congreso encabezada por Humberto de la Calle, exjefe negociador del Gobierno Santos con las Farc en La Habana.
Todo parecía marchar muy bien hasta que el pasado 25 de enero, en medio del debate presidencial de SEMANA y El Tiempo, Íngrid lanzó una poderosa bomba contra la propia coalición que había ayudado a construir. En una transmisión en vivo acusó ante el país a Alejandro Gaviria de hacer alianzas con maquinarias políticas, por el respaldo que recibió de los senadores Germán Varón Cotrino, de Cambio Radical, y Miguel Ángel Pinto, del Partido Liberal. Esto desató una crisis sin precedentes: una verdadera implosión en la Centro Esperanza que puso en el limbo a De la Calle y a correr por los avales, a última hora, a Sergio Fajardo y a Carlos Amaya. Era ella o Gaviria. Tras varios ultimátums de Íngrid a sus compañeros, y cuatro días después del debate, renunció a la coalición. El huracán Íngrid se había formado. A pesar de la diversidad de opiniones sobre lo que hizo, todas confluyen en un mismo punto: ella sigue siendo la misma.
¿Cómo logró la candidata poner la intención de voto a su favor en tan corto tiempo y en medio de semejante controversia pública? Todo parece indicar que, de manera inteligente y con muy buen cálculo, Íngrid se apropió del discurso anticorrupción en la que era su coalición.
Para eso, nada podía resultar más efectivo que poner contra la pared a sus compañeros, los cuales quedaron como complacientes de ese sistema corrupto de politiquería y maquinarias que los colombianos quieren dejar atrás. Fue una jugada maestra que le quitó el estigma de ser tibia y la mostró con carácter y valentía. Aquellos comentarios de un círculo que quiso ridiculizarla o hundirla no funcionaron. Esto sumado a que también enfrentó públicamente y con firmeza a Gustavo Petro, a quien le dijo en el debate que estaba haciendo “pactos con el diablo” con tal de llegar a la presidencia. Íngrid pasó de ser una acompañante y mediadora en la coalición de la centroizquierda a ser una aspirante viable y con votos, según la encuesta. Y sería la única mujer en competir por la Casa de Nariño en la primera vuelta.
La encuesta del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA se realizó entre el 26 de enero y el 2 febrero. En total fueron entrevistadas, de manera presencial en sus hogares, 2.206 personas en 43 municipios de todas las regiones de Colombia. Aparte de los resultados de los cuatro punteros, la intención de voto por los demás candidatos es la siguiente: Alejandro Char (5 por ciento), Juan Manuel Galán (4 por ciento), Óscar Iván Zuluaga (4 por ciento), Federico Gutiérrez (4 por ciento), Enrique Peñalosa (2 por ciento) Alejandro Gaviria (2 por ciento) y David Barguil (1 por ciento). Estos datos demuestran que la candidatura de Gaviria sigue en serios problemas y no logra tener el apoyo masivo de los colombianos. Falta ver si sus alianzas con algunos políticos tradicionales lo empujan con tanta fuerza que pueda ganar la consulta. Hoy parece un imposible. Mientras tanto, Galán le respira en el oído a Fajardo. Barguil, aunque tiene toda la maquinaria del Partido Conservador, no parece entusiasmar a sus propias bases.
En el caso de Alejandro Char y Federico Gutiérrez, todo dependerá de si Fico logra quedarse con la candidatura del Equipo por Colombia en la consulta en marzo a punta de voto de opinión o si, por el contrario, la maquinaria y el dinero de Char se imponen. A Peñalosa parece que no le va a alcanzar, aunque ha hecho una buena campaña, y es claro que Zuluaga no llegará solo a ninguna parte.
De acuerdo con los resultados por población, Íngrid se consolidó como la segunda opción presidencial preferida por las mujeres en Colombia (11 por ciento). El primer lugar en esa franja se lo lleva Petro (20 por ciento) y el tercero Rodolfo Hernández (10 por ciento). Llama la atención que la fortaleza de Íngrid, una mujer de la alta sociedad bogotana, con nacionalidad francesa y quien permaneció en los últimos años fuera del país, está en los estratos bajo y medio.
Con tan poco tiempo de campaña y viendo los resultados por regiones, Íngrid ya tiene una aceptación importante en el Caribe (9 por ciento). En esa zona, Gustavo Petro es el rey (28 por ciento), Alejandro Char llega al 19 por ciento y Rodolfo Hernández registra 10 por ciento. Fajardo apenas alcanza un lánguido 3 por ciento.
En el Pacífico, Íngrid llega al 10 por ciento y tiene la segunda intención de voto más alta, luego de Petro (36 por ciento). En Bogotá, si bien está por debajo de Petro (40 por ciento), Íngrid tiene el 6 por ciento y está en empate técnico con Juan Manuel Galán, Óscar Iván Zuluaga, Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo, quien en las elecciones presidenciales de 2018 había logrado la votación más alta en la capital del país. A Fajardo, el desastre en la gestión de Claudia López como alcaldesa le ha pasado una factura muy cara.
En el suroriente, Íngrid (6 por ciento) empata con Fajardo. En esa región del país (Santander, Norte de Santander, Arauca, Caquetá, Casanare, Meta y Putumayo), Rodolfo Hernández arrasa (42 por ciento) y Petro llega apenas al 13 por ciento. En la región donde Íngrid es más débil (6 por ciento), electoralmente hablando, es en Antioquia y el Eje Cafetero, donde Petro ya es el líder (16 por ciento). Les siguen Fajardo (14 por ciento), Federico Gutiérrez (11 por ciento), Rodolfo Hernández (10 por ciento) y Óscar Iván Zuluaga (7 por ciento).
Si bien su partido Verde Oxígeno apenas volvió al escenario político gracias a un fallo de la Corte Constitucional, Íngrid ha logrado captar votos entre personas que se consideran simpatizantes de Cambio Radical, La U, el Partido Liberal, la Alianza Verde y el Centro Democrático. Es notorio que su mayor fortín está entre los que se declaran afines al Partido Conservador (17 por ciento), donde tiene más intención de voto que el propio candidato oficial de ese partido, David Barguil (6 por ciento).
La pregunta ahora es hasta dónde puede crecer Íngrid Betancourt. ¿Su buen resultado en la encuesta de SEMANA es pasajero y solo corresponde a su protagonismo después de confrontar a sus excompañeros de la Centro Esperanza? ¿O será que, por el contrario, Íngrid se sintonizó con el votante colombiano que está cansado de la corrupción y quiere un cambio? En cualquier caso, la candidata tiene muchas posibilidades.
Una reciente entrevista con Noticias RCN desató una fuerte polémica porque Íngrid, habiendo cuestionado seriamente las maquinarias, se mostró dubitativa a la hora de identificar qué candidatos tenía este tipo de apoyos para las elecciones, como en el caso de Alejandro Char.
Íngrid aseguró estar dispuesta a hacer una alianza con Rodolfo Hernández. Si se pudiera sumar la intención de voto de ambos candidatos, llegarían al 21 por ciento, es decir, estarían a solo 6 puntos porcentuales de Gustavo Petro. Sería una dupla con toda la fuerza para disputar la presidencia con el líder de la Colombia Humana.
Sin embargo, Íngrid también le dijo a SEMANA que en el futuro le gustaría hacer tareas conjuntas con Fajardo, a quien dijo querer mucho. En algunos círculos de poder consideran que la pareja Íngrid-Fajardo podría dispararse en las encuestas. Pero ella, con su personalidad, difícilmente se subordinaría a ser la fórmula vicepresidencial de un candidato que marque por debajo de ella en las encuestas, como es el caso hoy del exgobernador de Antioquia, a quien en 2018 le salió caro no ir a consultas en una actitud que muchos atribuyeron a su ego político. Pero además la candidatura de Fajardo, en un año, se desplomó del 25 al 6 por ciento en intención de voto y no parece generar el mismo entusiasmo entre los votantes como ocurrió en las elecciones de hace cuatro años, en las que estuvo a unos 200.000 votos de arrebatarle el tiquete a Petro para la segunda vuelta.
Si Íngrid continúa sola en la contienda tendrá que ser muy creativa para ganarse el cupo a segunda vuelta en los próximos meses. Hoy no lo tiene. Por su parte, Rodolfo Hernández sigue de segundo y creciendo. En septiembre y octubre tenía el 5 por ciento de intención de voto, en diciembre se disparó al 11 por ciento y, un mes después, creció tres puntos porcentuales más y llegó al 14 por ciento.
Hoy, Petro sigue siendo el puntero indestronable. La encuesta del Centro Nacional de Consultoría revela que entre diciembre y enero creció dos puntos porcentuales (pasó del 25 al 27 por ciento). Indudablemente, su discurso, aunque controversial, es sólido frente a sus contrincantes, Petro ha tomado ventajas importantes y ha marcado la diferencia, llenando plazas enteras en varias regiones del país y cumpliendo una agenda internacional que todos desearían tener. No solo fue recibido por el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, como si ya hubiese ganado las elecciones, sino que logró el pasado miércoles una audiencia privada de 45 minutos con el papa Francisco en el Vaticano. El encuentro fue posible gracias a la gestión de la izquierda internacional y de líderes como el presidente argentino, Alberto Fernández; Cristina Fernández de Kirchner y la orden de San Egidio. En un país católico como Colombia, la cita de Petro con el papa Francisco no solo tiene unas repercusiones religiosas, sino que además envía un mensaje político a su favor que nadie puede negar.
A Íngrid Betancourt le falta todavía mucho camino por recorrer si quiere ser presidenta de Colombia. Hoy, ella tiene una ventaja sobre los demás contrincantes con 92 por ciento de reconocimiento en el país (solo la supera Petro con 95 por ciento), además su favorable es de 41 por ciento, convirtiéndose en la tercera candidata con mejor imagen. Sin embargo, tendrá que batallar con un desfavorable del 42 por ciento, uno de los más altos entre los candidatos. La superan Peñalosa (47 por ciento), Zuluaga (45 por ciento) y Petro (44 por ciento).
Así mismo, Íngrid tendrá que seguir escribiendo su propia historia y sacar lo mejor de sí misma para lograrlo, como cuando se enfrentó a Ernesto Samper en pleno proceso 8.000, aún perteneciendo al mismo Partido Liberal, por el que resultó elegida congresista en 1994. En ese momento escandalizó a la sociedad bogotana y más conservadora al repartir condones, comparando la corrupción con el sida. La candidata necesitará templanza, paciencia y medir muy bien cada uno de sus movimientos. La polémica siempre la ha acompañado. Nadie olvida su huelga de hambre durante diez días, en su época en el Congreso, ni tampoco sus controvertidos encuentros con los Rodríguez Orejuela en compañía del entonces congresista Carlos Alonso Lucio. Algunos consideran que Íngrid se equivocó e incluso el ministro del Interior de esa época, Néstor Humberto Martínez, dijo en su momento que no terminó de explicar por qué estuvo 22 veces visitando La Picota.
Íngrid está de vuelta con toda y no hay que llamarse a engaños. De la mujer delgada que entre lágrimas le decía a su madre que estaba libre, el día de su rescate, ha vuelto a emerger la política combativa de siempre. La que no teme decir las cosas como las piensa y que está dispuesta a jugársela para llegar a ser la primera mujer presidenta de Colombia.
FICHA TÉCNICA
PERSONA NATURAL O JURÍDICA QUE LA REALIZÓ:
Centro Nacional de Consultoría S.A.PERSONA NATURAL O JURÍDICA QUE LA ENCOMENDÓ: Revista Semana
FUENTE DE FINANCIACIÓN: Revista Semana
UNIVERSO EN ESTUDIO: Mujeres y hombres mayores de 18 años, residentes en zonas urbanas de municipios de Colombia y con intención de votar en las próximas elecciones presidenciales Como mecanismo de estratificación estadística se establecieron 6 regiones geográficas de la siguiente manera 1 ANTIOQUIA EJE CAFETERO Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda. 2 BOGOTÁ Bogotá. 3 CARIBE Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre, San Andrés y Providencia. 4 CENTRO Boyacá, Cundinamarca, Huila y Tolima. 5 PACÍFICO Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca y 6 SURORIENTE Arauca, Caquetá, Casanare, Meta, Norte de Santander, Putumayo y Santander.
DISEÑO DE MUESTREO:
El diseño de muestreo es probabilístico, en cuatro etapas y estratificado con selección de muestras aleatorias simples de unidades estadísticas en cada etapa. En la primera etapa de muestreo se realizó una selección de municipios dentro de cada región geográfica (estrato estadístico), considerando a Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Ibagué, Villavicencio y Cúcuta como municipios de inclusión forzosa en la muestra del resto de municipios en el universo en estudio se realizó la selección aleatoria de algunos de ellos en total 43 municipios En la segunda etapa se realizó una selección aleatoria de manzanas cartográficas dentro de los municipios seleccionados, a partir del marco de muestreo En la tercera etapa se seleccionaron hogares dentro de las manzanas cartográficas seleccionadas (en cada manzana se seleccionaron 4 hogares) y en la etapa final, a un adulto dentro del hogar La selección de las unidades estadísticas se operacionalizó a través del algoritmo denominado “coordinado negativo”. El marco de muestreo utilizado es el Marco Geoestadístico Nacional provisto por el DANE. El marco de muestreo es el dispositivo que permite ordenar el operativo de campo y ofrecer garantía de que la implementación de dicho operativo corresponde a los lineamientos metodológicos establecidos para la investigación La unidad geográfica mínima que contiene dicho marco es la manzana cartográfica en las cabeceras de los municipios de Colombia
TAMAÑO DE MUESTRA:2.206 casos en 43 municipios de todas las regiones de Colombia
MARGEN DE ERROR Y NIVEL DE CONFIANZA:
Margen de error de muestreo de 2,1% y 95% de confianza
TEMAS A LOS QUE SE REFIERE:
Intención de voto Consultas y Presidenciales
PREGUNTAS QUE SE FORMULARON: 26 preguntas. Para mayor detalle por favor consulte el cuestionario (ver archivo adjunto).CANTIDAD DE ENCUESTADORES Y MÉTODO DE SUPERVISIÓN:
En el levantamiento de información participaron 67 encuestadores El método de supervisión fue la monitorización del 15 de los casos La recolección de información en campo se realizó con Dispositivos Móviles de Captura (lo que permitió grabar en audio cada caso y capturar la coordenada geográfica del lugar donde se realizó).PERIODO TRABAJO DE CAMPO:26 de enero a 2 de febrero de 2022TÉCNICA DE RECOLECCIÓN:
Encuesta presencial en hogares
Nota: El Centro Nacional de Consultoría se encuentra inscrito en el Registro de Encuestadores del Consejo Nacional Electoral. Este informe atiende los lineamientos de la norma ISO 20252:2012