La discreción no es una característica típica de los narcotraficantes. Un sinfín de lujos y detalles extravagantes rodean a los hombres más buscados y El Indio, mote que se ganó por sus gustos por las marcas de ropa, también terminó dando fe de ello. Durante varios meses los investigadores le siguieron los pasos a Aristides Mesa, hasta este miércoles que se le cerró el cerco a Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. Durante un operativo en el municipio de Montelíbano (Córdoba) murió el tercero al mando del Clan del Golfo. "Fue una labor quirúrgica", dijo el general Alberto José Mejía al confirmar la noticia. La acción que venían coordinando las Fuerzas Militares y la Policía Nacional permitió perfilar al hombre encargado de las finanzas ilícitas de la banda criminal y esto fue lo que permitió identificar el Talón de Aquiles que ayudó a dar con su paradero. Le recomendamos: Golpe a la cúpula del Clan del Golfo con la muerte de alias El IndioEl Indio era un camaleón en la manigua. Los ranchos donde se escondían cumplía al pie de la letra los requisitos que ordenaba: cubiertos con tejas de zinc o palmicha. El suyo, estaba amoblado con colchones ortopédicos, aire acondicionado, gimnasios y cocinas muy bien equipadas. En su menú era frecuente encontrar caviar, finos quesos, algunos enlatados, y el wisky no le faltaba y le llegaba del exteior. El Indio no escatimaba a la hora de invertir grandes sumas en productos importados. "Este delincuente que era el auspiciador de los paros armados se caracterizaba por sus extravagancias", informaron las autoridades.Tenía un interés marcado por el fútbol y era frecuente ver que sus hombres acondicionaran canchas en el Urabá antioqueño para que pudiera jugar. A la larga lista de gustos que se daba uno de los lugartenientes de Otoniel, se suman las cuatrimotos, polaris, y camionetas de alta gama. "Descansaba en fincas de difícil acceso, pero las acondicionaba muy bien para su supervivencia". De hecho, uno de los detalles que sirvió para dar con su paradero fue la señal de DirecTv que solicitó instalar en el lugar. "Tenía una especial predicción por la ropa de marca como Americanino y Chevignon. De ahí, su alias", explicó la fuerza pública esta semana cuando entregó detalles de la operación Agamenón II. En su amplia zona el Indio, como ocurre con buena parte de los miembros de la organización, obligaba a niñas menores de edad a sostener encuentros sexuales con él. Según la investigación, el capo pagaba entre 10 y 15 millones de pesos por niñas y adolescentes vírgenes. Las autoridades calculan que tenía más de 30 amantes ocasionales y varias exclusivas. En contexto: El clan del Golfo se queda sin su tercero al mandoCon la muerte de El Indio las autoridades propinan un duro golpe al Clan del Golfo. Este, se suma a los propinados por las autoridades en septiembre del año pasado, cuando fue abatido el entonces número dos de la banda, Roberto Vargas Gutiérrez, alias Gavilán y el de noviembre de 2017, cuando murió su sucesor, Luis Orlando Padierna Peña, alias Inglaterra.Era considerado como el responsable de más de 200 hombres de la banda criminal con influencia en las costas del Caribe y el Pacífico, especialmente en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena, San Andrés, así como en parte de las regiones del Urabá y el Bajo Cauca antioqueño.Puede leer: La fortuna perdida del Clan del Golfo