Aida Merlano no anduvo sola durante los cuatro meses que huyó de las autoridades. Todo parece indicar que a su lado siempre estuvo un hombre que se convirtió en su sombra de día y de noche.
Ahí estaba junto a ella cuando los agentes de las Fuerzas de Acciones Especiales de Venezuela (Faes) llegaron hasta el apartamento 11C, del edificio Costa del Sol, en la avenida Milagro de Maracaibo, estado de Zulia, justo en ese instante en que los días de escape llegaron a su fin. Puede leer: Recaptura de Aida Merlano pone a caminar sobre el filo de la navaja a importantes políticos ¿Quiénes son? En la foto de la reseña judicial aparecen juntos. Aida está vestida con una blusa blanca, un jean overol caído hasta la mitad de su cuerpo. Y él viste un buzo con un letrero que dice Tommy. Tiene la mirada clavada en el piso. En frente de los dos, en una mesita con mantel azul, la policía de Venezuela expuso algunas de las pertenencias que les encontraron al momento de la diligencia: seis celulares, dos pelucas rubias, un portátil, cinco documentos de identidad y seis tarjetas de crédito que parecen ser de Banesco.
En Colombia, las autoridades tratan de establecer si el capturado es Jacob Manuel Vargas Silvera, el mismo hombre que estuvo involucrado en la fuga de la exsenadora. Aunque el parecido es innegable por las fotos que se conocían de antes, el Faes oficialmente no ha identificado al sujeto que tiene en su poder, según se lo confirmó a SEMANA alguien cercano al caso. El nombre de Jacob salió a la luz un día después de que Merlano protagonizara aquella fuga en un consultorio médico, esa que resulto vergonzosa para las autoridades carcelarias colombianas. En el transcurso de las investigaciones, una interna llamada Blanca Silvera le dijo a la policía que Jacob había estado en la celda de Merlano el sábado antes de la huida. Había estado sacando todas las pertenencias que allí reposaban. Era como si se fueran de trasteo. Sobre Jacob surgieron en su momento varios rumores. En algunos medios de comunicación dijeron que se trataba del novio de Aida. Esto por los testimonios que dieron algunas reclusas. La hija de la exsenadora, Aida Victoria, negó esa situación que a la postre resultaría irrelevante. Por amor o en ausencia de él, Jacob debía varias explicaciones a la justicia sobre su presencia en la celda de Merlano días antes de que tomara forma el plan de fuga. Lo cierto es que Vargas Silvera tenía una estrecha relación con Merlano, incluso trabajó en la Unidad de Trabajo Legislativo de la Merlano en el Congreso de la República. Aida Merlano y este hombre que estuvo junto a ella en la captura deberán enfrentar por ahora un proceso en Venezuela por ingresar a ese país con documentación falsa. Según el Faes, ambos quedaron a disposición del Ministerio Público. El futuro de estos inseparables hoy es bastante incierto. Colombia hará una solicitud de extradición al gobierno de Juan Guaidó y no al de Nicolás Maduro. Y eso les vaticina a los capturados una larga estancia al otro lado de la frontera.