Aunque Belisario Betancur tuvo una presidencia cargada de tragedias y situaciones complejas, la Toma del Palacio de Justicia ejecutada por el M-19 fue la que le generó más cuestionamientos. Por años, se le pidió que despejara muchos interrogantes que quedaron sobre el fatal episodio en el que alrededor de un centenar de personas murieron, entre esos gran parte de los magistrados del país. ¿Lo informaron de todos los movimientos de la Fuerza Pública durante la retoma? ¿Hubo desobediencia militar en los operativos? ¿Le dieron un golpe de estado momentáneo? Tras su salida de la Casa de Nariño, fueron pocas las veces en las que el expresidente Betancur se refirió a los hechos de esos 6 y 7 de noviembre de 1985. En 2015, cuando se cumplían 30 años del holocausto, le pidió perdón en un acto privado a los hijos del magistrado Alfonso Reyes Echandía, el presidente de la Corte Suprema que murió en el Palacio, quien intentó comunicarse telefónicamente con Betancur durante la toma, pero que recibió una negativa del mandatario. En contexto: Adiós al expresidente Belisario Betancur Y aunque se construyó una noción generalizada de que Betancur no se había referido íntegramente al caso, lo cierto es que el 2 de marzo de 1987, bajo juramento, le respondió un interrogatorio de 30 horas al juzgado 30 de instrucción criminal. Durante 18 años, ese testimonio permaneció oculto para la opinión pública por cuenta de la reserva sumarial. Pero en 2006, SEMANA lo rescató. Su gran importancia reviste en que el expresidente lo respondió cuando los hechos eran recientes y estaban frescos en su memoria. Tras la muerte del mandatario y por su valor histórico, SEMANA vuelve a publicar el contenido de ese documento. Golpe de estado PREGUNTA: Señor ex presidente, una vez iniciadas las acciones militares y autorizadas por usted como lo ha manifestado en esta diligencia, ¿tuvo algún tipo de presión por parte de los altos mandos militares o se presentó algún incidente en que algún alto mando militar desobedeció una orden suya o temió, valga el ejemplo, de un golpe militar a raíz de las decisiones que allí se tomaron? RESPUESTA: En ningún momento tuve presión de ninguna índole distinta de la de mi propia conciencia. Quizá porque como se me conoce muy bien, se sabe que no soy presionable ni por voces ni circunstancias interiores o domésticas ni por voces y circunstancias extranjeras. Cuando siento gravitar sobre mí la responsabilidad de una decisión y alguien me hace el comentario de que esa decisión a la que he llegado en conciencia hará que se me venga el mundo encima, repito una respuesta -que mi esposa y mis hijos me han oído muchas veces- "¿qué se vendrá el mundo encima? Ese es un problema del mundo, allá él". "En ningún momento tuve presión de ninguna índole distinta de la de mi propia conciencia. Quizá porque como se me conoce muy bien, se sabe que no soy presionable ni por voces ni circunstancias interiores o domésticas ni por voces y circunstancias extranjeras". P: Señor ex presidente, en diálogo televisado para todo el país después de la conclusión de los trágicos hechos del 6 y el 7 de noviembre de 1985, manifestó a la opinión pública que como Presidente de la República se hacía responsable de los hechos y decisiones que se tomaron para defender las instituciones democráticas; ¿podría ampliar más en detalle el sentido que en esa oportunidad dio a su responsabilidad como jefe supremo de las Fuerzas Armadas? R: En los acontecimientos mencionados impartí a las Fuerzas Armadas la orden de mantener las instituciones y recuperar el Palacio de Justicia con las debidas precauciones para garantizar la vida de los rehenes... La ejecución del operativo militar es de tracto sucesivo inmediato. Por consiguiente no se me consultaba cada paso ni la manera como ese paso se iba a dar porque ellos correspondían a la respectiva responsabilidad de los mandos militares que lo estaban ejecutando. P: ¿Señor ex presidente, sírvase manifestarle al despacho si al inicio o en el transcurso de los hechos en el Palacio de Justicia, se le informó sobre la línea de mando militar, las unidades utilizadas, el arma a la que pertenecían y el armamento a utilizar por cada una de ellas? R: Las instrucciones por mí impartidas a través del Ministro de Defensa a las Fuerzas Armadas, versaron sobre el adelantamiento de un operativo militar que recobrara el orden perturbado, mantuviera las instituciones, con la regla de oro de recobrar sanos y salvos a los rehenes. Desde ese momento la incumbencia total de responsabilidades estaba en cabeza del estamento militar, el señor Ministro de Defensa adelante y luego los responsables de las respectivas responsabilidades asignadas. Por consiguiente, eran los propios mandos militares los que señalaban en cada caso la oportunidad de las respectivas acciones, casuista y específicamente consideradas. Y tiene que ser así. Puede leer: El día que Belisario Betancur le pidió perdón a los hijos del magistrado Alfonso Reyes P: Señor ex presidente, sírvase informar al despacho, en su discurso del 7 de noviembre en las horas de la noche usted asumió la responsabilidad integral y total de la acción gubernamental, de las declaraciones iniciales dadas por usted y esta diligencia en particular, usted divide la responsabilidad en dos campos, la política y constitucional la asume, la del operativo militar la ubica en los altos mandos militares de la Policía Nacional y en particular en el señor Ministro, en ese entonces, de la Defensa Nacional. ¿Considera usted, señor ex presidente, que las palabras pronunciadas en su intervención del 7 de noviembre y escuchadas por todos los colombianos contradicen las explicaciones detalladas y puntuales que usted ha hecho en particular en esta declaración? R: ... No hay contradicción por tanto en asumir esa responsabilidad general y en señalar que el operativo militar suscita una serie de responsabilidades específicas de los agentes que en cada caso ejecutaban determinada acción. P: Señor ex presidente, ¿considera usted que por parte del Ministro de Defensa, de los altos mandos militares y de la Policía Nacional durante el transcurso de los trágicos hechos a que nos hemos venido refiriendo, informaron adecuada, oportuna y efectivamente al Consejo de Ministros y/o a su excelencia sobre las operaciones militares que se cumplieron en la recuperación del Palacio de Justicia? R: La oportunidad, veracidad, etc., de dichos informes tengo que graduarla situándome en el contexto de ese momento; y en tal virtud desde luego eran considerados oportunos, completos y veraces porque no teníamos otra fuente de información que esa o la radio. Mirados a la luz de todas las informaciones posteriores, desde luego que aparecen incompletos. "La única explicación sería la parábola del lobo. "Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo", corría todo el mundo a tomar precauciones, pero el lobo no llegaba. Cuando llegó el lobo, nadie creía que hubiera llegado el lobo". P: Señor ex presidente, en declaración el señor Ministro de Justicia dice "... varios ministros manifestamos que, como íbamos a comunicarnos con Andrés Almarales, era conveniente que se suspendiera el operativo de acceso al cuarto piso (que implicaba volar una puerta metálica con dinamita), mientras no se lograra esa comunicación. En mi sentir, todos los presentes en el despacho del Presidente estuvimos de acuerdo en que eso era lo sensato y en que el director de la Policía debía dar la orden consiguiente". ¿La anterior afirmación del señor ex ministro Parejo es cierta o no? R: Es cierta en el sentido de que tanto el doctor Parejo como otros ministros, entre ellos las ministras de Educación (Liliam Suárez) y Comunicaciones (Noemí Sanín), hablaron de la conveniencia de que se suspendiera el operativo mientras el ministro Parejo hablaba con el señor Almarales. Pienso que el doctor Parejo toma su expresión de conveniencia y la de dichos ministros por la de todos los allí presentes. Porque lo que recuerdo es que en ningún momento hubo decisión ni expresión de suspender el operativo sino con el lleno de los prerrequisitos de que se ha hablado ya varias veces dentro de la presente diligencia... En primer lugar, el operativo militar no se estaba dirigiendo desde el Palacio presidencial; en segundo lugar, el doctor Parejo, como dije antes, entendió que su propio pensamiento sobre la conveniencia de suspender el operativo fue tomado como consenso. Le sugerimos: La última entrevista de SEMANA a Belisario Betancur (q.e.p.d) P: Señor ex presidente, en la misma declaración a que nos hemos venido refiriendo del doctor Parejo afirma que ignora totalmente las razones que tuvo la Policía para suspender la vigilancia del Palacio de Justicia. ¿Conoce usted las razones por las cuales se suspendió la vigilancia del Palacio, ya que antes había sido informado de las supuestas peticiones de magistrados y consejeros sobre, según informe del señor Ministro de Defensa, las incomodidades causadas a los altos funcionarios de la rama jurisdiccional? R: Nunca supe que se hubiera retirado plenamente esa vigilancia, sino que en razón del desagrado e incomodidad de que usted habla, se había limitado. Pero si es que, como se afirma en su pregunta, se había retirado por completo, la única explicación sería la parábola del lobo. "Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo", corría todo el mundo a tomar precauciones, pero el lobo no llegaba. Cuando llegó el lobo, nadie creía que hubiera llegado el lobo. P: Señor ex presidente, ¿tuvo usted conocimiento si hasta las 10 de la noche del 6 de noviembre fueron disparados cañones de tanques de guerra contra el Palacio de Justicia? R: ... la ejecución del operativo militar era de exclusiva responsabilidad de las Fuerzas Armadas. Desde el Palacio Presidencial se escuchaba con claridad retumbar de cañonazos y el despliegue de tanques sobre el Palacio de Justicia, lo mismo que ruido de helicópteros en torno al mismo Palacio. P: Doctor Belisario Betancur, manifiéstele al juzgado si usted de manera personal conoció el mensaje que el M-19 le enviaba al gobierno, desde el interior del Palacio de Justicia por intermedio del doctor Reinaldo Arciniegas B., en caso afirmativo ¿quién le hizo entrega a usted de este mensaje? R: No, nunca conocí dicho mensaje. Y solamente me enteré de la misión del doctor Arciniegas de que habla el señor fiscal, días después por publicaciones de la prensa. Puede interesarle: La carta de Belisario Betancur a sus hijos y bisnietos sobre la paz P: El doctor Martínez, representante de la Cruz Roja, portador del mensaje (del gobierno para el grupo insurgente), manifestó ante el juzgado noveno de instrucción criminal que como portador de ese mensaje fue dejado prácticamente en la puerta principal del Palacio de Justicia para que avanzara a conversar con los guerrilleros ¿dispuso usted como Presidente algún mecanismo especial para que el doctor Martínez pudiera llegar hasta el último reducto de los guerrilleros, que era un baño? R: Dispuse que los mandos militares que ejecutaban el operativo rodearan al doctor Martínez de todas las facilidades y precauciones para cumplir su misión. Pero no hasta el pormenor minucioso que señala la pregunta porque yo lo desconocía. Los informes que recibí de los mandos militares coincidían con las informaciones que oí y leí del doctor Martínez en el sentido de que su misión se vio frustrada por la manera como fue recibido en el Palacio de Justicia por los guerrilleros. Por las circunstancias en que estaban los magistrados no consideraba yo prudente hablar directamente con el doctor Reyes. P: ¿Por qué razón, doctor Betancur, no consideró usted prudente hablar con el doctor Reyes Echandía pudiendo haberlo hecho? R: ...Porque, al preguntar entre los allí presentes quién tenía más proximidad, incluso amistad, con el señor presidente de la Corte, se me respondió que el general y abogado Delgado Mallarino tenía relación de intimidad, por lo cual preferí que fuera él para que pudiera haber un diálogo más enriquecedor en la dramática situación. Por las circunstancias en que estaban los magistrados no consideraba yo prudente hablar directamente con el doctor Reyes. Los desaparecidos P: La señorita Irma Franco, según el informe de los magistrados especiales Upegui y Serrano, fue capturada por el Ejército, conducida a la Casa del Florero y la conclusión a que llegaron los magistrados nombrados, a mi parecer no ofrece duda alguna. Infórmenos, señor ex presidente ¿qué sucedió con tal ciudadana, a dónde fue conducida finalmente, por qué no aparece? ¿Qué informe le rindieron a usted a este respecto los altos mandos militares? R: Desde el momento mismo de los acontecimientos impartí instrucciones a través del señor ministro de Justicia, doctor Parejo, para que se realizaran investigaciones exhaustivas sobre todos los casos que se registraron como el de la señorita Franco que el señor Fiscal enuncia y en fin los similares. Entiendo que se iniciaron varias investigaciones al respecto que todavía están en marcha y que escapan a mi percepción, como es apenas natural. El incendio P: Señor ex presidente, en cuanto a la dimensión de la conflagración, la intensidad de la misma, la hora de su iniciación, la forma como se produjo, ¿algún alto mando militar le comentó sobre alguno de estos aspectos? R: Sí, se me dijo que como consecuencia de los intercambios de fuego en el interior era como se había producido el incendio, el cual no cubría, no alcanzaba la totalidad del Palacio... P: Señor ex presidente, ¿considera usted que con la utilización indiscriminada por parte de las Fuerzas Armadas de las armas a su haber se cumpliría el objetivo de respetar la vida de los rehenes y rescatarlos de las instalaciones del Palacio de Justicia? R: Esas eran las instrucciones: mantener el orden, las instituciones, recobrar el Palacio, con la totalidad de las cautelas para garantizar la recuperación de los rehenes sanos y salvos. Partía yo de la base de que la prudencia con que se utilizaran esas armas, su graduabilidad y oportunidad garantizaría tales instrucciones inequívocas. P: Doctor Betancur, finalizada la toma del Palacio, terminada toda acción, ¿quedó el gobierno satisfecho con la labor realizada por el señor Ministro de Defensa y los altos mandos militares? R: El gobierno y todos sus miembros y pienso que el país entero, el Presidente el primero, quedamos desgarrados, adoloridos, con una aflicción muy profunda. Al mismo tiempo quedamos con la convicción de que cada uno había cumplido su deber, desde luego a su leal saber y entender. Quedamos todos muy tristes, el Presidente a la cabeza, por el sacrificio de tantos colombianos, de todas las procedencias e instancias y categorías, todos compatriotas. Y todos quedamos al mismo tiempo en la esperanza de que esta prueba aterradora sirva a nuestra patria para afianzar en ella el imperio de la paz.