La historia de Pablo Escobar está ligada al tráfico de drogas, los asesinatos, las bombas y la violencia contra la población civil, más allá de su legado de sangre y dolor, el tristemente célebre narcotraficante también es recordado por un aspecto de su vida que llama la atención: su amor por los hipopótamos.
Durante su reinado como uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo, Escobar importó cuatro hipopótamos a Colombia en la década de 1980 como parte de su extensa colección privada de animales exóticos en su Hacienda Nápoles. Inicialmente, la idea era tener un zoológico, tal y como el parque que en su momento construyeron los también narcotraficantes hermanos Ochoa.
El extinto capo reveló detalles del envío de dichos animales, en una entrevista con el periodista Germán Castro Caycedo “No me querían dejar traer los animales: me decían que ya había zoológico en Medellín, que si los estatutos, que si la peste… Y yo pagando fortunas en pasajes, granos y terrenos allá en los Estados Unidos. Hasta que se me acabó la paciencia, o mejor dicho se me saltó la puta piedra, y ordené a mi gente que me mandaran los animales en un jumbo de carga. Mi Arca de Noé”.
Según ha trascendido, la mayoría de esos animales fueron comprados por dos millones de dólares al International Wildlife Park en Dallas, Estados Unidos, lugar que cerró luego de que Escobar adquiriera las especies que se encontraban allí. Se sabe que, en los primeros vuelos, algunos animales llegaron enfermos o muertos.
La obsesión con los hipopótamos
Según reveló su hermano, Roberto Escobar, en el documental “Los Hipopótamos del capo”, Pablo Escobar había intentado llenar un álbum de animales, pero no pudo encontrar la figura de un hipopótamo, lo que lo llevó a sentirse atraído por esta especie.
Inicialmente, Escobar albergó dos hipopótamos en su Hacienda Nápoles, pero con el tiempo, mandó traer dos hembras más. Durante varios años, con la supervisión de las personas contratadas por el capo, los hipopótamos estuvieron controlados. Sin embargo, tras la muerte de Escobar, la situación cambió drásticamente.
Hoy en día, se estima que hay más de 100 hipopótamos deambulando en el río Magdalena y sus alrededores, una crisis que se generó debido a la falta de control después de la intervención del Estado en la Hacienda Nápoles. Aunque algunos animales fueron trasladados, no sucedió lo mismo con los hipopótamos debido a su peso.
Sin embargo, estos ejemplares no murieron como otras especies, ya que se adaptaron a las condiciones de la región en la que se encuentran, un espacio que, guardando las proporciones, se asemeja a los ríos de la sabana africana y a los principales ríos de África Central.
En África, los hipopótamos están en peligro de extinción debido a la caza furtiva por su carne y dientes de marfil, así como a los cambios climáticos que generan sequías.
Sin embargo, en Colombia, la falta de estaciones ha permitido que los hipopótamos se reproduzcan con rapidez, convirtiéndolos en un peligro para el ecosistema y las personas, ya que estos animales actúan de manera agresiva cuando se encuentran con un humano. Por esta razón, el hipopótamo es uno de los animales que más genera muertes al año en el país.