En medio del furor de las consultas y la estrategia final previa al 13 de marzo, los candidatos que se van directamente a la primera vuelta parecían silenciosos. Sin embargo, tan solo horas antes del cierre de las inscripciones de candidatos a la Presidencia, Íngrid Betancourt evidenció ante el país el rumbo de su apuesta por la Casa de Nariño.
El jueves pasado, la candidata presentó al coronel (r) José Luis Esparza, quien fue comandante de la Operación Jaque, como fórmula vicepresidencial. No es la primera vez que Betancourt, por medio de su colectividad, muestra agradecimiento y confianza por un miembro de la Fuerza Pública que trató en medio de su paso por el secuestro.
El partido Verde Oxígeno revivió en diciembre del año pasado, cuando, tras el fallo que favoreció al Nuevo Liberalismo, el Consejo Nacional Electoral le otorgó la personería jurídica. En el momento, más que pretensiones propias, la tarea de Betancourt fue de unir a la Coalición Centro Esperanza y garantizar la adhesión de Alejandro Gaviria a la misma.
Al principio, puso sus avales a disposición de los candidatos de la Centro Esperanza y comenzó concediéndole un puesto en la lista al Senado de la coalición al exjefe negociador Humberto de la Calle. Sin embargo, uno de los escogidos no parece congruente con las creencias y valores centrales de la convergencia.
En la casilla 25 de la lista al Senado figura John Frank Pinchao, quien era subintendente de la Policía Nacional cuando las Farc lo secuestraron. Vivió sus nueve años de cautiverio junto a Betancourt, se fugó en una gran muestra de valentía y ahora la acompaña en el renacer de su carrera política.
Pinchao, a pesar de estar en la Centro Esperanza y ser cercano a la alternativa Betancourt, no piensa del todo igual que la bancada que representaría en el Congreso de la República.
Es duro contra la extinta guerrilla de las Farc, sus propuestas se centran en mejorar beneficios para la Fuerza Pública y en 2018, mientras Betancourt apoyaba a Gustavo Petro, él decidió irse con Iván Duque. En el momento, dijo que la actuación de la JEP era una “vergüenza” y aseguró compartir la visión de paz del actual presidente.
Íngrid, un soldado más
Esto lleva la conversación al secuestro de Betancourt, su liberación en medio de la Operación Jaque y cómo esto influye en su actual aspiración. A diferencia de los demás candidatos, quienes intentan todo para que la gran mayoría de colombianos los conozcan, Íngrid no necesita presentación.
Bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, las Fuerzas Militares, tan criticadas actualmente por los sectores alternativos de la política, le salvaron la vida a Íngrid. “Simplemente quiero sentirme un soldado más de Colombia al servicio de la patria”, fue su sentimiento de agradecimiento ante la “perfecta” Operación Jaque.
Ahí, en un prestigio sin precedentes de los militares colombianos, la vida misma de Íngrid se convirtió en símbolo de eficacia. Su agradecimiento, a pesar de su frente político, tampoco cesa.
Betancourt aseguró que sabe que Esparza es el compañero perfecto para la lucha que se viene, aunque es más de derecha que ella. Argumenta, a su vez, que los intereses de Colombia se encuentran por encima de la ideología. Pero, precisamente por eso, la apuesta por un electorado más amplio es la estrategia de las próximas semanas.
Con este movimiento, esa parte de la población que aprecia la defensa de los militares y policías puede ser seducida. Las familias, los exintegrantes y los simpatizantes podrían confiar su voto en la fórmula del Verde Oxígeno.
Sin embargo, esto también podría alejar a su electorado base, quienes creen en ella desde un sector alternativo y crítico de las instituciones bajo el discurso de la lucha contra la corrupción. Podría defraudarlos e incluso parecer sordo ante una sociedad que pide una reinvención de las Fuerzas Militares y la Policía.
En la inscripción de las candidaturas, tanto ella como Esparza estuvieron rodeados de exmiembros de la Fuerza Pública. Es posible que con la gloriosa Operación Jaque Betancourt logre refrescar las memorias de los colombianos y reviva los sentimientos que logró despertar en la ciudadanía.