Gustavo Petro no terminaba de celebrar el anuncio de que la Colombia Humana se convirtiera en partido político, según una decisión de la Corte Constitucional, cuando una consulta del registrador delegado en lo electoral, Nicolás Farfán Namén, a Doris Ruth Méndez, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), le aguó la fiesta.

En la comunicación del 15 de octubre, conocida por SEMANA, el funcionario plantea varias preguntas. Entre ellas, si el partido político de Petro puede pertenecer a una coalición (el Pacto Histórico), ya que el reconocimiento a la colectividad ocurrió gracias a que en las pasadas elecciones presidenciales de 2018 obtuvo más de 8 millones de votos. Es decir, es un partido político grande y está establecido que los partidos minoritarios son los que pueden formar coaliciones o alianzas políticas (que hayan obtenido menos del 15 por ciento de la votación total en las pasadas elecciones). Y la Colombia Humana no cumpliría con ese requisito.

Si el CNE acoge la teoría del registrador delegado, la Colombia Humana no podría integrar el Pacto Histórico y tendría que sacar una lista aparte al Congreso. Sería una movida política que, sin duda, confundiría al elector y generaría grietas en la propia coalición de progresistas, pese a que el hoy precandidato podría apoyar a dos listas desde su candidatura presidencial.

El CNE estudia el tema y durante la semana podría dar luces. O, por el contrario, como cree Dagoberto Quiroga, abogado de Petro, no se pronunciaría, porque se inhabilitaría en caso de una demanda electoral posterior. Si no emite un concepto, el petrismo acudiría a una tutela, pues corren contra el tiempo. Un concepto del Consejo de Estado tarda hasta más de dos años.

Ante la nueva circunstancia, Petro lanzó una advertencia: les propuso a los militantes de la Colombia Humana que, en caso de que el Consejo Electoral tome una decisión adversa, renuncien a la Colombia Humana. Internamente saben que fue una reacción de protesta, pero que, sobre el terreno, no se daría. Pese a la reacción de Petro, varios líderes de la Colombia Humana celebran la personería jurídica y creen que, así no formen parte del Pacto Histórico, pueden jugar electoralmente en las elecciones al Congreso.

El problema es que no hay figuras con suficiente representatividad. Hollman Morris está en Fuerza Ciudadana, y Gustavo Bolívar y María José Pizarro pertenecen al Movimiento Alternativo Indígena (Mais). Petro no podría renunciar a la personería jurídica de la Colombia Humana. Sencillamente, no inscribiría una lista al Senado.

“Tendríamos que sacar listas propias de Colombia Humana para salvar la personería jurídica o renunciar a la personería para sostener el Pacto Histórico”, dijo el precandidato. Sus palabras, según el excomisionado y precandidato presidencial Miguel Ceballos, traducen que “se asustó” y teme pasar el umbral en 2022 para conservar su personería. “Sin el Pacto Histórico parece que no lo logrará”, añadió Ceballos.

Aun así, hay análisis jurídicos que interpretan que en el fallo que le dio vida al Nuevo Liberalismo se abre la puerta para que a los partidos que revivieron y obtuvieron su personería jurídica recientemente no se les exija alcanzar el umbral.

En el petrismo consideran que el CNE le permitirá a la Colombia Humana sumarse al Pacto Histórico. Aseguran que la personería fue otorgada hasta octubre de 2022, y en 2018 participaron en las elecciones presidenciales, no las legislativas. Además, la Colombia Humana que apoyó a Petro fue un movimiento que se validó mediante firmas.

El problema es que, si el CNE estima que la Colombia Humana es un partido mayoritario por sus más de 8 millones de votos en 2018, la misma suerte podrían correr el Polo Democrático, el Mais, la UP, entre otros, pues también participaron en la coalición que apoyó a Gustavo Petro hace tres años. Es decir, esos partidos progresistas tendrían que armar listas al Congreso por aparte y se desbarataría el Pacto Histórico.