Francia Márquez, fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, se ha convertido en una de las voces más importantes de la política colombiana en los últimos meses. No solo representa la voz de la mujer y la comunidad afro en los espacios de poder, sino la presencia de las regiones históricamente marginadas.
Márquez ha sabido hacerse escuchar a la hora de denunciar injusticias y ha alzado su voz en contra de la degradación de la política y el actuar de algunos líderes que poco voltean a mirar a los que ella denomina ‘los nadie’, las comunidades menos favorecidas.
Sin embargo, ha llamado la atención que, ante los escándalos que le han estallado al Pacto Histórico, la fórmula vicepresidencial de Petro ha preferido guardar silencio.
El escándalo más reciente corrió por cuenta de las explosivas revelaciones hechas por SEMANA sobre reuniones de líderes y estrategas del Pacto Histórico, en las que hablan de “destrucción” de sus rivales e incluso discuten asuntos que tocan los linderos del código penal, como el hecho de que conocían de la visita de miembros de esta convergencia política a extraditables en la cárcel La Picota.
Estas revelaciones generaron malestar en un sector del Pacto Histórico. Por ejemplo, el senador Gustavo Bolívar, uno de los máximos bastiones del petrismo, dijo sentir “vergüenza” por lo ocurrido. “Hay gente que resta más de lo que suma. Siento vergüenza”, escribió Bolívar en redes sociales, sin mencionar a Roy Barreras, quien, tal como lo muestran las grabaciones, es uno de los personajes con mayor incidencia en esta nueva polémica en el país.
También se generó un enfrentamiento entre el representante electo Agmeth Escaf y el senador Armando Benedetti.
No obstante, a pesar de que ha insistido en que “somos un gobierno que surge del amor”, Márquez no se ha pronunciado sobre lo que se evidencia en los videos: la estrategia para destruir a sus contendores a partir de informaciones muchas veces falsas.
Tampoco ha habido pronunciamientos suyos frente a las polémicas protagonizadas por Piedad Córdoba.
Primero, cuando se conoció que la justicia de los Estados Unidos estaba indagando sobre unas presuntas visitas de la senadora electa a extraditables en la cárcel La Picota y luego cuando Córdoba fue retenida en Honduras por transportar 68 mil dólares en efectivo sin haberlos declarado.
Igualmente, cuando fue indagada por un video, conocido antes de primera vuelta, en el que Petro les pide a los ciudadanos que si van a recibir dinero de los compradores de votos, “lo hagan pero que voten por Petro y por el Pacto”, Márquez evadió la pregunta y aseguró que ”hablen con él y le preguntan, pero de mi parte, yo nunca he invitado a la gente a que sea corrupta. Y yo he intentado ser coherente en esta campaña”.
El asunto resulta llamativo porque antes de las consultas del 13 de marzo, cuando aún era precandidata, Márquez era la única que se atrevía a cuestionar a Petro y lo hacía de manera constante.
El punto de mayor desencuentro entre los dos se dio a principios de marzo por la invitación de Petro a César Gaviria, para que se sumara al Pacto Histórico.
Para Petro, Gaviria representaba el partido de la Revolución en Marcha de López Pumarejo, de las banderas de Jorge Eliécer Gaitán, de la libertad de los esclavos, de los derechos individuales, de la reforma agraria.
Mientras que Márquez lo cuestionó y aseguró que Gaviria “es más de los mismos que han llevado a este país a vivir en la crisis en que estamos, en hambruna y en corrupción, que siempre ha estado gobernando para su favor”.
También cuestionó cuando Petro abrió la puerta para buscar su fórmula vicepresidencial por fuera del Pacto Histórico.
La candidatura de Francia Márquez fue una bola de nieve que empezó a crecer en el suroccidente colombiano. Francia logró el aval del Polo Democrático y se midió en una consulta con Gustavo Petro, Camilo Romero, exgobernador de Nariño, Alfredo Saade y Arelis Uriana.
La lideresa ambiental se quedó con el segundo lugar, al obtener una sorpresiva votación de casi 800.000 sufragios, lo que aseguró su lugar como aspirante vicepresidencial. Sin embargo, en los últimos días, parecen haberla relegado a un segundo plano en la campaña, mientras ella guarda silencio ante los escándalos del Pacto Histórico.