“Está buenísima y no es que tenga mucha experiencia, está novata y es tímida”, este es uno de los mensajes recibidos por las autoridades, y que dieron pie al inicio de una enorme investigación para dar con una red de pedófilos. Tras meses de pesquisas, los resultados arrojaron una conclusión alarmante. El proxeneta detrás de la operación que ponía a disposición de pervertidos sexuales a niñas menores de edad era nada más y nada menos que un importante coronel del Ejército.
Las conversaciones que este personaje tenía con sus clientes son escabrosas. El coronel (r) –de quien SEMANA no publica el nombre para no alterar la investigación judicial– se hacía llamar Jorge Mega o el Compa en las redes sociales. En las publicaciones, en poder de las autoridades, el hombre les da indicaciones a los clientes sobre cómo manejar con precaución las actividades con las niñas. Advierte que debido a que se ven muy “pequeñitas”, no las dejan ingresar a moteles ni hoteles, y que para eso existe el alquiler de apartamentos, fincas o condominios.
Por cuenta de los hallazgos de la Fiscalía, al coronel (r) le dictaron medida de aseguramiento el pasado 12 de noviembre y en este momento se encuentra recluido en un establecimiento penitenciario.
Lo que la Fiscalía busca probar en el proceso es que mientras ejercía como militar y daba órdenes a sus subalternos, este hombre ingresaba desde su celular a redes sociales y ofrecía los servicios sexuales de una menor de edad de 14 años. Los interesados se comunicaban directamente con él, y el coronel (r) presuntamente les enviaba, por medio del chat, no solo fotografías sino un catálogo con los precios de los servicios que podría ofrecerles, que aumentaban según sus deseos.
Jorge Mega cobraría por cada encuentro sexual una tarifa básica de un millón de pesos, que incluía el acto sexual. Sin embargo, se cobrarían 500.000 pesos más y hasta el monto 5 millones de pesos si se cumplía alguna fantasía. Cada media hora adicional tenía un costo de 250.000 pesos.
Estos elementos forman parte de los hallazgos de la Fiscalía y la Policía Nacional, instituciones que han actuado en la investigación conjuntamente, luego de analizar más de 100 mensajes de texto que recibieron de manera anónima archivados en un CD, el pasado 12 de junio.
La cuenta de Jorge Mega había sido reportada por ciberseguridad como una posible línea utilizada para cometer delitos que vulneran la integridad de los niños, así que durante más de un año fue rastreada. Pero fueron las conversaciones suministradas las que resultaron ser pieza clave para abrir un proceso penal.
Cuando los investigadores empezaron a leer los pantallazos de las conversaciones sostenidas por WhatsApp y por Facebook identificaron de inmediato un procedimiento criminal. En estas, por ejemplo, un hombre que se hace llamar Jacobo escribe: “Me interesa mucho esa cosita (… ) y, la verdad, yo no le puedo poner precio a su mercancía”. Jorge Mega le responde: “Seguro lo tendrás, esa niña por plata lo está soltando”. El hombre pide fotos de la menor desnuda y el presunto proxeneta indica que no puede compartirlas, pues no va a soltar todas las cartas antes del pago. En el siguiente mensaje envía la fotografía de la niña en ropa interior.
En las charlas, Jorge Mega habla sin pudor. Asegura que ha tenido relaciones sexuales con la pequeña, desde que ella tenía 12 años. El coronel (r) describe cada parte de su cuerpo y asegura que es “dulce” e “indefensa”. El posible cliente le dice que si logra que la niña haga lo que él quiere, está dispuesto a pagar una comisión adicional.
Lo que viene después de eso es que Jorge Mega crea un grupo en WhatsApp con el nombre de la niña para que los tres puedan hablar abiertamente de lo que van a vivir.
Los investigadores creen que han recopilado información suficiente para que la Fiscalía acuse al coronel (r) y lo lleve a juicio. Entre los cargos que podrían imputarle están proxenetismo con menor de edad, en concurso heterogéneo, con utilización y falsificación de medios de comunicación para ofrecer actividades sexuales con persona menor de 18 años. Durante 2019 y lo corrido de 2020 la Policía Nacional reporta que más de 2.590 menores han sido usados sexualmente con fines económicos, la mayoría niñas entre los 12 y 17 años de edad.
No obstante, aunque muchos casos se denuncian, lograr condenar a los villanos de los niños suele ser un proceso complejo y doloroso. Por ejemplo, en esta investigación lo primero que deberá hacer la Fiscalía es probar en el juicio que las cuentas de WhatsApp y Facebook realmente fueron creadas y administradas por el coronel (r) del Ejército, pues evidentemente nadie utiliza su nombre real en la red para cometer este tipo de ilícitos. También está en proceso la verificación con la compañía celular de que la línea corresponde al oficial. Este fue el elemento clave para ordenar la captura, pues la empresa certificó que la línea con la que se habían hecho las llamadas y se habían creado los perfiles pertenecía al coronel (r). Al hacer la triangulación de los mensajes que salían del celular de él, también se identificó que muchos de ellos emitían señal desde la ciudad donde se negociaban los servicios sexuales de la niña.
El coronel (r) fue capturado hace más de una semana mientras paseaba tranquilamente a su perro. El proceso en la Fiscalía avanza y se espera que pronto se logre vincular a otros cómplices de esta red. Si la Justicia logra probar estos hechos, una niña indefensa llevaría más de cinco años siendo explotada por un hombre que públicamente prestaba sus servicios a la patria, pero que en privado era un lobo feroz, tan cruel como el peor villano de un cuento.