Cuando se anunció la cuarentena nacional para evitar el contagio masivo del covid–19, la alcaldesa Claudia López dijo que ninguna persona en la ciudad se quedaría sin techo ni alimento en este tiempo. Cumplir esa promesa no ha sido sencillo. En casi mes y medio de confinamiento, se han visto protestas en localidades como Usme y Ciudad Bolívar, enfrentamientos entre el Esmad y la ciudadanía y cientos de ventanas con trapos rojos, como símbolo de hambre y falta de ayuda. A corte del 6 de mayo, la Alcaldía ha hecho transferencias a 377.866 hogares y ha entregado 104.776 mercados. Aunque es una gran cantidad, la meta es llegar a 500.000 familias y los que aún no han recibido nada están desesperados. En esa tarea el reto no ha sido solo conseguir el dinero o los mercados, sino entregarlos.
Mapa focalización de la pobreza multidimensional y de las transferencias bancarias hechas por el Distrito. Lo primero que había que hacer era identificar cuáles eran las familias más necesitadas. En un inicio la Alcaldía no sabía exactamente a dónde ir. Parecía insólito que Bogotá no tuviera focalizada a su población más pobre. La alcaldesa López explicó que Bogotá no llegaba con mercados ni con transferencias antes y que ha tenido que hacerlo para que la gente se quede en sus casas. Pero el asunto es que si no se sabe dónde están los más pobres antes del coronavirus, lo lógico es que otros programas del Distrito no estuvieran llegando en el pasado.
La secretaria de Integración, Xinia Navarro, explicó a SEMANA que en los últimos 16 años la administración ha tenido varios programas para llegar a los más pobres. Entre esos programas están Bogotá sin Hambre, Bogotá Humana, Bogotá Positiva y Bogotá mejor para todos, pero que esa información hay que actualizarla constantemente porque entre esta población se encuentran migrantes, desplazados, víctimas de violencia, entre otros, que no se quedan en un solo lugar, sino que se mueven por Bogotá y otras partes de Colombia. Navarro también dijo que las bases de datos no son suficientes para encontrar a la población que necesita ayuda, sino que es indispensable hacer una búsqueda activa por los territorios: “Es necesario ir a buscar a la gente. A punta de bases de bases de datos nos guiamos, pero no llegamos a todos”. “Hemos comprobado que en Bogotá sí hay pobreza extrema y que en esos lugares no solo se necesita el mercado, sino también un centro de salud, una escuela, un programa para jóvenes, un comedor porque algunos no tienen cómo cocinar alimentos y muchas otras cosas más” La focalización se hizo con varias herramientas y varias bases de datos. Echaron mano de los datos del Sistema de Selección de Beneficiarios para Programas Sociales (Sisbén). Pero como una buena parte de la población no estaba en ese listado, tuvieron que buscar más. Tomaron información de la Secretaría de Hábitat para ubicar los polígonos teniendo en cuenta la pobreza multidimensional. Es decir que se incluyeron a las familias que viven en casas construidas en materiales precarios, hogares que tienen un acceso limitado a servicios públicos, al trabajo, a la educación, a la salud, y donde las condiciones de vida para los niños, adolescentes y jóvenes no son las mejores. En este mapa también incluyeron los datos de las alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo, para llegar a lugares donde no solo hay pobreza, sino también problemas de violencia estructural. Por último, tomaron la información de la estrategia que hizo la administración pasada de los 100 barrios priorizados. Con todos esos datos, lograron hacer identificar 403 barrios en toda la ciudad y 381.418 familias que viven en condiciones realmente precarias.
Ese mapa arroja que las localidades con más barrios de pobres son Ciudad Bolívar con 72 barrios y 80.865 familias; Usme, 58 barrios y 38.819 familias; San Cristóbal, 39 y 29.112; Bosa, con 31 y 40.039; Kennedy, con 28 y 38.561; Rafael Uribe Uribe con 26 y 20.069; Suba, con 26 y 45.098; Usaquén con 20 barrios y 18.452 familias. Engativá, por ejemplo, tiene solo 7 barrios, pero en esos se ha llegado a 20.623 familias. Chapinero, tiene 17 barrios y 7.424 familias. Y Fontibón 7 barrios y 11.788 familias.
En el proceso de repartir mercados, Integración encontró, por ejemplo, que algunas familias a las que les daban mercado no tenían estufa dónde cocinar, o que había muchos niños solos o que en las casas donde se decía que había un hogar al llegar encontraron que había un edificio con varias familias y por eso debían llevar al menos 25 por ciento más de mercados. En algunos lugares, como Compostela en Usme, por ejemplo, no se puede subir en carro o camión, entonces es necesario que el personal del Distrito, de la Cruz Roja y los voluntarios que se han ofrecido a ayudar suban los mercados a pie. Pese a que en Bogotá en las últimas administraciones se ha reducido la pobreza multidimensional, todavía hay mucho por hacer. “Hemos comprobado que en Bogotá sí hay pobreza extrema y que en esos lugares no solo se necesita el mercado, sino también un centro de salud, una escuela, un programa para jóvenes, un comedor porque algunos no tienen cómo cocinar alimentos y muchas otras cosas más”, dijo Navarro.
Por eso también, luego de entregar las ayudas, los funcionarios del Distrito les pedían a los ciudadanos que llenaran un formulario para quedarse con sus datos y así poderlos bancarizar. En el futuro, y si se tiene que prolongar la cuarentena por mucho más tiempo, estas personas al menos ya estarán identificadas y podrán recibir una transferencia bancaria en vez de de esperar que lleguen los mercados, cosa que ha tomado mucho tiempo.
Ciudad Bolívar. Foto: Sec Integración Social.
Ciudad Bolívar. Foto: Sec Integración Social.
Ciudad Bolívar. Foto: Sec Integración Social.
Ciudad Bolívar. Foto: Sec Integración Social.