Sin duda, la homilía del Papa Francisco en la que reprochó a los religiosos que tienen automóviles caros y lujosos le dio la vuelta al mundo el pasado fin de semana. "Yo sé que el vehículo es necesario porque hay que hacer mucho trabajo e ir de aquí a allá, pero es mejor un carro humilde; si os viene la tentación de un buen carro, pensad en los niños que se mueren de hambre", dijo el pontífice ante 6.000 seminaristas y novicias. Incluso, en ese momento, confesó que le "duele cuando ve a una monja o un cura con el último modelo de carro". " Ustedes no pueden hacer eso", reiteró. Tras el memorable sermón, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), cardenal Rubén Salazar Gómez, aseguró, en entrevista con El Tiempo, que la Iglesia colombiana no tiene lujos. "Quisiera que aquí, en Colombia, mostraran cuáles son los carros lujosos que tenemos nosotros. Le aseguro que no encontrarían ni uno solo (...) De pronto en Europa sí se puede dar eso. Allí la Iglesia ha tenido toda una tradición de riqueza y poderío. En América Latina siempre hemos tenido fundamentalmente una Iglesia pobre y al servicio de los pobres", señaló. Al parecer, el cardenal Salazar no conoce a Hernando Fajid Álvarez Yacub, el sacerdote de la Iglesia católica de Santa Marta que hoy ocupa los titulares de varios medios nacionales porque, motivado por el llamado del Vaticano, decidió vender su lujoso vehículo Mercedes Benz E 200, avaluado en 120 millones de pesos. “Yo voy a venderlo para no darle que hablar a la gente. Si conocen a alguien que esté interesado, con mucho gusto se lo vendo. Ese vehículo no es tan caro como ustedes piensan, cuesta como 120 o 125 millones de pesos. Ese es un carro cómodo”, aseguró el religioso, citado por el diario El Heraldo. Álvarez, quien es el sacerdote del cementerio de San Miguel, aclaró que el dinero que reciba lo entregará a sus familiares, quienes hace un año le regalaron el ostentoso carro en un gesto de agradecimiento, ya que él es el mayor de cuatro hermanos, a quienes cuidó desde que sus padres fallecieron. El padre nació en el sector de San Fernando, ubicado en el corregimiento de Santa Ana, Magdalena. En diálogo con los medios, relató que su familia recibió una generosa herencia de su abuelo, uno de los primeros árabes que llegaron a ese departamento. Álvarez, de 47 años de edad, aseguró que, aunque obedece los mandamientos de la Iglesia y las sugerencias de Francisco I, "la solución de la pobreza no es responsabilidad de la Iglesia, es del Estado" “El carro es una herramienta de trabajo, no lo tengo por ostentación, ni mucho menos por el estilo, porque yo, como así vengo en ese Mercedes, utilizo una mototaxi, una buseta, o me dan un chance. El asunto es que están pensando en el tema de la pobreza. La solución de la pobreza no es responsabilidad de la Iglesia, es del Estado. Que la Iglesia católica, en su misericordia, quiera ayudar y contribuir, es otra cosa”, dijo. El curioso cura también es noticia por sus particulares prácticas. Como si fuera una autoridad, instaló en el templo donde ejerce su vocación un dispositivo electrónico de 1.400.000 pesos que quita la señal de telefonía celular a 50 metros a la redonda. Esto, con el fin de presidir las ceremonias religiosas sin los incómodos sonidos de los celulares. “El tema de los celulares en las misas es un verdadero problema. Algunos los dejan con unos ringtones, y en plena misa, suena la música vallenata o cualquier otro género. Por eso, compré el aparato en Estados Unidos", precisó el sacerdote, quien agregó que, en su criterio, la pobreza de la que habló el Papa no está dirigida a los bienes materiales, sino a la espiritual y la humildad. Como el padre Álvarez pueden existir otros religiosos colombianos que gozan de lujos, la pregunta es si la homilía del Papa los hará reflexionar a todos.