A pesar de haber sufrido en carne propia el paso del huracán Iota, que destruyó Providencia la noche del familia Howard, residente de la isla, dice que aquella madrugada fue testigo de un milagro. En entrevista con SEMANA Noticias, dos personas de la familia contaron como Luisa, quien en los próximos meses cumplirá 103 años, logró sobrevivir a la emergencia.
Luisa Howard, según su familia, es una mujer fuerte. Ha estado varias veces al borde de la muerte debido a algunas complicaciones de salud: hace ocho meses le diagnosticaron bronquitis y neumonía, enfermedades que pudo superar. Y con la misma valentía logró salir adelante cuando el huracán Iota se les vino encima a ella, a su hija, Lucrecia, y a su nieto, Luis.
Esa noche, Luisa Howard y su familia tuvieron que enfrentarse a momentos muy difíciles debido a los vientos que alcanzaron casi 290 kilómetros por hora y a los objetos que comenzaron a volar con fuerza alrededor de su vivienda. “Es un milagro que no hubiéramos salido volando o que un objeto nos hubiera hecho daño”, refirió Luis. Su abuela, dice, solo salió con algunos morados en su cuerpo.
A su vez, Lucrecia, hija de Luisa Howard, dijo que aunque estaban atentos y tomando la precaución ante la situación, en el momento de la emergencia sintieron cómo las paredes de su casa se les vinieron encima. La reacción que tuvieron fue refugiarse debajo de los únicos dos colchones con los que contaban.
“En ese momento cogí y abracé a mi mamá. Puse una colcha y una almohada para poder prevenir que no se lastimara”, expresó Lucrecia. “Yo gritaba ‘en nombre de Jesús’, yo rezaba, pedía que no nos abandonara, que estuviera con nosotros. Fue un milagro, mi Dios estaba ahí con nosotros”, aseguró.
Por otro lado, Lucrecia también habló de cómo la señora Luisa reaccionó ante ese momento. “Ella lloraba y gritaba, pero después sentí que ya no decía nada. Yo pensé que se había muerto. Le decía a mi hijo que su abuela no estaba reaccionando. La sobaba y le hice un masaje, hasta que finalmente reaccionó y pudo hablar”.
El nieto de Luisa Howard cuenta que lo peor vino después: “Duramos tres horas en la intemperie, entre los escombros, rezando para que nada se nos volteara y nos matara, pero yo tuve un esguince, parte del techo me cayó en el tobillo y quedé atrapado”, comentó Luis. “Algo que yo nunca pensé que existiera fue tanta fuerza, el poder de ese huracán nos estaba afectando. Al final teníamos toda la cara salada, llena de arena, creo que la misma arena del mar”.
De la casa de la familia Howard no quedó nada. Ni siquiera las ilustraciones inspiradas en su hogar, la bella isla de Providencia, que Luis pintó hace un tiempo, pensando en poder venderlas y recolectar algo de dinero. Las había escondido a propósito en un punto alto de la casa para protegerlas del huracán. Pero esas imágenes, como la casa, también se perdieron.
“Parece que hubieran tirado una bomba atómica acá, porque acabó con todo. ¿Cuántas personas pueden decir que sobrevivieron tres horas en medio de un huracán de quinta categoría, si esos huracanes derriban hasta casas de cemento?”, dijo el joven en SEMANA Noticias.
El próximo 26 de enero cumplirá sus 103 años.