La posibilidad, cada vez más latente, de que se vuelva a la aspersión aérea con glifosato revivió el debate en el Congreso. Esta vez, en la Comisión Primera de la Cámara, el representante Harry González (Liberal) citó a un debate de control político a los jefes de cuatro ministerios: Defensa, Justicia, Ambiente y Salud. Con un recipiente de glifosato en la mano, el congresista los increpó. Los principales reclamos iban dirigidos al ministro de Defensa, Guillermo Botero, el único que no asistió. Según la excusa que presentó, se encontraba en Mitú en el homenaje a las víctimas por la toma guerrillera que cumplió 20 años. “En el tema del glifosato este ministro no puede decir ni coma, porque él los defendía como el presidente de Fenalco, y como presidente de la Cámara de Comercio no defendía a nadie más que a Bayer, que compró a Monsanto. Hay un grave conflicto de interés”, aseguró el representante liberal. “No he conocido un mejor herbicida que el glifosato”, ha dicho el ministro de Defensa, Guillermo Botero. Una de las principales preocupaciones de los congresistas es el posible impacto en la salud humana cuando se usa el glifosato, precisamente por ser un potencial riesgo para la salud fue suspendido en 2015. Para el representante González debería haber una evaluación de los riesgos de salud de los campesinos donde están cultivando y quienes serán los más afectados. Sin embargo, el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, explicó que no han realizado estudios clínicos al respecto, pero que constantemente revisan la literatura nacional e internacional en torno al glifosato. Uno de los momentos más tensos del debate se dio cuando el representante Juan Peinado (Liberal) retó a los ministros a beber un vaso de glifosato si estaban tan seguros de que no afectaba la salud. “La misma persona que es amigo de Fenalco se niega hacer pruebas. Abramos ese frasco acá y dígame que no es nocivo para todos ustedes. Entonces no les exijamos a los campesinos que lo hagan. A ver, entonces díganle al gobernador de Antioquia que fumiguen en el Country”, dijo Peinado.

El representante Harry González advirtió que también hay un riesgo fiscal, pues el Estado podría pagar miles de millones de pesos si llega a perder las 273 demandas que hay actualmente en su contra por afectación por fumigación con glifosato, que exigen reparación directa por 130.000 millones de pesos. ¿Va a volver el glifosato? Lo primero que hay que decir es que el glifosato, si bien se dejó de usar en aspersión aérea, se ha seguido usando de forma terrestre tal como lo autorizó el Consejo Nacional de Estupefacientes. “Dos resoluciones del CNE permiten la aspersión doselar –terrestre-“, explicó la viceministra de Defensa Diana Abaunza. "Este ministerio (de Salud) se ha pronunciado sobre el protocolo que ha seguido la policía antinarcóticos sobre la aspersión doselar, que es significativamente distinta. La técnica importa mucho en salud pública porque los elementos de la forma de exposición y dosis determinan los riesgos en los seres humanos", explicó el ministro de Salud. Sin embargo, la discusión tiene más aristas. Los representantes de la Comisión Primera cuestionaron la aspersión con drones, que está en prueba piloto. Según la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, la fumigación aérea con drones está permitida por la altura, “porque vuelan más bajito. Estamos evaluando si es eficiente”. "El glifosato ha tenido una alianza histórica con el uribismo", aseguró el representante Inti Asprilla. Pero la eficiencia del glifosato fue cuestionada. El senador de la Farc Luis Alberto Albán, cree que priorizar la erradicación en vez de la sustitución de cultivos es un desacierto. “Es una política criminal que no va hacia una solución. Sabemos de esas cosas porque manteníamos con la gente en el campo. Recuerdo cuando Cartagena del Chairá era el municipio con más cultivos del país, y propusimos un plan piloto en el satanizado Caguán, y eso se convirtió en la base del acuerdo (de paz). Lo que hay que mirar es si se soluciona el problema económico en el camino, la sustitución puede ser más lenta, pero va dejando una solución”, aseguró. Según la ministra de Justicia, el gobierno está construyendo una política integral antidrogas que presentará ante el Consejo Nacional de Estupefacientes en dos semanas, y en la cual la aspersión aérea todavía no es segura. “La erradicación forzosa la vamos a continuar, pero estamos estudiando el uso del glifosato, no es una decisión tomada”. La política integral tendría varios pilares. Primero se enfocará en la creación de condiciones territoriales para impulsar economías lícitas, es decir, en darles a los campesinos una opción mejor que el cultivo de coca. El gobierno también pretende reducir el “impacto en el consumo de drogas” por medio de prevención y educación, así como en rehabilitar a quienes sean adictos. La ministra aclaró que el decreto de la dosis mínima no pretende reducir el consumo, sino proteger los espacios públicos y sobre todo los alrededores de los colegios. Este gobierno también le va a apostar a desarticular las organizaciones criminales. “Tenemos que golpear toda la cadena productiva. Estamos ideando acciones de cómo vamos a desmantelar los laboratorios, los famosos cristalizadores”, explicó Borrero, quien además agregó que van a fortalecer la extradición de narcotraficantes. Sin embargo, las explicaciones de los jefes de cartera no convencieron a los congresistas que están en contra de la aspersión con glifosato, incluso la terrestre. “Este es un país cavernícola, mientras en otros países legalizan la marihuana, nosotros fumigamos”, sentenció Harry González.