El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, está acorralado por las denuncias de Olmedo López y Sneyder Pinilla que lo comprometen seriamente con el escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Lo acusan de comprar congresistas a través de contratos y de administrar el presupuesto de la entidad de manera amañada para que los senadores y representantes apoyen las iniciativas del Gobierno Petro.
Fuentes de la Fiscalía le compartieron a SEMANA el interrogatorio en el que López acusó a Bonilla. “Vengo a contarles, en el marco del principio de oportunidad, cómo el ministro de Hacienda compró a seis congresistas para que en la Comisión de Crédito Público lograran mantener y sacar provecho de los empréstitos y proyectos que tuvieran que ver con el Ministerio”, sostuvo el exdirector de la UNGRD.
En su testimonio, López involucró a Jaime Ramírez Cobo, enlace de la Presidencia ante el Congreso; a María Alejandra Benavides, asesora de Bonilla; y a alcaldes y funcionarios en las regiones. El exdirector de la UNGRD habló de un cupo de 700.000 millones de pesos que Bonilla dispuso para financiar la estrategia de compra de congresistas hacia septiembre de 2023.
“El día 27 de noviembre de 2023 soy citado e ingreso a lo que yo llamo el ‘cónclave’ por orden de Carlos Ramón González (en ese momento director del Dapre). Llego a esta reunión donde hace presencia el ministro Bonilla, el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y están presentes Guillermo Alfonso Jaramillo (ministro de Salud) y Gloria Inés Ramírez (ministra del Trabajo)”, señaló López en el interrogatorio.
En este punto, el exdirector de la UNGRD contó cómo Velasco hizo una exposición, dando ejemplos concretos de cómo estaba negociando la reforma a la salud con los congresistas, por la cual le habían pedido 80.000 millones de pesos en contratos, pero él había logrado bajar esa cifra a 35.000 millones de pesos y buscaba renegociar el monto para llegar a un acuerdo. Todo esto lo dijo Velasco, según López, delante de los presentes, incluido el ministro Bonilla.
El exdirector de la UNGRD reveló que el 14 de diciembre del año pasado recibió una llamada de su secretaria, quien le contó que a la entidad había ido Ramírez Cobo “hablando de unos contratos para cumplir, que había que sacar, que si yo sabía y conocía el tema”.
López agregó: “El ministro de Hacienda, ese jueves 14 de diciembre, me había hecho una llamada a las 6:03 de la noche y me había enviado un mensaje de ‘buenas noches, director’ vía WhatsApp”.
El exdirector de la UNGRD aseguró que el entonces subdirector de la entidad, Sneyder Pinilla, le dijo que lo estaban buscando del Ministerio de Hacienda. “El mensaje que había dejado (Ramírez Cobo) en las oficinas era que estaba en riesgo, de no aparecer el director rápidamente, los créditos de la nación, esa es la alerta que me deja”, le dijo López a la fiscal María Cristina Patiño.
“Esto lleva a concertar, a acordar lógicamente una cita con el ministro de Hacienda para el día 15 de diciembre de 2023”, agregó López.
El exdirector reveló detalles de esa cita: “Se inicia la reunión en el despacho del ministro con la presencia de Bonilla y de su asistente, María Alejandra Benavides. Le pregunté al ministro de qué se trataba porque me había dejado muy preocupado la forma, ya que yo era el director de la entidad y prácticamente a la Unidad habían llegado preguntando por unos contratos, por la celeridad de unos contratos para cumplirles a unos congresistas”(sic).
Cumplir compromisos
El relato de López continuó: “Él (Bonilla) le pide a su asistente que me explique, y que efectivamente había que cumplir. La asistente me habla, o nos habla porque el ministro estaba ahí, es una reunión de los tres, de un compromiso para cumplirles a los congresistas con contratos por 92.000 millones de pesos”.
“Cuando ella da el valor, el ministro me dice: ‘Y me quedan 200.000 millones de pesos más allá, en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo’; es decir, del presupuesto que el ministro de Hacienda había enviado el 21 y 22 de septiembre, 292.0000 millones de pesos eran de él”, añadió López en el interrogatorio.
El exdirector indicó que ese día el ministro dio la orden de sacar de este tema a Ramírez Cobo y encargó a María Alejandra Benavides. En la diligencia, López aseguró que hasta ese momento la representante a la Cámara Karen Manrique, de Arauca, elegida por las curules de paz, era la vocera del grupo de congresistas que había negociado con Bonilla.
López citó lo que dijo Bonilla en esa reunión. “Tenemos que reemplazar a Karen”. En ese momento, su asistente dio el nombre de Wadith Manzur. De inmediato, Bonilla respondió, según López: “Sígase entendiendo con Wadith Manzur, María Alejandra, y que él sea ese nuevo vocero”.
De esta manera, según López, lo que se acordó fue que Manzur mantuviera el contacto con el Ministerio de Hacienda para seguir informando a sus compañeros sobre cómo iban los contratos.
López contó en su interrogatorio la historia de la videollamada con Pinilla. “Le digo: hágame una videollamada. Tenía que mostrarle a él en dónde estaba y con quién estaba, y qué estaba recibiendo. Esa llamada fue a las 8:49 de la mañana, desde el despacho del ministro en medio de la reunión. Lo incorporo virtualmente, él me hace la videollamada. Me retiro un momento de la mesa donde estábamos trabajando, me levanto, pero no me salgo, hablo con él y le digo: ‘Estoy aquí en el Ministerio de Hacienda, hay una orden que cumplir, mira con los que estoy’. Me acerco a la sala y le pongo el celular de frente al ministro de Hacienda para que él lo vea, al doctor Bonilla, y le digo: mira con quién te debes seguir entendiendo, se llama María Alejandra Benavides para que crucen información y sigan ustedes adelante con la orden que yo más tarde te explico en la entidad. Y le muestro el rostro de María Alejandra. Les digo: crucen teléfonos y ahora les explico de qué se trata. Es una llamada de aproximadamente 3 minutos (...). La videollamada la hago consciente para no dejar rastros”.
López entregó pantallazos de la videollamada como prueba, al igual que las celdas de su celular que demuestran que ese día, efectivamente, estuvo a esa hora en el Ministerio de Hacienda.
Sabían lo que hacían
El exdirector de la UNGRD se sinceró con la fiscal Patiño y le reconoció que todos sabían lo que estaban haciendo. “Sabíamos lo que estábamos haciendo, que era un delito, doctora Patiño, y traigo una anécdota que no debería y que la dije en la reunión. ‘Doctor, es que estas no son las formas de cómo me pidieron y dieron la orden, no creo que corresponda, seguimos así y el escándalo de este gobierno va a ser mayor que el de Ciro Ramírez’ (exsenador del Centro Democrático preso por el escándalo de corrupción de las Marionetas)”.
El exdirector confirmó que después de la reunión Pinilla y Benavides, la asesora del ministro, se pusieron manos a la obra. Ella le entregó los nombres de los contactos en cada municipio. “Había que cumplirle al ministro porque era una negociación”, sostuvo López.
Luego, el exdirector le contó a la Fiscalía los detalles de sus encuentros en la UNGRD con la representante Manrique y entregó los chats que prueban la comunicación con ella. De inmediato, reportó que tenía en su poder una hoja en la que Manrique, de su puño y letra, escribió los nombres de los congresistas que se beneficiarían de los contratos en Saravena (Arauca), por 30.000 millones de pesos; Cotorra (Córdoba), por 50.000 millones de pesos; y el Carmen de Bolívar (Bolívar), por 12.356 millones de pesos. “Tengo mis apuntes con puño y letra de ella”, dijo López.
En últimas, el exdirector le insistió a la Fiscalía: “Eso es básicamente lo que tengo en este hecho de la orden recibida y que tiene que ver con el ‘cónclave’, de lo que ya me habían dicho ese 27 de noviembre en la reunión, que las negociaciones con los congresistas era comprándolos, comprando sus votos a cambio de contratación en unos acuerdos de valores en contratos que había que hacer en todo el territorio nacional para lograr los propósitos del Gobierno”. Durante uno de sus interrogatorios, López le dijo a la Fiscalía que, cuando regresó de la suspensión que tuvo por parte de la Procuraduría, el ministro de Hacienda “había intervenido la entidad que salva vidas en Colombia”.
Además, afirmó que la UNGRD “estaba al servicio del ministro” a tal punto que “había que pedirle permiso para usar el presupuesto”. Cuando la fiscal lo interrogó preguntándole si lo que había pasado era el procedimiento adecuado, él contestó: “No era un procedimiento regulado (...). Eso se llama controlar el presupuesto para sus intereses”.
Esta semana, el periodista Ricardo Calderón, de Noticias Caracol, publicó unos comprometedores chats en los cuales se ve al ministro Bonilla tratando de comunicarse con López y entrando en contacto con Pinilla.
Por otro lado, el 14 de diciembre del año pasado apareció en la escena Ramírez Cobo, enlace entre el gobierno y el Congreso, quien se refirió al cuadro con los “compromisos” y le dijo a Pinilla, según los chats aportados por el exsubdirector, que “ese tema es vital” y que “el ministro se está intentando comunicar con el director, pero no ha podido”.
Además, le hizo la advertencia: “Se nos van a caer los créditos de la nación, por eso es la urgencia”, y le adjuntó el teléfono del ministro Bonilla.
Era tal la urgencia que el ministro tuvo que llamar al exdirector de la UNGRD, aunque no le contestó. El registro de esa llamada fue aportado como prueba. Ese día, el ministro le escribió a Pinilla advirtiéndole que estaba “preocupado por destino recursos proyectos viabilizados”.
Al siguiente día, el 15 de diciembre, se dio la esperada reunión en el Ministerio de Hacienda entre Bonilla y López. Allí fue donde ocurrió la videollamada.
En más pruebas entregadas por Pinilla, de pantallazos de su celular y conocidas por SEMANA, se lee cómo desde ese momento Benavides empezó a enviarles los contactos de alcaldes, encargados y contratistas de Cotorra, Saravena y el Carmen de Bolívar. Los contactos, según los mensajes, fueron Ing. Harry Bejarano, de Cotorra; Camilo Díaz, de Saravena; y Juan Carlos Torres, que en el chat se lee como alcalde de El Salado.
En el seguimiento encargado por Bonilla, su asistente volvió a escribirle a Pinilla el 21 de diciembre para preguntarle “cómo iban los temas”.
“¿Qué mensaje le doy al ministro respecto al cumplimiento?”. Pinilla le contestó: “Q está ok el tema. Se habló con los 3 actores. Y q los 3 procesos están en curso de que completen la parte técnica y demás”(sic). En adelante y durante dos meses, hay decenas de chats aportados por Pinilla como prueba, en los que interactuó con tres emisarios de cada uno de los municipios a donde debían ir los recursos. El asunto no fue fácil. Los documentos quedaban mal diligenciados, no enviaban soportes o llegaban incompletos, y el entonces subdirector de la UNGRD tenía que completarles el trabajo. Incluso le dijo a López que la demora era porque eran muy brutos y tocaba hacerles el trabajo.
López fue quien puso en el ojo del huracán a Bonilla. Pinilla ha ratificado varios de los episodios narrados por López ante la Fiscalía y que enredan al funcionario de Petro, quien ya tiene la apertura de una investigación preliminar en la Fiscalía.
A propósito, el ente acusador ha sido lento en los casos de los altos funcionarios del Gobierno Petro salpicados en este grave escándalo de corrupción.
Aunque el presidente ha defendido a Bonilla, las pruebas y los testimonios en su contra lo dejan muy mal parado. Algunos, incluso, le han pedido la renuncia. ¿Hasta cuándo lo protegerá Petro? En las últimas horas, Bonilla pidió, a través de un abogado, ser escuchado en la Fiscalía. Mientras tanto, en el Ministerio de Hacienda se confirmó la pérdida del computador de su asistente Benavides. ¿Quiénes están interesados en borrar las evidencias?