Este miércoles se posesionó Gerardo Vega como el nuevo director de la Agencia Nacional de Tierras. En conversación con SEMANA, manifestó cuáles son los principales retos que tiene desde el cargo y que fue designado por la ministra de Agricultura, Cecilia López.
“Lo primero es que haya tierra para la gente. El acuerdo de paz decía tres millones de hectáreas, siete millones de formalizaciones y tener un catastro multipropósito, que le permita ordenar la propiedad en el sector rural en Colombia para definir planes”, dijo el funcionario, quien considera necesario cumplir con los acuerdos de paz para que se logre la meta de acceso a la tierra en los territorios a las comunidades más vulnerables.
El funcionario habló de la necesidad de hacer un reordenamiento de la propiedad rural en el país. Es consiente que la realidad en los territorios es compleja en materia de orden público y desigualdad social. Por eso, considera necesario implementar diferentes mecanismos, lo que, a su juicio, le daría valor al catastro multipropósito para que el precio de la tierra realmente sea el precio comercial y” que la gente pueda cultivar y que el estado esté en la disposición de facilitar y promover el cambio hacia la agroindustria”, indicó.
Por otro lado, el gobierno del presidente Gustavo Petro, hace especial hincapié en los bienes que existen en el fondo de tierras de la Unidad de Restitución, en el Fondo de Tierras de la Agencia Nacional de Tierras y la Sociedad de Activos especiales (SAE). ”Hay mecanismos para buscar la entrega de esas tierras”, señaló.
Manifestó, por otro lado, que es urgente que la gente que tiene tierra logre formalizarla. Uno de los retos más significativos es aquel que ha suscitado dudas entre las administraciones regionales. Gobernadores y alcaldes de diferentes regiones, como en la Dagua, Valle del Cauca, indican que muchos de los terrenos de la SAE se encuentran en zonas de reserva forestal y protección del medio ambiente. Esta situación haría inviable entregarlos a poblaciones que no podrían sacarle un provecho integral al terreno.
Para Vega, es un reto que requiere la intervención del Medio Ambiente para determinar en realidad las características que tiene cada terreno, y llegar a algunos acuerdos para definir qué se puede entregar a la población y qué no.
“Hay una decisión de gobierno de sacar adelante la Reforma Rural adelante y en tema de invasiones, la vía es el diálogo y la negociación, lo que es posible acordarlo”, por eso invitó a las comunidades a sentarse a dialogar con las comunidades étnicas, con negritudes, con indígenas y campesinos, reconociéndolos en primer lugar como sujetos de derechos.
Indicó que lo anterior se pretende materializar con un proyecto de ley radicado en el Congreso de la República en el que se insiste en que estas poblaciones son sujetos de especial protección.
También se refirió a la frustración que han manifestado por parte de las autoridades locales al no poder llegar a acuerdos y tampoco poder intervenir con la Policía Nacional las invasiones ilegales que se dan en fincas privadas e incluso en terrenos del estado y unidades educativas. “Esas son decisiones de las autoridades locales, pero la vía prioritaria es encontrar los caminos del diálogo para formalizar y para acceder a tierras”, anotó.
Gerardo Vega, nuevo director de la Agencia Nacional de Tierras, perteneció al EPL
Vega es abogado, nacido en La Plata (Huila), con más de 20 años de experiencia en procesos de restitución de tierras. Perteneció al grupo guerrillero Ejército Popular de Liberación (EPL). Hacia 1987 hizo parte del Frente Popular, una de las fuerzas políticas cercanas al EPL, donde, según La Silla Vacía, habría participado en invasión de terrenos.
Posteriormente, hacia 1990, se desmovilizó de esa guerrilla, pero se ha mantenido enfocado en la restitución de tierras con enfoque en los pequeños campesinos. Ha estado vinculado a los procesos de paz que se han desarrollado en el país, y sobre todo, se ha convertido en uno de los principales líderes de procesos de restitución de tierras, especialmente en el Urabá antioqueño, donde ha ganado un amplio reconocimiento por su labor, por la que ha sido exaltado y cuestionado.
Durante once años fue director de la Fundación Forjando Futuros, con la que lideró varios de esos procesos de restitución.
Vega ha representado jurídicamente a campesinos que dicen haber sido despojados de sus tierras. Ha ayudado en procesos de reclamos a nivel nacional a través de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.
Por su trabajo recibió el Premio Nacional de Paz en 2012, mientras que en 2015 obtuvo un premio de derechos humanos.