El viernes de la semana pasada, el embajador Luis Carlos Villegas destapó champaña en su elegante residencia en Washington para celebrar con un pequeño grupo de invitados la firma de un contrato por el cual la representación colombiana se trasladará en los próximos meses a un edificio situado en una de las mejores zonas de la ciudad. El contrato es de arrendamiento por un plazo de tres años, al cabo de los cuales el Gobierno podrá ejercer una opción de compra sobre el inmueble. El edificio se encuentra a pocos metros de la calle 17, en el sector noroeste de la capital, muy cerca de Dupont Circle, una de las principales rotondas de Washington. La fachada da a la exclusiva Massachusetts Avenue, una vía popularmente conocida como Embassy Row (Calle de las Embajadas), donde funcionan tantas embajadas.

La acutal sede de la Embajada colombiana ante la Casa Blanca. Archivo Particular “En ese edificio se ubicará no solamente el personal de la embajada ante la Casa Blanca, encabezada por Villegas, sino también el de la Misión Permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA), dirigida por el embajador Andrés González. Así mismo, estarán el Consulado, dirigido por Leonardo Quintero; la Oficina Comercial de Colombia, a cargo de Enrique Millán; la de de Proexport, comandada por Alejandro Pardo; las agregadurías militares, y delegados de la rama judicial”, le contó a Semana.com uno de los invitados a la copa organizada por el embajador Villegas. Aunque la Embajada guarda hermetismo sobre los detalles del contrato, los cálculos más conservadores indican que el canon de arrendamiento del edificio supera 90.000 dólares mensuales (unos 190 millones de pesos). Y si Colombia hace uso de la opción de compra, deberá cancelar más de 33 millones de dólares (unos 68.000 millones de pesos a plata de hoy), que no es una cantidad exorbitante para esa zona de la ciudad. Pero esa decisión de tomará cuando esté a punto de terminar el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

La Misión Permanente ante la OEA. Archivo Particular Centralizar todas las dependencias del gobierno colombiano es la culminación de un sueño que tuvo en los años 90 el entonces embajador, Luis Alberto Moreno, y por el cual trabajaron sus sucesores Andrés Pastrana, Carolina Barco y Gabriel Silva. De esa forma habrá oficinas más cómodas para los diplomáticos y funcionarios administrativos y, por supuesto, para el público. De allí que el contrato se convierta en uno de los logros más sobresalientes de Luis Carlos Villegas. En la actualidad, la Embajada despacha en una casa de ladrillo en Leroy Place, una calle pequeña que desemboca en Connecticut Avenue, cuyo espacio ya no da abasto. A pocas cuadras de allí, en la calle 22 y cerca de Massachusetts Avenue, opera la Misión ante la OEA. La residencia del embajador, que es una casa emblemática de Dupont Circle, queda cerca, al igual que las oficinas Comercial y de Proexport, que funcionan en la calle 19. El Consulado también está en las proximidades. El arrendamiento que Colombia paga por este supera 11.000 dólares mensuales (unos 24 millones de pesos).   

El Consulado se encuentra en la calle 15, en un lugar muy céntrico. Archivo Particular

La residencia del embajador en Washington, situada en Dupont Circle. Archivo Particular