En la más reciente reunión de bancada del Pacto Histórico, cuyo audio fue revelado en exclusiva por SEMANA, se escucha una verdadera rebelión entre los congresistas de la convergencia de izquierda. Las más importantes cabezas se acusan entre sí por falta de disciplina y también se quejan por el abandono del Gobierno de Gustavo Petro, con ministros que en varias ocasiones les han dado la espalda.

En primer lugar, la queja entre los parlamentarios veteranos es el desorden de la bancada. Se criticaron proyectos repetidos, ausentismo en plenaria, poca asistencia a las reuniones de bancada, afán por resaltar y hasta citaciones de control político a ministros del Gobierno.

El representante Alirio Uribe regañó a sus compañeros: “Ordenemos esta vaina porque nos eligieron para hacer la agenda de cambio, compañeras y compañeros. Estamos perdiendo el tiempo”. Por su parte, la senadora Aída Avella calificó el estado de la bancada como una “locura” en términos legislativos.

La senadora Clara López fue más elocuente al decir que la falta de coordinación los hace ser “una bancada eunuca”, calificándola de castrada, poco viril y afeminada.

Isabel Zuleta, por su parte, estalló en desacuerdo con lo que ha “cedido” el Gobierno defraudando los compromisos de campaña con el electorado.

El congresista Gabriel Parrado dijo que ni se conocen entre parlamentarios y calificó los retiros espirituales del Pacto Histórico, estrategia de cohesión entre Gobierno y bancada, como una “mierda”. Incluso, la desorientación es tal que llegan a la plenaria sin prepararse. “Somos una vergüenza”, concluyó.

Las más duras críticas apuntaron hacia el Gobierno. Según el clamor de los congresistas, no contestan el teléfono, no agendan citas y tampoco hacen presencia en el Capitolio, han abandonado por completo a sus parlamentarios. “Aquí el Gobierno no aparece”, sostuvo el representante Uribe.

El congresista Parrado no contuvo sus fuertes reparos y calificativos: “El Gobierno no tira línea. El Gobierno nos ha reunido dos veces para vaciarnos. (...) Nosotros no somos nada para el Gobierno”.

La senadora indígena Aida Quilcué, fiel al petrismo, tampoco pudo contener su frustración: “Nos mandaron para el carajo, porque ni citas dan. Ni contestan el teléfono. Entonces uno no tiene con quién hablar”.

Alfonso Prada, ministro del Interior, también fue tema de conversación y foco de críticas. Alirio Uribe comparó su gestión con la del exministro Juan Fernando Cristo durante la administración de Juan Manuel Santos. “Ese man dormía aquí en el Congreso. Aquí el Gobierno no aparece”.

Gustavo Bolívar también intervino en contra de Prada: “El primer ministro de Gobierno que yo nunca he visto en el Congreso”. Aseguró también que la desconexión “nace del error que se cometió de poner de voceros del Gobierno a personas que no son de esta causa”.

Finalmente, Bolívar advirtió a la bancada que no hay que subestimar a la oposición y también que está “preocupado” por la marcha del 29 de octubre. Reveló que su intención es que se apruebe la reforma tributaria antes de la fecha, para evitar así que las multitudes la tumben.

El desencanto, las quejas y la frustración desencadenaron una rebelión en la bancada del presidente Gustavo Petro. Se defraudan promesas de campaña, se rompen lazos y se enreda la cohesión a la hora de apoyar las iniciativas del Gobierno. Detrás de la aparente convicción en la causa, hay muchas grietas que los retiros espirituales y las reuniones en Hatogrande no han logrado remediar.