El Partido Verde no pasa por un buen momento. Las tensiones al interior de la colectividad se agudizan con el paso de los días y a medida que tienen que tomar una decisión frente a una candidatura única entre seis precandidatos, el lenguaje parece escalar y las diferencias aumentan. En la colectividad –a diferencia de otros partidos– confluyen varias vertientes: una cercana al profesor Antanas Mockus; una, mucho más reducida, de Enrique Peñalosa; otra de Claudia López, alguna de Sergio Fajardo y una más de Gustavo Petro. Y es ahí donde está el dilema.
El ala de centro del Partido Verde quiere la escogencia del candidato único antes de octubre de 2021 porque prefieren que se mida en marzo del 2022 con otras vertientes políticas. E, incluso, prefieren hacerlo a través de un mecanismo donde quienes decidan sean senadores, representantes, diputados, concejales, bases, entre otros.
“Bases del Partido Verde decidirán candidatura presidencial verde: personas afiliadas, ciudadanía votante, excandidatos, personas electas. Qué pena no incluir a militantes y dirigentes políticos de otros partidos”, precisó la senadora Angélica Lozano, quien también propuso una encuesta a la ciudadanía que se identifique, simpatice y vote por el partido.
Pero, Camilo Romero, uno de los precandidatos que se ha convertido en una piedra en el zapato para algunos sectores internos del partido por su cercanía con el Pacto Histórico y Gustavo Petro, considera que debería ser en marzo de 2022, un proceso más abierto donde participen todas las bases, la militancia, entre otros, en aras de darle un toque más democrático a la elección.
La propuesta de Romero no es vista con buenos ojos porque en el Verde temen que a las elecciones de su precandidato único termine ingresando el petrismo, porque solo con un correo electrónico cualquier ciudadano se podría inscribir como militante. “Se corre el riesgo de la activación de bodegas en redes y que termine triunfador el candidato cercano al petrismo”, dijo una fuente a SEMANA, quien pidió reserva de su identidad. Es decir, los demás precandidatos se sienten en posible desventaja.
Y es que internamente hay quienes creen que el exgobernador de Nariño quisiera alcanzar la precandidatura única del Verde y, de paso, exigir a su colectividad una alianza con el Pacto Histórico, cuando su partido ya oficializó su apoyo a la Coalición de la Esperanza. “Una consulta presidencial en marzo solo del Verde viniendo de Camilo Romero, quien pregonaba unidad sin vetos para primera vuelta, tiene un propósito perverso: debilitar la centroizquierda y enterrar el Verde para que la segunda vuelta sea Petro vs el de Uribe”, anunció el precandidato Antonio Sanguino.
Este viernes, a las 11:00 a.m., el exsenador Antonio Navarro y Carlos Ramón Jiménez, copresidentes del Verde, citaron a una reunión cuyo tema central será elecciones presidenciales 2022. Y ahí, no está descartado, se definirá y se votará qué mecanismo utilizará el partido para escoger a su candidato único y la fecha.
El encuentro no será fácil. Los ánimos están caldeados. Camilo Romero insiste en que no existan vetos y se escoja al candidato en marzo del nuevo año, pero la colectividad ya decidió que no acompañarán a Gustavo Petro en primera vuelta y algunas mayorías creen que debe escogerse ante de diciembre de este año.
Este viernes, si las discusiones no se extienden hasta altas horas de la noche como ha ocurrido anteriormente, podrían llegar a un acuerdo. O de lo contrario, el partido- como sugieren algunas figuras del Verde- podría dejar en libertad a sus dignidades para que apoyen a quien considere, una propuesta aún más remota, al menos de momento.