"Vamos a prohibir el parrillero hombre en las motos de más de 125 centímetros cúbicos en todos los sectores de la ciudad". Estas fueron las palabras con las que Enrique Peñalosa, alcalde mayor de Bogotá, comunicó la medida adoptada por su administración para enfrentar el crimen y el delito. Las pronunció el pasado miércoles 24 de enero, y desde ese momento desató una controversia en la ciudad.Esta prohibición se justificó por el reciente crecimiento de hurtos denunciados en Bogotá y perpetrados por asaltantes que se movilizaban en motocicleta. El más reciente fue el atraco a una mujer embarazada en el barrio Rosales, uno de los sectores más exclusivos de la ciudad, y donde residen importantes personalidades de la nación, desde el presidente Juan Manuel Santos.Las cifras oficiales de la administración capitalina señalan que los hurtos en motocicleta pasaron del 3,3 por ciento en 2016 al 5,7 por ciento en 2017. El programa Bogotá Cómo Vamos, por su parte, señaló que  3.031 hurtos cometidos en esta modalidad fueron denunciados en el último curso.La idea de prohibir el parrillero hombre estaba rondando desde hace días en Bogotá. De hecho, el alcalde, Enrique Peñalosa, dijo que lo habían estudiado por un par de meses y, finalmente, decidieron implementar la medida de manera temporal.Para el burgomaestre, la medida no tendría mayor impacto, pues aseguró que “solo el 5 por ciento de los ciudadanos en Bogotá se movilizan en moto, y de ese un 10 por ciento tiene parrillero hombre. La prohibición afectaría a menos del 0,5 por ciento de las personas, en cambio beneficia a todos los ciudadanos”.Pero tras la controversia desatada por la medida administrativa, a Peñalosa le han salido a cobrar su nueva postura, al recordarle que durante la campaña política se opuso a medidas restrictivas a los usuarios de motocicletas, subrayó las bondades de este vehículo, e incluso utilizó un término que ahora muchos adoptan para descalificar el decreto: “es como el cuento del sofá, cuando el marido encuentra a la esposa que le está siendo infiel en el sofá, entonces sale furioso y vende el sofá” 

 Luego de esta factura que le pasaron en las redes sociales, Peñalosa defendió su decisión.

El pulso continúa entre el alcalde y los motociclistas. Y en esta controversia, el pasado no perdona a Enrique Peñalosa.