Entre las decenas de investigaciones disciplinarias que tiene en su despacho la viceprocuradora, Marta Isabel Castañeda, hay un par de las que están pendientes la población del municipio de Chía, vecino de Bogotá. Se trata de las radicadas con los números 2012-358769 y 2012-268861. El investigado: Carlos Enrique Martínez, concejal de ese municipio por el movimiento 'El grupo por el Cambio', quien en el último año ha sido protagonista de al menos cuatro bochornosos episodios. Las dos investigaciones tienen que ver con un incidente en un edificio en el norte de Bogotá en la madrugada de enero del 2012, cuando hizo tiros al aire en medio de un aparente lío de faldas como lo recuerdan los vecinos del sector.Meses más tarde fue grabado el momento en el que insultaba a varios policías que lo conminaron a mostrar sus documentos, pues consideraron que manejaba una motocicleta en aparente estado de embriaguez en el municipio de Chía. Un video publicado por Noticias Uno dio cuenta del incidente donde el cabildante recordaba, con palabras de grueso calibre, que era líder político de la zona y que había integrado las Fuerzas Militares.Un episodio más se registró el 31 de octubre del 2012, cuando Martínez, de 28 años, fue detenido por las autoridades en el occidente de Bogotá por porte ilegal de municiones para arma de fuego (dos proveedores, 13 cartuchos calibre 45 y además portaba chaleco antibalas). En el momento de su captura, según registró El Espectador, Martínez habría dicho ser informante del Ejército y que se encontraba en medio de una transacción de compra de dólares.Pero ahora los problemas del concejal pasaron de castaño oscuro. Su papá, Carlos Eduardo Martínez, un coronel retirado dueño de varias propiedades en Chía, entabló una denuncia en su contra que reposa en la Fiscalía Segunda de Zipaquirá porque, al parecer, el cabildante le habría hurtado cerca de 500 millones de pesos.En la causa judicial rotulada con el número 25175600 del 14 de febrero pasado se asegura que el concejal llegó a su casa paterna junto a una mujer identificada como María Clara Gallego. Allí, bajo engaño, ingresaron a la vivienda violentando la chapa y sustrajeron 500 millones de pesos que estaban en un clóset.Según el documento, el dinero era el producto de la venta de una maquinaria agrícola y de un lote que serviría, según el denunciante, para el pago de los estudios en el exterior de uno de sus hijos y el pago de los gastos de campaña política.En el documento, Martínez, quien aspiró en las elecciones pasadas a la Alcaldía de Chía, asegura que su hijo y la mujer no dejaron ni un peso en la vivienda y se habrían marchado en un vehículo Jaguar de color azul perteneciente a la familia. “Cargaron dos maletas en el carro y el celador no encontró sospecha por ser familiar. Mi nieto fue dejado por fuera de la casa. Encontré violentada la chapa del clóset donde tenía 500 millones”, declaró Martínez.Este último caso traspasó la frontera íntima del concejal al convertirse en un caso judicial. El episodio tiene escandalizado al municipio de Chía, pues no se explican cómo uno de sus representantes rompe registros al encadenar tantos escándalos. El presidente del cabildo, Francy Hernán Muñoz, es prudente a la hora de pronunciarse por estos hechos. Sin embargo, deja ver su molestia por el comportamiento de Martínez. “El tema es muy delicado y aun cuando no somos responsables, nos sentimos cuestionados”, señaló al tiempo que dijo que en los últimos días Martínez no ha regresado al Concejo.El caso de este concejal, quien en su hoja de vida registra un grado de profesional en ciencias políticas militares, recuerda el caso del senador Merlano, aquel congresista que fue despojado de su investidura por haber conducido en aparente estado de embriaguez en Barranquilla y que insultó a la fuerza pública recordándoles su poder como senador. Por ahora nada se sabe del concejal y hay temor de que cuando se vuelva a hablar de él sea por algún otro escándalo, que es lo que públicamente ha hecho hasta ahora.