Desde que Federico Gutiérrez se metió en la política, los egresados de la promoción del 92 del Gimnasio Los Alcázares, en Sabaneta, Antioquia, han estado pendientes de sus pasos. Cada vez que tiene una aspiración, los une una causa común y recuerda cuando hace 31 años lanzaron el birrete por los aires al recibir el grado de bachiller.
Como la política divide, unos pocos no lo acompañan en sus travesías electorales, pero la mayoría sí está pendiente de él, así como de J Balvin, otro de los estudiantes ilustres que pasó por los Alcázares. Cada uno en su estilo los hace vibrar.
El carisma siempre fue su imán atrayente y sin quererlo era el líder del colegio y después de la universidad. Sin duda, una característica que mantiene porque en la política no es fácil ganarse el cariño de la gente y más en un ambiente tan polarizado.
Nadie en el colegio pensaba que Federico Andrés Gutiérrez Zuluaga algún día estaría en el mundo de la política, ni verlo de saco, jean y camisa manga larga hablándole a la gente y sonriendo. Lo recuerdan mamando gallo entre clases.
Pero al nuevo alcalde de Medellín se le conoció primero como Fede; incluso, en su casa lo llamaron así por muchos años. Sin embargo, en los Alcázares había muchos Gutiérrez y para identificarlo empezaron a usar el Fico y así se quedó.
Nunca le molestaron los diminutivos, y profesores, compañeros, en el equipo de fútbol, los conductores de la ruta y las empleadas de la cafetería le marcaron ese sello con el que ya el país lo conoce.
El Fico le ha funcionado hasta para escribirle cartas de amor a Margarita Gómez, la mujer de su vida y madre de Emilio, Pedro y Juanita, sus tres hijos. Ese diminutivo encabezó decenas de cartas con las que la enamoró, aunque después sacó sus dotes de paisa berraco para echarle el cuento personalmente.
Futbolero, descomplicado, sonriente, amoroso con su familia y leal con sus amigos, Fico llegó a la universidad, cumpliendo el sueño de Hernán Gutiérrez Isaza y Amparo Zuluaga Gómez, quienes trabajaron fuertemente para sacar adelante a tres hijos: Federico, Catalina y Juliana.
Tal vez esa unión familiar y la enseñanza de escuchar a la gente le han servido a Gutiérrez para estar en la política, pero nunca fue un tema en la casa. Por ahí a los 15 años se tocaban esos asuntos cuando su padre fue director del Departamento de Planeación de Medellín, único cargo público que ocupó, antes de ser decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Medellín y jefe del programa de Ingeniería en la Eafit.
A Fico le quedó una gran enseñanza de su padre: “Suave con las personas, duro con los argumentos”, frase con la que Hernán bajaba la efervescencia de las discusiones.
Ahí comprendió el respeto por lo que piensa el otro y empezó a hablar de política en la Universidad de Medellín, donde se graduó de ingeniero, pero no era su tema preferido por los compromisos académicos y la vida natural de los estudiantes universitarios.
No obstante, desde aquella época mostró su talante y, aunque se centró en el sector privado, varios dirigentes políticos lo sedujeron para llegar al Concejo de Medellín en 2004 luego de comprobar su carisma como líder. Estuvo ocho años y consolidó una carrera política, que ha tenido más éxitos que derrotas y unas cuantas polémicas.
En menos de diez años, fue elegido alcalde (2016-2020), ganó una consulta presidencial y obtuvo más de cinco millones de votos en la pasada campaña (2022), cuando quedó por fuera en la primera vuelta, su primera experiencia en elecciones nacionales. Muchos afirmaron que con ese caudal electoral esperaría hasta 2026 para repetir, pero decidió ir por la Alcaldía de Medellín, nuevamente con una victoria aplastante: 689.519 sufragios, más del 73 % del total de la votación.
Ahora confía en los valores que sus padres le inculcaron en una casa del barrio Alameda para llevar las riendas de la capital de Antioquia durante cuatro años. Prometió que no renunciará, por lo que las aspiraciones presidenciales, que seguramente conservará, quedarán para 2030.
Entre tanto, todos los que han pasado por la vida de Fico, de Fede o de Federico Andrés amanecieron optimistas tras un nuevo triunfo en las urnas.