Varios minutos fueron necesarios para mencionar a una larga lista de asistentes a la ceremonia de despedida del subteniente Juan Pablo Vallejo, asesinado en Bogotá, durante una jornada de inspección sobre un caso de hurto en los cerros orientales.

Desde altos mandos militares de la Policía, pasando por representantes de la Fiscalía y de los departamentos de seguridad de Bogotá y del nivel nacional, al igual que integrantes del Congreso y otras dependencias del poder en el país, estuvieron en la jornada religiosa, en la que el capellán de la iglesia, no solo se refirió a la dolorosa muerte del que era considerado como una joven promesa de la Policía y de la seguridad del país, sino como una persona de bondad.

Las expresiones de tristeza no paraban de surgir en la transmisión (vía streaming) de los honores fúnebres, en los que se cubrió con la bandera colombiana el féretro del inmolado subteniente, hermano del congresista Gabriel Vallejo.

El subteniente Juan Pablo Vallejo no podrá conocer a su segunda hija, porque un delincuente lo asesinó de un disparo en la cabeza en Bogotá. | Foto: Fotomontaje Semana

Un séquito de guardias de honor se apostó alrededor del ataúd y los acordes musicales acompañaban el dolor de una familia: madre, esposa, hija, hermanos, que aún no alcanzan a entender lo sucedido.

La Policía confirmó que luego de los actos que se realizan este domingo en Bogotá, el cuerpo del subteniente Vallejo será trasladado a Pereira, su ciudad natal, donde continuarán los honores, previo a las exequias.

El entrecortado mensaje del congresista

Fueron entrecortadas las palabras del representante a la Cámara, Gabriel Vallejo, quien intervino ante los asistentes a la ceremonia religiosa y habló de los hechos sucedidos que hoy enlutan a su familia. Describió al subteniente en una palabra, “nobleza” y destacó que el joven, de 25 años, “le dio el mayor honor posible a mi familia”.

Reiteró que, en medio del profundo dolor, ora por los asesinos del subteniente, y por sus familias. Pidió perdón de Dios para ellos, “Que Dios los perdone y que ojalá se arrepientan algún día, del dolor tan grande que han causado en nuestros corazones”.

En su alocución, emitió dos mensajes, uno, que dijo, estaba dirigido a su hermano: “Gracias por todo lo que aprendimos juntos. Otras personas se encargarán de que las actividades materiales que hacías continúen funcionando. Sigue tu camino al mundo de luz que está esperándote”, dijo con voz ahogada en la tristeza.

También se refirió a la Policía, al papel que juegan en la sociedad. “Cuando la patria está en peligro, se recurre a la policía, cuando el peligro pasa Dios es olvidado y los policías son juzgados.

El subteniente Vallejo era un joven de 25 años, casado con la patrullera Angie Carolina Ocampo. De la unión quedó una niña de un año y un bebé que viene en camino y que no alcanzó a conocer el subteniente.