El recordado teniente Malagón, quien hoy ya está en el rango de coronel, fue uno de los militares que fue privado de la libertad por la extinta guerrilla de las Farc a finales de los años noventa y uno de los rescatados en la exitosa Operación Jaque en 2008.
Para que los colombianos recuerden el drama y la tragedia que vivieron varios servidores de la fuerza pública secuestrados por este extinto grupo guerrillero, el coronel grabó un video con la recreación de un campamento parecido a donde pasó diez años de su vida separado de sus seres queridos.
“Me encuentro en el campamento con una réplica de lo que fue la época en la que nos tenían secuestrados a soldados y policías en estado de hacinamiento y en condiciones infrahumanas. Esta es una réplica elaborada por la Fuerza de Despligue Rápido, como testimonio y memoria histórica para la sociedad colombiana, para que las nuevas generaciones sepan la cruda realidad que tuvo que padecer nuestro país por tanto tiempo, especialmente a finales de los noventa, cuando las Farc tomó como instrumento de lucha y argumento político el secuestro, causando mucho daño”, dijo el militar en un corto video.
Hace unos días se cumplió un nuevo aniversario de la Operación Jaque que trajo a la libertad al entonces teniente Malagón. El militar también tuvo tiempo para celebrar su libertad gracias a esta estrategia que lo sacó de las cadenas del terrorismo.
Las famosas declaraciones del coronel al falso periodista retumbaron en el mundo al momento de ser liberado, y hoy, vistiendo el uniforme de las Fuerzas Armadas de Colombia, festejó estar en libertad y seguir sirviéndole a Colombia. “Gracias, Colombia, nuestra patria querida. Gracias Operación Jaque y a los verdaderos héroes que tuvieron el coraje y la valentía de arriesgar sus vidas por quienes estuvimos padeciendo el flagelo del secuestro”, se lee en el Twitter oficial del militar.
La Operación Jaque fue una operación cinematográfica, en la que no se disparó ni un solo tiro; un grupo de inteligencia militar logró montar una estratagema para engañar a los guerrilleros de las Farc que tenían bajo su cuidado a los secuestrados. Hicieron que estos llevaran a los 15 rehenes desde la espesura de la selva del Guaviare hasta una parte de la selva en la que había aterrizado un helicóptero civil, supuestamente, de una organización humanitaria amiga de la guerrilla que trasladaría a los cautivos hasta un lugar donde estaría Alfonso Cano, nuevo comandante de las Farc.
El libreto salió tal como estaba planeado. Bordeando el mediodía, los rehenes subieron esposados a la aeronave, escoltados por César y Gafas, quienes hasta hace poco habían sido sus carceleros. Apenas el helicóptero alzó el vuelo, y abajo se veían los demás guerrilleros como pequeños puntos en la selva, adentro empezó un fugaz forcejeo.
Pocos segundos después, los guerrilleros estaban desnudos, vendados e inmóviles en el piso del helicóptero. “Somos del Ejército Nacional, bienvenidos a la libertad”, les dijeron los militares a los incrédulos secuestrados que estallaron en abrazos y llanto, entre ellos, el entonces teniente Malagón.