Es una paradoja. Las dos mociones de censura contra el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo García, no solo no lo debilitaron, sino que van a fortalecerlo como precandidato presidencial del uribismo en 2022. La oposición a Duque quiso tumbar al funcionario, pero fracasó estrepitosamente en el primer intento en la Cámara de Representantes y todo indica que va a ocurrir lo mismo en el Senado.

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo García, tiene los votos suficientes.

¿Por qué salió mal toda la estrategia? En primer lugar, los que intentaban sacar a Trujillo del gabinete no contaron con la verdad elemental de que el Gobierno tiene hoy las mayorías del Congreso. El panorama no es el mismo del año pasado, cuando una moción de censura contra el entonces ministro de Defensa Guillermo Botero tenía muchas posibilidades de prosperar y él prefirió renunciar antes que salir derrotado y humillado.

En esta ocasión, en la Cámara, el ministro de Defensa arrasó con 136 votos a favor y 24 en contra. La oposición hubiera podido consolidar un gran debate de control político y no apostar por la figura de la moción de censura, ya que no contaba con los votos. El senador Armando Benedetti dijo además que la oposición había hecho un pésimo debate en la Cámara y prometió que en el Senado la realidad puede ser diferente.

Eso hasta cierto punto es verdad. El debate tendrá una mayor relevancia porque lo protagonizan políticos como Roy Barreras, Jorge Robledo y Gustavo Petro, todos ellos en la fila para competir por la Casa de Nariño. En ese sentido habrá mayor fuerza en los argumentos para criticar al ministro de Defensa por el deterioro de la seguridad, los condenables atropellos de la fuerza pública y las tropas gringas en el país. Pero todo indica que Trujillo saldrá victorioso el 22 de octubre por cuenta de una fuerte coalición que le dará los votos necesarios para seguir adelante.

El ministro tendrá el apoyo del Centro Democrático, el Partido Conservador, Cambio Radical y la mayoría del Partido Liberal. El Partido de la U está dividido, aunque realmente está con Duque. Por esa razón, los senadores Benedetti y Barreras decidieron renunciar a esa colectividad esta semana al no encontrar un apoyo para votar la moción de censura. Al final esa fue la gota que rebosó la copa de Barreras y Benedetti. Hoy las cuentas indican que Trujillo tendría 70 votos y la oposición 38.

Barreras, Petro y Robledo son conscientes de que los números no les cuadran y se concentrarán en lograr un debate con impacto en la opinión pública. A su manera, cada uno sostendrá tres cosas: 1) que Trujillo perdió el control de la fuerza pública y descuidó la seguridad, 2) que cada vez se conocen más casos de excesos de policías y militares y 3) que no ha dicho la verdad sobre la presencia de militares estadounidenses en Colombia.

El ministro de Defensa, al igual que sus opositores, se ha venido preparando. Trujillo es un buen orador y tiene listas las respuestas a los cuestionamientos. Con los votos asegurados, el funcionario decidió aprovechar ambas citaciones en Cámara y Senado para enfrentarse con sus críticos y fortalecerse políticamente de cara a su candidatura presidencial en 2022.

Trujillo es una de las cartas más fuertes del uribismo y ha venido endureciendo su discurso para acercarse más al votante duro y puro del Centro Democrático. Por ese motivo, más que un debate sobre la seguridad, en el Senado habrá una fuerte controversia política entre el uribismo y la oposición, bajo el paraguas de una campaña presidencial que parece arrancar prematuramente.

Con dos victorias políticas en menos de un mes, Trujillo va a entrar en un conteo regresivo para salir del gabinete de ahora a enero, con el fin de no quedar inhabilitado para aspirar a la Presidencia de la República. La oposición se veía sólida y compacta al comienzo del Gobierno actual. Hoy la situación es a otro precio y en el Congreso, no hay ninguna duda, la Casa de Nariño manda.