La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, enfrenta un nuevo revés en materia de orden público en menos de una semana.

Tras los desmanes en el estadio El Campín en Bogotá, donde fue criticada por la violenta pelea entre hinchas de Santa Fe y Nacional y la evidente falta de autoridad, se sumó este lunes la quema de un bus de TransMilenio que llevaba escasos dos días de operación. El vehículo formaba parte de la nueva y moderna flota a gas adquirida en la Alcaldía de Enrique Peñalosa.

Los hechos ocurrieron en Suba, y motivaron a la oposición, e incluso a sectores cercanos de la dirigente, a exigirle resultados en materia de seguridad.

La quema, al parecer, la produjeron jóvenes de la primera línea, el enigmático grupo que, aunque había prometido el cese de movilizaciones y acciones en la calle, hicieron todo lo contrario.

Reaccionaron ante un operativo del Distrito que pretendía recuperar el humedal Tibabuyes, donde se encuentran concentrados ciudadanos y algunos ambientalistas que se oponían al desarrollo de unas obras por parte del Distrito, según las primeras informaciones.

“¿Hasta cuándo tenemos que soportar vandalismo? Se salió de control. Bogotá ante la permisividad y en las narices de la alcaldesa Claudia López”, afirmó la concejal Lucía Bastias Ubate, de la Alianza Verde, el mismo grupo político de la mandataria. “Tome las riendas del orden público y la seguridad. Los bogotanos estamos cansados de ver cómo se sigue acabando con la ciudad. Dónde está el compromiso en discusión de #RescateSocial “, le dijo.

Al concejal Andrés Forero, del Centro Democrático, le pareció increíble lo ocurrido. “Este es uno de los nuevos buses que acaba de llegar a Bogotá. ¡No más anarquía!”, expresó.

Bus nuevo de Transmilenio vandalizado | Foto: Fotos: Twitter @TransMilenio

Humberto Amín, también concejal del uribismo, expresó que la inseguridad es un paisaje en Bogotá. “¿Hasta cuándo alcaldesa?”, se preguntó, mientras criticó al Distrito porque este lunes también ocurrió una balacera en el sector de Cedritos, en Usaquén.

Sobre el tema, el concejal Emel Rojas denunció que delincuentes se robaron casi 80 millones de pesos en un centro comercial y dispararon en medio del asalto. “¿Dónde están las promesas de seguridad que tanto han difundido en videos y publicidad paga?”, dijo Rojas.

La seguridad se le salió de las manos a Claudia López, quien en campaña había prometido ser la comandante en jefe de la Policía. Al contrario, lo que se ve de parte de la mandataria es una relación chocante con la Policía.

En sectores como Suba- donde ocurrió la quema del bus de TransMilenio-, la situación es preocupante. Vecinos del lugar viven alarmados porque los jóvenes de la primera línea, los mismos con los que la alcaldesa Claudia López dialogó en secreto en busca de acercamientos, denuncian constantes alteraciones de orden público, consumo de estupefacientes, enfrentamientos con la fuerza pública y otros delitos que investigan las autoridades.

En Pereira, por ejemplo, la alcaldía logró un acercamiento con los jóvenes de la primera línea, pero en Bogotá no ha sido fácil. La capital concentra tres grupos distintos de este tipo de jóvenes, con un liderazgo propio y no ha sido sencillo lograr acercamientos. Aunque la fuerza pública hace lo propio, y la Fiscalía avanza en judicializaciones, el problema no parece desaparecer de la capital, al menos en la brevedad.

El problema es que a Claudia López la señalan de permisividad con los jóvenes de la primera línea. Un día los llamó “mis muchachos”, otro día los denunció penalmente por sus ataques contra la infraestructura pública de la ciudad y posteriormente intentó sentarse a dialogar con ellos. Y esos cambios de decisiones parecen tomarle ventaja a la mandataria porque las autoridades no han podido ejercer un control total contra este tipo de grupos que, según el fiscal Francisco Barbosa, cometen delitos. Ella, por ejemplo, fue una de las personas que lideró un informe dirigido a las Naciones Unidas donde le reportó los excesos de la fuerza pública contra miembros de la primera línea, lo que generó desmoralización en la Policía.

Por ahora, la oposición le exige a Claudia López que ejerza el control, tome medidas y se apersone de la seguridad de Bogotá.