El general Luis Erlindo Mendieta fue el oficial de más alto rango que secuestró la guerrilla de las Farc. Fue plagiado en la violenta toma a la estación de Policía de Mitú, en noviembre de 1998, antes que que comenzaran los fallidos diálogos de paz de San Vicente del Caguán. También fue uno de los que más tiempo padeció el drama del secuestro, pues solo fue rescatado por el Ejército el 13 de junio de 2010, sino que ascendió de coronel a general precísamente en cautiverio. Casi doce años sin libertad lo convirtieron en una de las víctimas emblemáticas de este crimen. Mendieta decidió incursionar en la política. No solo con el movimiento Patria Nueva, que representa al sector de los oficiales y suboficiales en retiro. También porque para este 2018 quiso participar en el debate electoral. En principio como candidato presidencial, pero también con listas de candidatos al Senado. Ninguno de los dos propósitos los alcanzó. Como escogió el camino de las firmas, no fueron suficientes para que la Registraduría avalara sus dos objetivos. Lamentó que mientras a las Farc les permitían hacer política, a sus víctimas se les cerraba la puerta. Pero se le abrió una. Con la campaña ya en marcha decidió sumarse a la candidatura del exvicepresidente Germán Vargas Lleras. "Confiamos en usted", fueron las palabras del general Mendieta al adherir a la campaña. El acto oficial de adhesión tuvo lugar este lunes en Bogotá. Vargas Lleras invitó a un café al general en retiro de la Policía y a varios oficiales tambien retirados, y aprovechó para lanzarle varias advertencias al Gobierno de Juan Manuel Santos, al que perteneció hasta hace casi un año. Por ejemplo, dijo que si algo comprobó en sus recientes recorridos por el departamento del Cauca, es que "nada ha sucedido con el acuerdo de paz". Vargas Lleras se refería a que las disidencias de las Farc están apoderándose de los corredores del narcotráfico en el sur del país, y le preguntó al Gobierno sobre cómo va a ser la estrategia para enfrentarlas. También dejó el interrogante de si en realidad se tratan de disidencias, o corresponden a retaguardias "narcomilitares" de las Farc. Al mismo tiempo exigió explicaciones de lo que se negocia en Quito (Ecuador) entre el Gobierno y el ELN, entre otras, porque aseguró que esa negociación tiene como piso el acuerdo de paz con las Farc de La Habana, que tras poner en duda su efectividad, manifestó su total escepticismo con lo que pudiera pasar con esta otra guerrilla. "El país debe saber qué se está negociando. Es difícil entender que el Gobierno acepte retomar estas negociaciones mientras lamentablemente el ELN sigue cometiendo delitos. Pareciera repetirse la historia del Caguán, mientras el ELN negocia en Ecuador, en Colombia se fortalecen". Vargas Lleras también aprovechó las circunstancias para sugerirle al Gobierno algunas determinaciones para mejorar la seguridad en las ciudades. Ideas que compartió, pero que en concreto hacen parte de su propuesta programática."De llegar a la Presidencia seré el primer Policía, y el primer soldado de la patria", dijo. Propuso un servicio integral entre Fiscalía, Policía y jueces para evitar que quienes sean detenidos en la consecusión de un delito no salgan de la cárcel a las pocas horas. Planteó que la reincidencia se convertirá, de llegar a la Presidencia, en determinante a la hora de fijar las condenas y evitar beneficios como casa por cárcel. Dijo que Colombia está lejos del estándar internacional de 300 policías por cada 100.000 habitantes, por lo que insistió en aumentar el pie de fuerza. También pareció revivir fórmulas que se adelantaron en gobiernos pretéritos. Caso concreto, su propuesta de establecer frentes de seguridad ciudadanos, guarda muchas similitudes con las redes de cooperantes tejidas en los años del Gobierno de Álvaro Uribe, el de la llamada "seguridad democrática". "La guerra no se libra sin la colaboración de los ciudadanos", sostuvo. Los frentes de seguridad, según Vargas Lleras, tendrían como protagonista a la seguridad privada. "Los más de 150.000 hombres de la vigilancia privada podrían coordinarse con la Policía. No pueden ser indiferentes". Para el exvicepresidente el Código de Policía hoy no se está aplicando. "Se ha convertido en un rey de burlas".