Hasta ahora lo que parece estar escrito en esta campaña presidencial es que los únicos que no serán protagonistas serán los partidos políticos. En este momento, más de 20 candidatos recorren el país buscando firmas para avalar su candidatura. Algunos de ellos sorprenden. En otras épocas nombres como Germán Vargas Lleras o Martha Lucía Ramírez serían las cartas ganadoras de colectividades tradicionales. Humberto de la Calle es otro gran ejemplo de ese dilema. Puede ser uno de los hombres con más trayectoria en el liberalismo, sin embargo, es cada vez más díficil que sea el hombre que lleve el trapo rojo en 2018. La posición del ex jefe negociador es apenas una arista de los debates que se vienen en el Partido Liberal. Los rojos están a menos de 15 días de su Congreso Nacional (el 28 de septiembre) y todo parece indicar que van a llegar divididos por cuenta de la mecánica para elegir candidato presidencial entre sus cuatro aspirantes: Viviane Morales, Juan Manuel Galán, Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo.Las vías del liberalismo para elegir entre esos cuatro nombres son las siguientes: 1) Consenso 2) Una consulta abierta o cerrada, que está programada para el 19 de noviembre, según el calendario del Consejo Nacional Electoral y la Registraduría, o 3) Una consulta interpartidista en marzo.No a todos los candidatos les favorece la misma fórmula. La consulta interna, por ejemplo, convence a Humberto de la Calle, quien justo el martes se refirió a esas especulaciones. Para él lo más viable es ese escenario o que el candidato sea elegido mediante consenso “como se ha usado en todos los partidos políticos del mundo”, dijo. El ex jefe negociador es quizás el único de los cuatro que podría salir ungido por un mecanismo de este tipo por cuenta de su trayectoria y el respeto que genera ante la opinión pública. Aunque en esta vía él podría ganar, en los otros escenarios su panorama es menos alentador. Puede leer: Humberto de la Calle, tan cerca y tan lejos del Partido Liberal Viviane Morales tiene perspectivas muy diferentes. Las banderas que ha levantado por causas como el referendo de adopción le han hecho ganarse enemigos dentro del liberalismo y por eso el mecanismo de consulta interna no le conviene. Para ella el mejor escenario sería una consulta abierta a los colombianos, lo que la convertiría en una ficha dura de vencer, pues tiene el apoyo de buena parte de la comunidad cristiana, que ya ha demoestrado ser una fuerza decisiva. Al menos así ha quedado claro en la votación del plebiscito y en la marcha contra las cartillas del ministerio de Educación.A Juan Manuel Galán y a Juan Fernando Cristo esa consulta abierta no les disgusta pero no les favorece. Cristo le apuesta más a una consulta interna del partido, en donde podría mover las bases. Por cuenta de haber sido ministro del Interior en los últimos años el maneja la maquinaria interna y en un escenario así podría ganar. Eso lo dejó saber la semana pasada cuando mostró una carta con el apoyo de 10 de los 17 senadores y 30 de los 39 representantes a la Cámara. En otras palabras, el 70 por ciento de los congresistas. Esto no le garantiza tener una buena votación en las urnas, pero sí poder mover las bases en una eventual convención del partido. Galán, por su parte, tiene buena imagen en las encuestas. De acuerdo con la más reciente entrega de Gallup Poll, el senador tiene una imagen negativa de 12 puntos contra una positiva de 42. Le recomendamos: Campañas al Congreso: aceitando maquinarias Una consulta interpartidista también es otra opción, pero esa no le conviene a ninguno de los cuatro. La principal razón son los tiempos. Para poder participar en esta los precandidatos tendrían que esperar hasta marzo, que es la fecha inicial que han dado en otras colectividades. Con candidatos como Claudia López y Vargas LLeras ya haciendo campaña, a los liberales no les queda bien esa espera. Las consultas tienen además un problema y es que se basan en un compromiso de palabra que obliga a los perdedores a sumarse a la campaña del ganador. Eso deja a muchos de los liberales, salvo de la Calle y Galán, por fuera del escenario interpartidista pues es muy poco probable que alguien como Claudia López que seguro se presenta a esa elección en marzo, apoye a Viviane Morales o a Juan Fernando Cristo para la primera vuelta en caso de no quedar vencedora. Humberto de la Calle ha dejado claro que hay otra vía que no funciona. “Me parece un error que el Partido Liberal vaya dividido en múltiples candidaturas a una consulta interpartidista en marzo. Eso es sencillamente el suicidio del liberalismo”, dijo el martes en rueda de prensa. Con eso dejó claro que si el trapo rojo elige ese camino él no iría por ahí. Y con él, también se iría el ex presidente Cesar Gaviria. Al respecto de esas declaraciones la primera en pronunciarse fue Viviane Morales, quien lo acusó de querer llevar a la colectividad al “craso error” que cometió con las Farc en las negociaciones en La Habana.

Los rojos tienen un problema adicional: no les conviene estar tan divididos. La convención de este 28 de septiembre es necesaria no solo para la candidatura presidencial, sino también para definir su jefatura, las listas al Congreso (se especula que Horacio Serpa será la cabeza para el Senado) y sus estatutos. Teniendo en cuenta que estos últimos fueron noticia hace un par de años cuando el Consejo de Estado los “tumbó” al considerar que las modificaciones que el partido le realizó en 2011 estuvieron viciadas.La reunión que tendrán medirá sus fuerzas y dejará claro para donde apunta el único partido tradicional que -por ahora- tendría chance de tener una carta ganadora en las elecciones de 2018.  Este lunes, en entrevista con María Isabel Rueda para El Tiempo, el exfiscal Alfonso Gómez Méndez, dijo que la crisis en el Partido Liberal viene de tiempo atrás, prácticamente desde cuando el senador Horacio Serpa y el expresidente Samper se lo entregaron a César Gaviria, en el 2005. A ese grupo lo califica como la "camarilla" que fue llevando a una "debacle" al partido en cada elección. Esta, según el exfuncionario, quedó más evidenciada en el 2010, cuando el entonces candidtao por ese partido Rafael Pardo quedó de último en la votación de la primera vuelta, con un poco más de 600.000 votos.