Este viernes, la Iglesia católica, así como otras iglesias judeocristianas, conmemora el llamado Viernes Santo, en el cual se recuerda la crucifixión de Jesucristo. En honor a este día, la Arquidiócesis de Bogotá celebró el Vía Crucis, un acto religioso que estuvo comandado por monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, quien además oficia como presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.

Sin embargo, este año, en medio de la conmemoración de los 14 pasos que recuerdan con pasión los feligreses, la Iglesia aprovechó para enviar un mensaje de unión y perdón, pensando en el marco electoral que actualmente atraviesa el país.

Para empezar, el líder religioso explicó que Colombia debe aprender a dar y pedir perdón por el pasado y presente de sus ciudadanos. “Reconocernos como una vasija de barro, reconocer que estamos heridos por el mal, pedir perdón por la indiferencia que es lo contrario del amor. El amor rompe la indiferencia (…) Cristo rompió la indiferencia, nos amó hasta el extremo, y porque nos amó fue a la cruz”, indicó monseñor Rueda.

Asimismo, recalcó que “en Colombia nos hace falta salir de la indiferencia y pasar al amor, al estilo de Jesús, con los brazos extendidos y heridos y con los pies dispuestos a trabajar por la reconciliación, por la paz”.

Por otra parte, el arzobispo de Bogotá recordó las elecciones presidenciales que se celebraran el próximo 29 de mayo, asegurando que desde la Conferencia no se tiene preferencia por uno u otro candidato, sino que diariamente se ora por cada uno de ellos. También los llamó a pensar en la reconciliación, buscar y cumplir la verdad y luchar por el puesto presidencial desde la paz y el amor.

“Alguno de ellos va a ser elegido por todos los colombianos para que dirija los destinos de nuestro país, entonces el llamado es: sintámonos hermanos, miembros de la Colombia que acoge a todos. Y sean capaces ustedes, como candidatos, se los digo de corazón, de vivir un ejemplo de reconciliación. Tengamos argumentos, pensemos distinto, pero no nos agredamos y no permitamos que la mentira acompañe los procesos electorales, porque la mentira lleva a la muerte y a la destrucción”, manifestó.

Sin embargo, uno de los momentos más sentidos fue cuando monseñor Rueda recordó los últimos hechos de violencia, resultado del conflicto armado, que se han visto en departamentos alejados como Arauca y Chocó.

“A todos los que han optado por los caminos de la guerra y de la violencia, en el Pacífico colombiano, en Arauca, en todas las periferias, incluso en las de las grandes ciudades, queremos decirles que los amamos, que los estamos perdonando y esperando, que es necesario que ellos den un paso hacia la vida y hacia la paz. Que entendemos que en su historia ha faltado el amor, ha faltado Dios, ha faltado la familia, pero que no los rechazamos, que los acogemos y los esperamos para que trabajemos juntos”, dijo.

Luego añadió: “Que no enreden la vida de los campesinos con la violencia, que los dejen trabajar en paz. Que el Chocó, que el Pacífico, que todas las periferias de Colombia tienen futuro si ellos son capaces de deponer las armas y de convertirse en obreros de la reconciliación y de la paz”.

Por último, expresó perdón como representante de la Iglesia católica, asegurando que es precisamente este el sentido de la Semana Santa: “Estamos pidiendo perdón empezando por nosotros, los miembros de la Iglesia; pidiendo perdón nosotros, los obispos, los sacerdotes, por todo aquello que no hemos hecho, con la claridad y el amor que Jesús lo haría. Estamos pidiendo perdón porque cuando nos reconocemos nosotros también equivocados, cuando reconocemos que hemos fallado, no vemos la pajita en el ojo ajeno, sino que vemos la gran viga que tenemos nosotros”.