El frente de guerra occidental del ELN tiene confinadas a 45 mil personas en Chocó. Los delincuentes impusieron un paro armado en el río San Juan para frenar la expansión del Clan del Golfo, quien se quiere apoderar de sus rutas ilegales.

La orden de la guerrilla es que ningún habitante se puede mover por el afluente, afectando a los habitantes de cinco municipios (Nóvita, Istmina, Medio San Juan, Sipí y Litoral del San Juan). Allí, el tránsito ha disminuido en un 70 %.

La Defensoría del Pueblo denuncia que el grupo está limitando el acceso a la alimentación, salud y educación: “Los hechos ponen en riesgo y amenazan el ejercicio de derechos y libertades civiles, sociales, económicas y culturales”.

Además del paro, también se reportan confrontaciones del ELN con el Clan del Golfo. Ambas estructuras están en una guerra a muerte por el control territorial. Los dos quieren liderar en la zona la extracción ilícita del oro, el narcotráfico y la extorsión.

Frente a este escenario, el Ministerio Público pide a las instituciones estatales una intervención coordinada para que aseguren los derechos fundamentales de la población civil, quien está en medio de la incertidumbre y las balas.

Las Fuerzas Militares hacen presencia en todo el corredor del río San Juan, pero la amenaza de la guerrilla tiene a las poblaciones en confinamiento. De momento, no se tiene claro cuándo cesarán las intimidaciones y si volverá la normalidad.

ELN impone paro armado en Chocó.

El ELN, al igual que el Clan del Golfo, son responsables en la zona del río San Juan de múltiples crímenes. Por ejemplo, las autoridades judiciales han dado cuenta de homicidios colectivos, secuestros extorsivos y minería ilegal.

Aunque no son los únicos actores criminales, informes de inteligencia advierten que el Ejército de Liberación Nacional tendría una alianza con el Estado Mayor Central, liderado por alias Calarcá, para tener conocimientos en explosivos.

Esa guerrilla tiene el afán de minar su territorio, bajo estricta estrategia, con el fin de frustrar la avanzada del Clan del Golfo. Esta última, ante la siembra de artefactos, ha adquirido mascotas que puedan detectarlos y así evitar las detonaciones.

El Chocó vive horas de angustia y así lo reconoce la gobernadora Nubia Carolina Córdoba. Ella ha pedido al Gobierno nacional y a la fuerza pública una atención especial sobre lo que acontece en la región del Pacífico.

“En medio de la angustia, las comunidades del departamento siguen clamando por una salida al conflicto, pero mientras no se tenga en cuenta la voz y las condiciones particulares del territorio, seguiremos en esta crisis”, afirmó la mandataria.