El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional (ELN) emitió un comunicado que puso en tela de juicio la continuidad del proceso de paz con el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Este pronunciamiento llegó en un momento crítico, a escasos días de que expire el cese al fuego bilateral y en medio de un congelamiento de las negociaciones.

En el extenso documento, la guerrilla afirmó haber cumplido con el cese al fuego y justificó su polémica decisión de reanudar los secuestros, alegando incumplimientos por parte del Gobierno. El ELN también hizo un recuento histórico del proceso señalando que “inició en 2012, en el primer Gobierno de Juan Manuel Santos, y finalizando su segundo mandato, quiso hacer imposiciones y modificar acuerdos firmados. El Gobierno de Iván Duque desconoció lo acordado en el Gobierno anterior y se perdieron más de 4 años”.

La organización armada aseguró que hay una “fuerte oposición” al modelo de “paz con transformaciones” acordado con el actual Gobierno, que busca ir más allá de la simple pacificación. Según el comunicado, “la fuerte oposición a que implementemos este nuevo modelo brotó desde que firmamos el Acuerdo de México en marzo de 2023, repulsa que llegó al tope en mayo pasado, cuando una parte de la propia delegación del Gobierno se negó a firmar el Acuerdo 28″.

El ELN acusó a las Fuerzas Militares de realizar “numerosos actos de guerra” que buscan “hundir este proceso de paz”. La guerrilla denunció infiltraciones y campañas de desmovilización que, según ellos, violan los acuerdos establecidos. En particular, mencionaron un incidente en Nariño: “desde el 29 agosto, las Fuerzas Militares ordenaron a sus agentes de inteligencia enviados a Nariño, luego de ser descubiertos como infiltrados, que desplegaran un proceso de desmovilización en contra del Acuerdo de México”.

ELN justificó la reanudación del secuestro como una forma de financiar sus actividades criminales en diferentes regiones del país. | Foto: Colprensa / Getty Images

Este anuncio se produjo en un contexto de crecientes tensiones. Recientemente, José Félix Lafaurie, negociador de paz y presidente de Fedegán, solicitó al presidente Gustavo Petro la suspensión de los diálogos con el ELN. Lafaurie hizo esta petición un día antes del comunicado del ELN, y días atrás había publicado una columna cuestionando la supuesta financiación al ELN a través de contratos de la UNGRD, en medio del escándalo de corrupción que afecta a esta entidad.

Otros factores que han complicado el panorama de las negociaciones incluyen la crisis suscitada por los diálogos regionales en Nariño (que derivó en la separación del Frente Comuneros del Sur de la dirección nacional de la guerrilla), y las críticas al modelo de participación. La realidad es que los elenos están molestos porque el Ejecutivo abrió un diálogo regional con el Frente Comuneros y desde ese momento tomaron distancia de los diálogos.

A pesar de estas dificultades, se han logrado algunos avances, como la firma del primer punto de la agenda sobre participación social en el proceso de paz. Sin embargo, el futuro del proceso y la posible prórroga del cese al fuego permanecen inciertos. Se espera que la delegación del Gobierno se reúna en los próximos días para discutir estos temas, pero todo indica que la decisión final será tomada por el presidente Gustavo Petro la próxima semana.

“A la larga lista de incumplimientos, hay que agregar que el acuerdo hecho por el Gobierno nacional desde diciembre de 2022, de excluir al ELN de la denominación de grupo armado organizado (GAO), no lo ha honrado, cuando solo basta una resolución presidencial para hacer efectiva tal decisión”, aseguro la guerrilla en el comunicado.

La situación actual pone de manifiesto la fragilidad del proceso de paz y los numerosos obstáculos que enfrenta. La decisión que tome el Gobierno en los próximos días será crucial para determinar el rumbo de las negociaciones y la posibilidad de alcanzar la “paz total” de Petro.

“Ante esta realidad que se repite a menudo tanto en gobiernos anteriores como en el actual, es válido preguntarnos: ¿qué garantía de seriedad merece un Gobierno que no cumple lo que acuerda?, ¿qué sentido tiene que desde el Gobierno llamen al ELN a firmar nuevos acuerdos, si no cumplen los anteriores?”, puntualizó el ELN.