El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, reveló en los últimos días una noticia preocupante. Ante la inminente salida de las FARC de varias zonas históricas de conflicto, el ELN y diferentes organizaciones criminales están en proceso de expansión para apropiarse de las actividades delictivas que allí se desarrollan. Para evitar que esto suceda, la Fiscalía puso en marcha el Plan Esperanza en el sur del país. Esto con el fin de preservar la integridad de líderes sociales, dirigentes de derechos humanos y comunidades indígenas que hasta el momento no han visto que la firma de la paz se traduzca en tranquilidad para ellos. El Plan ya ha dado sus primeros frutos. Según el fiscal general, se han identificado los autores materiales del homicidio de Augusto Arizala, integrante del movimiento Marcha Patriótica, quien fue asesinado a comienzos de año en Barbacoas, Nariño.Le sugerimos: Mauricio Rodríguez no será negociador en el ELNTambién fueron capturados nueve miembros del ELN que actuaban en zona rural y urbana del municipio de Samaniego, Nariño, que “venía perturbando el sosiego y la paz” de las comunidades indígenas de ese departamento. ¿Qué relación tienen estos hechos con el desplazamiento de las FARC de las zonas de conflicto? Según explicó Martínez, el ELN ha llevado a cabo estas actividades “con el propósito de expansión y de cooptar territorios asociados a la minería ilegal y al tráfico de drogas”.Le puede interesar: Así es ´Pablito´, el jefe del ELN que ordenó el paro armado Con él está de acuerdo el general en retiro Jairo Delgado, analista de seguridad y defensa, quien, en diálogo con Semana.com, aseguró que, además de necesitar un territorio con características para poder sobrevivir como guerrilla, el ELN, por temas de economía y financiación, acude al narcotráfico y a la minería ilegal. Según el general (r), las FARC no han salido aún de sus zonas y eso podría hacer que se reproduzca un fenómeno de violencia si entre los dos grupos no se presenta un acuerdo en el tema de control territorial. “Hay un gran riesgo, principalmente en Arauca, Norte de Santander, Catatumbo y Nariño. Ahí podrían generarse disputas. Y, si no se logra un entendimiento, podrían terminar en enfrentamientos agudos”, explicó.Le recomendamos: Los 13 líderes asesinados después de la firma del acuerdo de paz También advirtió que por los vínculos entre el ELN y las organizaciones criminales que operan en esas zonas los problemas para el Estado y la seguridad aumentan por las disputas territoriales que se podrían presentar. Al respecto, aseguró que se tenían que generar dos cosas: modelos de convivencia o enfrentamientos para que el que tenga mayor fuerza se imponga. El general (e) aclara que estos hechos que se están presentando no tienen la contundencia para amenazar el proceso de paz porque “en la medida que se ataque el narcotráfico también se va a atacar al ELN”. Y puntualizó que el Gobierno “se debe mantener la ofensiva porque con esto se permite delimitar estas estructuras”. Según el fiscal general, el Plan Esperanza no concluirá en Nariño hasta que se logren las capturas de tres nuevas organizaciones que tratan de cooptar esa zona del país que están asociadas al narcotráfico. Sin embargo, la amenaza del ELN, con los diálogos suspendidos, está latente.