El embajador de Estados Unidos en Colombia, Philip S. Goldberg, calificó este jueves la extradición de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, exjefe del Clan del Golfo, como un “paso definitivo hacia la justicia” para sus víctimas.

A través de un mensaje difundido por la Embajada estadounidense, el diplomático también agradeció al Gobierno colombiano y a funcionarios de su país por adelantar el trámite de extradición.

“La extradición de Otoniel es un paso definitivo hacia la justicia para quienes han sido víctimas de sus crímenes en nuestros países. Agradezco a los U.S. Marshals, que trabajaron junto a la DEA, nuestros agregados judiciales y el Gobierno de Colombia por este objetivo”, expresó Goldberg.

Otoniel debe responder ante las autoridades estadounidenses por delitos relacionados con el tráfico de drogas, tráfico de armas y homicidios selectivos.

Horas antes, la jefe de la DEA, Anne Milgram, señaló que tanto la captura como la extradición de alias Otoniel les envía un mensaje claro a los carteles de la droga del mundo.

“Si ustedes trafican, van a ser capturados; si utilizan violencia y terror para llegar al poder, si se dirigen a las fuerzas del orden, si ustedes desestabilizan un país y si ustedes manejan un cartel que le daña la seguridad, la salud y la educación al pueblo norteamericano, la administración antidrogas no va a descansar para llevarlos ante la justicia”, dijo.

En este sentido aseguró que las actividades adelantadas y promovidas por Otoniel afectaron gravemente la calidad y el estilo de vida de muchos estadounidenses, resaltando el problema que se tiene hoy por hoy con las drogas.

“En la actualidad, Estados Unidos está en una epidemia de sobredosis sin precedentes. Las cifras indican que un norteamericano está muriendo cada cinco minutos por sobredosis”. El Clan del Golfo, junto a los carteles internacionales de la droga, fueron los encargados de ingresar la droga al territorio nacional. “El 97 % de la cocaína que llega a los Estados Unidos viene de Colombia”.

La situación se agravó en años recientes con la aparición del fentanilo, que generó, en medio de la pandemia, un aumento de muertes por sobredosis. “La cocaína se mezcla con fentanilo, creando una combinación mortal que está acabando con EE. UU.”.

Las pruebas indican que entre 2003 y 2021 el Clan del Golfo intentó exportar más de 90 mil kilogramos de cocaína a los Estados Unidos avaluada en dos mil millones de dólares. “La extradición envía un mensaje muy claro a los jefes de los carteles en el mundo, la DEA los va a perseguir sin parar. Cualquier traficante en la calle, lavador de dinero o líder de cartel regional que amenace la seguridad del pueblo norteamericano”.

Por su parte, el fiscal federal de Nueva York, Breon Peace, aseguró que alias Otoniel era uno de los narcotraficantes más peligrosos en el mundo: “Es responsable de traficar grandes cantidades de cocaína, medidas en toneladas, no en libras o kilos”.

Con este actuar, reseñó: “Ganó enormes beneficios, que se cuentan en miles de millones. Supervisó un ejército de secuaces que asesinó, secuestró y torturó a víctimas, incluidos policiales y militares colombianos”. Este tipo de actuar generó miedo y zozobra en la comunidad del Urabá antioqueño.

“La violencia de Úsuga incluyó demostraciones públicas de su poder y la represión de civiles inocentes, impuso toques de queda bajo ley marcial en la que todos los lugares controlados por el Clan permanecieran cerrados y los ciudadanos colombianos en esta región debían mantenerse resguardados en casa. Ordenaba a sus soldados ejecutar a cualquier persona que incumpliera este toque de queda”, precisó.

Igualmente, “bajo su dirección realizó campañas de ‘plan pistola’ para matar a personas utilizando armas militares, granadas y explosivos, para asesinar individuos que creía que estaban cooperando con fuerzas del orden. Otoniel dio órdenes directas para secuestrar, torturar y asesinar a personas que catalogaba como enemigos de la organización”.