El país enfrenta una temporada invernal que ha generado emergencias en departamentos como Cundinamarca, donde el río Bogotá se desbordó y provocó inundaciones entre Briceño y Zipaquirá. Estas llegaron a alcanzar hasta los cuatro metros de altura.

Por su parte, la alcaldía de Suesca informó que este lunes, sobre las 2 de la tarde, se habían desplazado a la vereda Cacicazgo para entregar ayuda humanitaria a quienes sufrieron el impacto directo por el temporal. Las autoridades locales aseguraron que también esperaban llegar a otras áreas como San Vicente y Tenería.

“Hoy 7 de noviembre, lunes festivo, estamos recorriendo casa a casa donde tuvimos mayores afectaciones a causa de la ola invernal”, dijo la alcaldesa suescana, Zully Constanza Quilaguy, quien hizo un llamado a ayudar. “Si usted tiene camas, colchones, almohadas y cobijas es lo que más necesitamos. Por favor, no consigne a ningún Nequi, necesitamos cosas en especie que realmente puedan garantizar que podamos llegar a todas las familias”, agregó.

100 familias quedaron damnificadas

La gobernación, en cabeza de Nicolás García, afirmó que desde este domingo –6 de noviembre– había dispuesto maquinaria amarilla en ese municipio para hacer frente a la emergencia por el desbordamiento de quebradas (como las Silesia, a menos de 300 metros del río Bogotá). Hasta hoy se contabilizan unas 10 familias damnificadas.

“Hemos finalizado un comité de seguimiento de gestión del riesgo con nuestra directora, revisando la situación de los cerca de 65 municipios que hoy presentan algún tipo de afectación (...). En este momento todo el equipo de la unidad de riesgos hace presencia en el municipio de Suesca donde ocurrió un desbordamiento. (...) Continuamos con los trabajos con maquinaria, motobombas y; por supuesto, principalmente con ayuda humanitaria”, dijo García.

Esa dependencia señaló que 15 familias tuvieron que ser reubicadas: ocho en viviendas de familiares, siete en refugios temporales para un compilado de 1.400 personas afectadas. También subrayó que, en horas de la tarde, estaba bloqueada la vía La Playa - Suesca.

Hasta el jueves –3 de noviembre– había impacto en 58 pueblos, dos fallecidos y 200 carreteras terciarias con incidencias. La emergencia llevó a que se decretara calamidad pública para reforzar la estrategia que, en conjunto con la Unidad Especial de Gestión del Riesgo (UAEGRD), ha buscado aumentar la protección de los ciudadanos.

Al respecto se enfatiza la entrega de kits con elementos de cocina y aseo, y el monitoreo permanente de fuentes hídricas.

En ese sentido, el Gobernador de Cundinamarca comentó: “Hemos tenido deslizamientos (...), caída de puentes, crecientes súbitas, desbordamiento de ríos. Todo esto ha hecho necesaria esta declaratoria, vamos a hacer el giro de recursos a la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo, en un trabajo conjunto con la Asamblea Departamental, para poder tener atención inmediata a los damnificados y alquiler de maquinaria, que se sume a la que ya tenemos, para poder restablecer los caminos y la comunicación en todas nuestras vías”.

La directora de UAEGRD, Angélica Herrera, hizo un llamado a la población y a las autoridades municipales: “Invitamos a los alcaldes, a los miembros de los consejos municipales de gestión del riesgo y a la comunidad a reportar cualquier tipo de emergencia que se presente en su territorio”.

Según cifras de la Gobernación, en lo corrido de 2022 se han atendido 129 solicitudes de asistencia humanitaria en 81 municipios, generando un impacto en 10.284 familias.