En septiembre de 2020, la Unión Temporal colombo italiana PSC S.P.A. y Esinco S.P.A., firmó con Enel Codensa tres contratos para desarrollar operación asociada al servicio público de energía eléctrica en media y baja tensión, en algunas zonas de Bogotá, además de Ubaté y Fusagasugá, en Cundinamarca, por un término de tres años.
Para cumplir con la obligación contractual firmada con Enel Codensa, la Unión Temporal vinculó alrededor de 300 trabajadores que empezaron a hacer desplegados en las diferentes zonas de operación, pero lo que nunca se imaginaron estos técnicos, tecnólogos, ingenieros, electricistas, conductores y demás personal, es que esa ilusión de haber conseguido trabajo en medio de los estragos que estaba viviendo la ciudad por la pandemia del covid-19, iba a terminar en una desagradable experiencia y en millonarias deudas por las cuales hoy nadie responde.
El millonario contrato que la Unión Temporal firmó con Enel Codensa para la zona de Fusagasugá rápidamente se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza, siendo los trabajadores los más perjudicados.
“Enel Codensa opera de la siguiente manera: firma un contrato con el contratista por alrededor de 54.000 millones de pesos, el contratista cree que se ganó la lotería con esa cantidad de dinero, pero en la realidad ese dinero es imposible de ejecutar porque hay problemas con las lluvias, los materiales, los árboles y demás, y empiezan los IPAL (multas) al contratista, por 20, 30 o 40 millones y las empresas empiezan a desangrarse de una manera insostenible”, aseguró a SEMANA uno de los trabajadores afectados y con gran conocimiento de primera mano en el tema.
Las multas que empezó a recibir en su contra por la zona de Fusagasugá, sumado al hecho de que Enel Codensa solo le pagaba las facturas a 90 días de vencimiento, dejó a la Unión Temporal totalmente ilíquida, a tal punto que el siete de febrero de 2022, el juzgado 41 civil del circuito de Bogotá ordenó el embargo de todas las cuentas bancarias por $1.591 millones para que respondiera a las millonarias deudas que tenía con los proveedores.
“Cuando le embargaron las cuentas, la Unión Temporal necesitaba que Enel Codensa dispersara el pago del sueldo de los trabajadores, pero que lo hiciera con el dinero que era de la Unión Temporal, es decir, es decir, de las facturas por pagar que estaban acumuladas, pero Enel se negó a efectuar ese pago. El último pago de sueldo que recibimos fue en febrero, ya en marzo no nos pagaron y en abril, para Semana Santa, paró las labores y no siguió trabajando”, le contó la fuente a SEMANA.
Pues bien, a raíz de toda esta situación, el 23 de abril de 2022, Enel Codensa decidió liquidar contrato que tenía con la Unión Temporal para la zona de Fusagasugá y se les quedó debiendo a los trabajadores el sueldo de marzo y abril con sus respectivas liquidaciones. Así mismo, en este municipio de Cundinamarca se le quedó debiendo a restaurantes, bombas de gasolina y demás pequeños proveedores.
Si bien el principal problema se presentó con la zona de Fusagasugá, en Ubaté, de acuerdo con los trabajadores, la realidad fue similar, pues el contrato también se terminó de un momento a otro. “En Ubaté ellos cerraron el 16 de diciembre de 2021 y al día de hoy no les han pagado”, dijo la fuente.
Lo que no entienden los trabajadores es por qué ellos siguen sin recibir sueldo, liquidaciones ni el valor que se les adeudaba por rodamiento, es decir, por los arrendamientos de los vehículos propios que tenían al servicio de la compañía, si dentro del contrato hay una cláusula en la que se establece que en caso de incumplimiento en el pago de acreencias laborales del personal del proveedor que labora en la ejecución del objeto del contrato, ENEL debe pagar directamente esos valores.
Así mismo, la Unión Temporal al momento de firmar el contrato sacó una póliza de cumplimiento, la cual puede activarse en el momento exacto en el que el contratista incumpla con lo pactado.
“Enel Codensa puede activar esa póliza y efectuar el pago a nosotros los trabajadores, pero se ha negado a hacerlo y la Unión Temporal tampoco responde”, dijo a SEMANA, otro de los empleados afectados.
En general, a los cerca de 300 trabajadores se les estaría adeudando alrededor de $1.200 millones. Se trata de un dinero que se ganaron con su trabajo, con el sudor de la frente, pero el que nadie les quiere reconocer.
Los trabajadores han interpuesto varios derechos de petición a la Unión Temporal exigiendo el pago de sus sueldos, pero esta les asegura que no tiene cómo responder y que en dado caso es Enel o la póliza de cumplimiento la que debe entrar a solventar estas deudas.
Esa póliza de cumplimiento se firmó con Nacional de Seguros. El pasado 30 de septiembre, en respuesta a un derecho de petición a los trabajadores, la aseguradora señaló: “el alcance de la cobertura del amparo de pago de salarios y prestaciones sociales contenido en la aludida póliza, es el de proteger el patrimonio del asegurado o beneficiario del seguro, en este caso Codensa de los perjuicios económicos que pueda llegar a sufrir con ocasión del incumplimiento de obligaciones laborales a cargo del tomador de la póliza”.
En otras palabras, se agrega que Codensa es la que debe activar esa póliza, pero Codensa se ha negado a hacerlo. Ahora, Codensa les ha respondido a los trabajadores de esta Unión Temporal, que la entidad no va a responder.
“Como compañía no tenemos injerencia alguna en el personal de los contratistas que prestan servicios a nosotros, dado que lo que contratamos son servicios con personas jurídicas, independientes y autónomas”, les responde Enel Codensa.
SEMANA se comunicó con Enel Codensa para ver qué responde ante esta denuncia, pero la entidad no entregó respuesta al requerimiento. De igual modo, este medio trató de comunicarse con Francesco Romeo, el representante legal de la Unión Temporal PSC S.P.A. y Esinco S.P.A, pero no contestó a las llamadas.
Y mientras estas compañías se niegan a responder, los trabajadores siguen sin recibir el sueldo que con mucho esfuerzo se ganaron.