Hay crímenes que por su crueldad dejan una profunda marca en la sociedad. Uno de estos casos fue el de Brenda Pájaro, una madre de familia que en julio del año pasado desapareció tras dejar a su hija en el médico. Un mes más tarde fue encontrada sin vida y con muestras de tortura en el potrero de un barrio en Barranquilla. El cruel asesinato conmocionó a la capital del Atlántico y durante meses fue el tema de conversación obligado. Esta semana el tema revivió con fuerza. La razón no fue otra que el anuncio por parte de las autoridades de la captura del presunto asesino de Brenda. Los detalles de ese feminicidio aterraron, pero no fue lo único. Según las autoridades, el culpable del crimen sería un asesino serial que habría cometido por lo menos otros nueve asesinatos entre 2001 y 2012, los cuales estaban en el completo olvido. Puede leer: Pareja capturada por masacre de familia en Barranquilla no habría actuado sola El lunes 11 de febrero, en rueda de prensa el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general Mariano Botero, el director seccional de fiscalías, Rodrigo Restrepo, y el jefe de la Oficina de Seguridad Distrital, Yesid Turbay, contaron aspectos de la investigación que tomó más de seis meses para dar con el asesino. "Las cámaras mostraron que la señora Brenda abordó un vehículo Chevy Van Pass primera serie, con placas amarillas desde el centro médico donde atendían a su hija periódicamente y se dirigió hacia el sector de Miramar, donde descendió junto a un hombre, que es Tomás Maldonado, se internaron en el lugar donde posteriormente fue hallada muerta. Luego de varios minutos, sale del lugar únicamente el hombre, aborda el vehículo, ahí espera unos ocho minutos y luego se va del lugar", afirmó el general Botero. Las autoridades acusaron a Maldonado por el caso de Pájaro y un juez lo envió a la cárcel mientras se adelanta el juicio. Sin embargo, fueron las huellas de tortura en el cuerpo de esta mujer las que llevaron a los investigadores a unir otros casos del pasado y llegar a la conclusión de que esos homicidios sin resolver fueron cometidos por el mismo asesino. Cuando el cuerpo de Pájaro fue encontrado, los forenses notaron que le habían cortado el dedo medio y el anular de las manos. Uno de los investigadores notó que con esas mutilaciones el homicida quiso que su víctima quedara formando el ‘Signo de Voor’. Esto es una señal que se hace con las manos, la cual es interpretada por los forenses como un mensaje que quiere decir “Yo te amo Satanás o Yo te amo Lucifer”. Le sugerimos: Cuatro asesinatos en 24 horas perturban la seguridad de Santa Marta Un curtido y veterano investigador de la policía recordó que no era la primera vez que veía ese tipo de signos en cuerpos de víctimas en Barranquilla. Al realizar una búsqueda de viejos casos de homicidio sin resolver encontró que entre 2002 y 2004 al menos seis personas aparecieron muertas en diferentes lugares de la capital del Atlántico con esas mismas mutilaciones en las manos. Las pesquisas permitieron determinar que otros dos cuerpos en condiciones similares también aparecieron hacia 2010 y 2012. Según las autoridades, como parte del trabajo de campo en el caso de Pájaro, los investigadores efectuaron entrevistas y otras labores de recolección de información. Gracias a ello consiguieron una fuente que les contara que el hombre detrás de ese crimen practicaba ritos diabólicos y era conocido con el alias de El Satánico. La policía y la fiscalía de Barranquilla hoy no tienen duda que Maldonado es un homicida serial y el responsable de una decena de muertes.