Un extraño caso de intento de secuestro dejó en vilo a los habitantes del barrio Cedritos en el norte de Bogotá. Según conoció SEMANA, el lunes a las 11:30 de la noche cuatro hombres bajaron de una camioneta Toyota Prado y en segundos abordaron y subieron a la fuerza a un hombre que iba a entrar a un edificio en la calle 144 con carrera 19. Un taxista vio la escena y alertó a sus compañeros y a las autoridades. Varios taxistas más emprendieron la persecución de la Toyota. A altas velocidades serpentearon por las calles del barrio hasta alcanzar la Autopista Norte. Allí, a más 100 kilómetros por hora, los secuestradores intentaban escapar de los conductores de servicio público y las patrullas de policía que los perseguían. A la altura de la calle 200 las autoridades bloquearon la autopista. Los secuestradores no tuvieron otra opción que abandonar el vehículo y a su víctima. El caso por sí solo es llamativo. Pero cobra particular relevancia por la víctima de este intento de secuestro. Se trata de un ciudadano ecuatoriano llamado Marcelo Balda Flores, caracterizado adversario ideológico de Rafael Correa. En efecto, se trata de un viejo aliado de Correa del cual tomó distancia por acusaciones mutuas de corrupción. La enemistad creció al extremo que desde el Palacio de Carondelet se le acusó de concebir un derrocamiento del primer mandatario. Balda Flores es además un publicista que hizo parte del pull de abogados ecuatorianos que asumió la defensa en ese país del expresidente Álvaro Uribe Vélez, en el proceso que la justicia ecuatoriana adelantaba contra el exmandatario por el caso del bombardeo en donde murió 'Raúl Reyes'. En Colombia Balda Flores es conocido por varios hombres cercanos a Uribe. Aunque el ecuatoriano Balda se salvó de ser secuestrado, no es claro para las autoridades cómo o cuándo ingresó a Colombia. Lo único que afirmó a las autoridades es que era enemigo del presidente de Ecuador Rafael Correa y era un perseguido político de ese gobierno. Balda fue llamado a juicio en su país sindicado por la secretaría jurídica de la Presidencia ecuatoriana del delito de “difusión de falsa noticia”. El caso se remonta a una serie de denuncias públicas que Balda realizó en el 2009 contra el presidente Correa en las que lo acusó de tener una oficina clandestina en la cual realizaba chuzadas telefónicas a miembros de la oposición ecuatoriana, periodistas, jueces, entre otros. Sus denuncias acarrearon un escándalo en Ecuador en su momento y la correspondiente denuncia penal contra Balda. El intento de secuestro de este particular personaje deja más de un interrogante y con seguridad dará mucho de qué hablar.