A pesar de la ley seca, toque de queda y cuarentena nacional, en Cali hubo más de siete mil requerimientos ciudadanos a la línea 123 de la Policía entre sábado y domingo. La razón: centenares de fiestas, riñas, y hasta homicidios en la capital del Valle durante el Día de la Madre.  En total, según la Policía, se atendieron 850 riñas, 150 casos de violencia intrafamiliar, 18 lesionados y seis homicidios. En materia de medidas administrativas, hubo 608 eventos por alteración de la tranquilidad y 762 comparendos por incumplimiento a la medida de aislamiento, toque de queda y ley seca.

En Cali, esta última medida ha sido aplicada por tres fines de semana consecutivos para evitar fiestas caseras. No obstante, los caleños siguen de rumba en muchos sectores de la ciudad.  Uno de los casos más llamativos durante este fin de semana ocurrió en el barrio El Caney, sur de la capital del Valle. Allí, una mujer que conducía en estado de embriaguez arrolló a un mayor comandante de la Policía, al tratar de huir de un puesto de control. 

El uniformado fue arrastrado por 130 metros. Terminó con múltiples contusiones y se recupera en un centro asistencial; por su parte, la infractora fue capturada por lesiones personales y violencia contra servidor público. De otro lado, en el oriente de Cali, fue sorprendido un grupo de personas que, con trapo rojo en la fachada de su vivienda, realizaron una fiesta masiva con bloqueo de calle y disparos al aire. La alcaldía aún no se pronuncia sobre este hechos de desórdenes y desobediencia durante las medidas restrictivas.