Luego de la elección de Óscar Iván Zuluaga como candidato presidencial por el Centro Democrático, la senadora María Fernanda Cabal ha tenido diferencias con miembros del partido.

Ahora, Cabal pidió que le dejen el último puesto en la lista de quienes aspirarán al Senado, es decir, el número 100. Se trata de un número redondo, simbólico, que muchos quieren por su fácil recordación entre los electores.

“He pedido al partido, en aras de lo sucedido con la cabeza de lista, que me dé el último puesto, así como en la Biblia los últimos seremos los primeros, que me dé el número 100. 100 % coherente 100 % Cabal”, dijo la senadora.

La cabeza de lista al Senado del Centro Democrático será Miguel Uribe, exsecretario de Gobierno de Bogotá, por decisión del expresidente Álvaro Uribe.

Eso generó roces porque Cabal buscaba liderar la lista. Los expertos en marketing político señalan que los números más recordados y apetecidos son el 1, el 10 y el 100 por la recordación que generan. “Es más fácil marcar el primero o el último”, reconoció Cabal.

En 2018 tuvo el número 10, pero esta vez por toda la situación que se ha presentado en la bancada pidió el 100, buscando demostrar que tiene toda la fuerza para ser una de las más votadas a pesar de ser la última en la lista. “Quiero una excelente votación, que la gente me acompañe, el 100 me parece perfecto, es 100 coherencia. La campaña es chévere”, aseguró.

Y es que la senadora representa el ala más dura de la colectividad, por lo que muchos veían en ella una mujer que podría retomar las banderas con las que se fundó el partido. Pero ese mismo tono ha generado diferencias internas con otros líderes uribistas.

Si bien es cierto que se han presentado algunos desencuentros entre Zuluaga y Cabal, luego del proceso que tuvieron que surtir, hoy la relación es amable. Al día siguiente del exministro de Hacienda haber sido anunciado como el elegido, se generó toda una polémica porque no salió en la foto junto al candidato, lo que generó diferentes interrogantes.

Según explicó la misma senadora, no fue invitada a esa ceremonia, mientras que del otro lado explicaban que ella fue quien se salió de un chat donde se convocó a ese encuentro. Lo cierto es que Cabal tiene diferencias internas y las ha expresado en público porque considera que tiene todo lo necesario para representar al partido. Actualmente Cabal tiene buenas relaciones con un amplio sector de la bancada, aunque también es cierto que hay diferencias con varios de ellos y que su talante genera amores y odios.

La diferencia en estas elecciones al Congreso es que hace cuatro años la lista fue cerrada y el expresidente Uribe la encabezó, y gracias a su votación de 875.554 sufragios –la más alta de la historia del Congreso en el país– logró arrastrar a 18 aspirantes más y así lograr la bancada con mayor número en el Legislativo. En una lista cerrada sí es importante quedar en los primeros lugares para no quedar por fuera.

Sin embargo, esta vez no importa qué posición tenga cada aspirante en la lista del Centro Democrático, pues todos deberán competir en igualdad de condiciones y demostrar realmente quién tiene el caudal electoral para llegar, sin importar si es el primero o el último en el tarjetón.