Después de 24 años del asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, la Fiscalía reconstruyó la escena para intentar esclarecer lo que sucedió el 2 de noviembre de 1995. Desde las ocho de la mañana el CTI de la Fiscalía acordonó la zona, entre las calle 74 y las carrera 13 y carrera 15, con el objetivo de recopilar nuevos detalles que aporten información valiosa a la investigación que se adelanta por este crimen. La fiscal Ninfa Azucena González dijo, al inicio de la diligencia, que con la ayuda de los testigos se pretendía “recrear lo hechos y tomar una evidencia lo más fidedigna posible” de lo sucedido a las 10:20 de la mañana, de ese jueves, cuando varios sicarios -aún sin establecer el número- dispararon contra el político que se encontraba en su carro. Le puede interesar: Álvaro Gómez, un magnicidio incomprensible Cuatro testigos presenciales fueron citados a la Universidad Sergio Arboleda este martes para relatar, otra vez, lo que vieron y experimentaron aquel día. Entre ellos estaba Luis Ojeda, el conductor de Gómez Hurtado, quien llevó al abogado y periodista hasta la Clínica Country luego de que uno de los sicarios se acercara a su ventana y le disparara a través del vidrio.
Ojeda, de 74 años, se sentó en el mismo Mercedez Benz azul que conducía ese día y que fue traído para la reconstrucción por el ente acusador. Aunque los años lo han hecho olvidar gran parte de lo que pasó, Ojeda contó que salía de la universidad con Álvaro Gómez Hurtado y que en el carro solo había un escolta cuando empezaron los disparos. “Yo no puedo contar mucho porque ya le dije a la Fiscalía lo que tenía que decirle. Yo salía manejando el carro de la universidad y ahí fue cuando le dispararon al hombre. Yo no paré el carro, seguí derecho hasta la 74 con 14, luego seguí hasta la 75 y bajé a la 15”, dice. Le sugerimos: Duque pide a Corte Suprema declarar de lesa humanidad el crimen de Álvaro Gómez Este hombre, que trabajó 15 años para Gómez Hurtado, señaló que ya no es momento para venir a reconstruir este hechos, pues mencionó que si hubiese sido al poco tiempo del asesinato de seguro tendría más cosas que aportar. “Después de tanto tiempo venir a hacer estas cosas ya no es igual. Hace 24 años sucedió el hecho y hasta ahora me llaman a mí para esto”, por lo que afirma: “en este caso hay negligencia”.
Foto: Tilcia Quitian actualmente vende dulces en cercanías a la universidad Sergio Arboleda. León Darío Peláez. Tilcia Quitian -vestida con un saco rosado- es una vendedora ambulante que aún tiene su puesto de comida al frente de la Sergio Arboleda y es otra testigo en este caso. Ella, para esa época, se dedicaba a vender frutas a las afueras del centro educativo y había visto pasar a Gómez Hurtado un par de veces. “Ese día yo estaba atendiendo a un muchacho que estaba por aquí, -señala a otro de los testigos que está dando su versión a la Fiscalía- él fue por un mango. Después llegó otra señora y al ratico empezó la balacera. Cuando yo vi eso me tiré al piso, porque si me ponía a chismosear me podían matar también”, recuerda. Le puede interesar: Los archivos secretos del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado Al lado de Tilcia, en esta fotografía, está la esposa de Luis Ojeda quien dijo a SEMANA que su esposo "ya no se acuerda mucho de lo que pasó (...) él tuvo una enfermedad, lo operaron, así menos (se va a acordar)".
Foto: León Darío Peláez. El hombre de gris, es el muchacho al que Tilcia le vendió un mango ese 2 de noviembre de 1995. Durante la reconstrucción el hombre fue el encargado de señalar en dónde estaban ubicados los sicarios al momento de atacar el carro del político cuando salía del parqueadero de la universidad. Este testigo, así como otra de las mujeres que figuró en la escena no dieron declaraciones a los medios por temor a poner en riesgo su vida. La Secretaría de Movilidad de Bogotá mantendrá cerrada la zona acordonada por el CTI hasta las 7 p.m para completar el procedimiento.