La detallada declaración del abogado Luis Gustavo Moreno Rivera es la piedra angular del proceso que existe actualmente en contra del también abogado Édgar Riveros Roa, quien representaba al exsubdirector del Conocimiento del Riesgo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Luis Carlos Barreto Gantiva.

Moreno, sorprendido por la oferta que le hizo su colega para que Sneyder Pinilla omitiera el nombre de Barreto —en medio de su matriz de colaboración frente a los hechos de corrupción que se presentaron por el direccionamiento de contratos en la UNGRD—, no dudó en buscar a la Fiscalía para comentarle la situación.

El ente investigador —en tiempo récord— armó un operativo para seguir paso por paso los movimientos de Riveros Roa y Barrero Gantiva, y así establecer la forma en que intentaban evadir el actuar de la justicia. SEMANA revela apartes de las reuniones que grabó Moreno y que les fueron entregadas a las autoridades.

Todo empezó cuando, en la mañana del viernes 26 de julio, Édgar Riveros Roa lo contactó vía WhatsApp para hablar de varios temas, entre estos, una supuesta colaboración de Barreto Gantiva con las autoridades para entregar información sobre el entramado criminal que se conformó en la UNGRD.

En el encuentro, que se adelantó en el lobby de un exclusivo hotel en el sector de Salitre, en el occidente de Bogotá, Édgar Riveros y Luis Carlos Barreto Gantiva le pusieron sobre la mesa la necesidad de “arreglar su problema”.

Esto en palabras sencillas era que Sneyder Pinilla, o dejara de mencionarlo, o retirara las acusaciones que ya había hecho en la Fiscalía en contra del exsubdirector del Conocimiento del Riesgo de la UNGRD.

En esos interrogatorios, Pinilla ya había hablado del direccionamiento de contratos por 42 mil millones de pesos que se había ejecutado en la oficina que manejaba Barreto Gantiva. “Y es ahí donde me hace el ofrecimiento económico. Menciona: ‘Hay una plata para ellos y para usted, que es alrededor del 5 % o de 3.000 millones de pesos”, reza uno de los apartes de la denuncia hecha por Moreno y que fue conocida en exclusiva por SEMANA.

Temeroso, porque podría tratarse de una trampa o de un montaje en su contra, siendo grabado de manera clandestina, Moreno aseguró que no podía colaborar con el tema y se retiró del lugar. “Nunca me imaginé que me hicieran un ofrecimiento económico para que el señor Sneyder Pinilla se retractara y no hablara de los contratos”.

Tanto Moreno como Sneyder Pinilla pusieron de presente la grave situación y “la indecorosa actuación criminal” ante los fiscales anticorrupción. Con esta denuncia, planearon una estrategia con el fin de recolectar toda la información sobre esta exigencia de sobornos y así iniciar una investigación.

Moreno, quien fungió como agente encubierto, permitió que sus líneas celulares fueran interceptadas, comunicándose inmediatamente con el abogado Riveros Roa para contestarle sobre su ofrecimiento y fijando una nueva reunión en otro hotel ubicado en el sector de Salitre.

En el encuentro que se adelantó en la tarde de ese 26 de julio, el abogado Riveros le puso nuevamente de presente la necesidad de cambiar su versión y de omitir detalles que salpicaban directamente a Barreto Gantiva.

Para esto, y en el colmo del descaro, le manifestaron que “estaban dispuestos a pagar” una gruesa suma de dinero que saldría de un contrato de 24.000 millones de pesos que estaba en ejecución por parte de la UNGRD.

Este cruce de palabras, ofrecimientos y presiones, que se extendió por cerca de una hora, quedó registrado en audio, los cuales son la columna vertebral de la acusación contra Riveros.

El abogado se encuentra actualmente en prisión por los delitos de soborno de actuación penal y fraude procesal. Mientras, Barreto Gantiva está a la espera de que se resuelva su situación jurídica en una audiencia que quedó programada para el próximo miércoles 25 de septiembre.