Pese a las denuncias presentadas y los relatos de las víctimas fue dejado en libertad un joven de 17 años de edad que atacó con un cuchillo a varias personas que se encontraban esperando el bus o transitando por la estación de Ricaurte de TransMilenio, en la noche del pasado 7 diciembre.
Los testigos revelaron que el joven empezó a apuñalar a los usuarios del sistema sin justificación alguna. Un auxiliar de policía que intentó detenerlo y quitarle el arma también resultó gravemente herido. Tras varios intentos, el menor de edad fue reducido y trasladado a un centro médico.
“Le hicieron pruebas y que no estaba drogado, pero lo primero que el chico dijo fue que él escuchó voces y que las voces le decían que matara a 15 personas”, afirmó una de las víctimas del ataque en entrevista con el noticiero CM&. En medio de su convalecencia por la agresión, relató que él fue la cuarta persona en recibir la agresión del joven.
Desde su hogar, donde se encuentra recuperándose de las heridas, manifestó que no entiende cómo pudo ser dejado en libertad. “Es un chico peligroso (…) mentalmente no sabemos cómo está, pero puede volver a atacar”, relató la víctima de este trágico hecho. En redes sociales varias personas indicaron que por lo menos fueron diez personas las que resultaron heridas en este ataque.
El joven fue trasladado al Hospital Santa Clara, en el centro de la capital, donde fue sometido a diferentes exámenes médicos y pruebas psiquiátricas. Pese a todo esto fue dejado nuevamente en libertad sin ningún tipo de vigilancia, según advierten los testigos. Debido a esto temen que vuelva a atacar a los usuarios del sistema masivo de transporte u a otras personas.
Los usuarios hicieron un fuerte reclamo por los altos índices de inseguridad que vive la ciudad, así como la falta de garantías judiciales para las víctimas
Fuentes consultadas por SEMANA en la Fiscalía General señalaron que están revisando el caso para verificar la situación y definir si presentan al joven ante un juez de infancia y adolescencia de la capital para que tome medidas de fondo, entre ellas una medida restrictiva de la libertad o una vigilancia especial para que no vuelva a atacar.
Resaltan que evidentemente se trata de una persona con un trastorno psicológico que en cualquier momento puede volver a empuñar un arma y atacar a la sociedad con resultados muchísimo más graves. Frente a esto, piden medidas más severas para controlar este tipo de situaciones.